La financiación a las familias
españolas y, lo que es más preocupante para superar la crisis, el crédito a las
empresas, aceleró su contracción en febrero, según los datos que ha publicado
esta mañana el Banco de España. En relación con el mismo mes de 2012, el
recorte fue del 5,8%, dos décimas más que en enero. Asimismo, quienes lo
sufrieron con mayor intensidad fue, tal y como
denuncian insistentemente desde la propia patronal, el tejido
empresarial español, inmerso en un duro proceso de desendeudamiento pero,
también, asfixiado por la falta de crédito para recuperar la actividad.
En febrero, la financiación a las
empresas se redujo un 7,1%, hasta los 1,12 billones de euros, con lo que se
acumulan ya 23 meses consecutivos a la baja. El descenso se explica,
principalmente, por el cierre del crédito desde la banca española, que se
contrajo un 8,5%. Los préstamos recibidos desde el exterior, por su parte,
aumentaron el descenso hasta el 6,7%, según refleja la estadística del
supervisor.
En cuanto al crédito a las
familias, el recorte fue del 3,9%, una décima más que en enero, hasta los
823.500 millones. En su caso, el descenso se prolonga ya durante más de dos
años. Si los datos del supervisor se observan desde la óptica contraria, esto
es, por la deuda que deben devolver las familias, el balance de febrero supone
su nivel más bajo desde mayo de 2007. Del total, la mayor parte, 635.315
millones corresponden a los créditos para comprar una vivienda, lo que supone
otro descenso del 3,7% frente al mismo mes de 2012. Este ritmo de caída es el
más acusado de toda la serie histórica, que arranca en 1996.
Los datos publicados por el Banco
de España demuestran que la mejora de los mercados financieros registrada en el
arranque del año no se tradujo en una mayor financiación. El regreso de la
confianza de los inversores siguió sin convertirse en crédito pese a que el
presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, "los bancos
españoles están bien capitalizados y en posición de prestar”. Pero siguen sin
hacerlo pese a ingerir decenas de miles de millones de dinero público para
sanear a la mayoría de las antiguas cajas.
Desde el sector financiero, la
patronal bancaria niega un recorte sistemático del crédito. En su lugar,
asegura que ahora son más selectivos a la hora de prestar por miedo a que la
morosidad siga aumentando. Según afirmaba la AEB
a este diario hace unos días, “los bancos no recortan el crédito a todos los
sectores de forma indiscriminada. Continúan analizando todas las operaciones,
con independencia del sector que provengan, aplicando los criterios de
solvencia y rentabilidad ponderado por riesgo”.
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