domingo, 30 de abril de 2017

El TiSA y la amenaza a los bancos públicos



Transnational Institute, 24/04/2017.

Este informe analiza por qué el Acuerdo sobre Comercio de Servicios (ACS, conocido también como TiSA, por sus siglas en inglés, que son las que usaremos aquí) representa un ataque contra el carácter público de la banca pública en todo el mundo. Pese a 30 años de privatizaciones, los bancos públicos siguen activos en la mayoría de los países y las comunidades. Sin embargo, aún no se ha planteado la importancia del TiSA para el futuro de los bancos públicos como una base para la resistencia.

De hecho, al priorizar una perspectiva de los servicios financieros basada en un modelo privado y orientado al lucro por encima del bien general y la prestación pública, el TiSA afectará a los mandatos y las capacidades de los bancos públicos para servir el interés general, directa e indirectamente, ahora y en el futuro. Así, los bancos públicos se verán presionados para internalizar los intereses de una élite global, privada y corporativa al empujar sus actividades hacia lógicas competitivas de mercado cada vez más estrechas, lo cual suele ser un elemento precursor de la privatización última de los bancos.

Reiteramos, una vez más, que no es que sostengamos que los bancos públicos sean perfectos, pero sí hacen muchas cosas positivas. Y en estos momentos muchas organizaciones de la sociedad civil están haciendo un trabajo importante para mejorarlos y hacerlos más responsables. El TiSA solo socavará el potencial de los bancos públicos. En resumen: los bancos públicos aún ofrecen alternativas viables, deseables y defendibles al neoliberalismo y la financierización, y representan un modelo que se debe proteger de la arremetida del TiSA en pro del bien público.

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La banca en los medios de comunicación


El FMI alerta sobre la debilidad de los bancos domésticos españoles



Por Inés Abril
Expansión, 29/04/2017.

Solo quedan fuera Santander y BBVA. El resto de la banca española tiene la consideración de doméstica para el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y el veredicto para los integrantes de esa lista no es positivo.

Lo dice el capítulo dedicado a evaluar el sistema financiero europeo del Informe de Estabilidad Financiera del organismo internacional. En el ránking que ordena los países por la rentabilidad media de sus bancos domésticos, España está la tercera por la cola. Solo Portugal e Italia, ambos con pérdidas en 2016, están peor. Reino Unido y Alemania están cerca de España, pero con mejores datos.

La clasificación del FMI tiene en cuenta la rentabilidad sobre fondos propios (ROE) y sobre activos (ROA) de las entidades que consiguen más del 70% de sus ingresos en sus respectivos territorios nacionales. En España, eso supone contabilizar las cifras de 2016 de 13 de los 15 bancos que el organismo computa en la muestra. Santander y BBVA se consideran entidades globales, así que sus datos no están incluidos en el ránking de rentabilidad. Sí lo están los de CaixaBank, Bankia, Sabadell, Popular, Bankinter, Liberbank, BMN, Unicaja, Ibercaja o Kutxabank, entre otros.

Podría pensarse que las provisiones son el lastre que más pesa en contra de la rentabilidad de la banca española, pero los datos del FMI dicen que no es exactamente así. Por supuesto, ahí están y minan de forma considerable los resultados de las entidades domésticas, pero Noruega o Austria asumen provisiones mayores con respecto a su volumen de activos y son más rentables.

Donde realmente pesan las provisiones es en Portugal, según el informe, y también en Italia. En España, la principal merma de rentabilidad procede de los costes operativos, según resaltan los analistas del fondo.

La baja rentabilidad es un mal bastante extendido entre los bancos domésticos en Europa. De hecho, el 75% de las entidades del Viejo Continente que están en ese grupo tienen lo que el FMI denomina una «débil» rentabilidad sobre recursos propios, lo que implica un ROE inferior al 8%.

La mayor parte del sector

El problema es que este grupo es el más numeroso en Europa. De los 172 bancos que analiza el organismo presidido por Christine Lagarde, 143 generan más de un 70% de sus resultados solo en su país de origen. Otros 20 tienen la consideración de europeos, lo que implica que realizan más del 70% de su negocio en el continente, pero menos de esa cota en su mercado local, y nueve son calificados como globales: la suma de Europa y su mercado local es inferior al 70% de sus resultados. Tanto los bancos europeos como los globales son más rentables que los mayoritariamente nacionales, según el informe.

Pero no tiene por qué ser así. «Aunque los bancos domésticos de la muestra en Italia y Portugal sufrieron pérdidas en conjunto en 2016 y los de Alemania, España y el Reino Unido fueron apenas rentables, las entidades domésticas de Irlanda, Noruega y Suecia fueron capaces de generar rentabilidades mucho más altas», dice el documento.

Esas diferencias llevan al FMI a concluir que el problema no es necesariamente el modelo de negocio de banca doméstica. «Las condiciones y las características del sistema financiero de cada país también pueden limitar la rentabilidad», añade.

Y una de esas características es lo que el organismo considera un exceso de capacidad mostrado por sistemas financieros de distintas naciones. El fondo hace una especial alusión a España y dedica una alabanza al esfuerzo realizado por todos los bancos del país (domésticos y no domésticos) para reducir el número de oficinas y de empleados. El recorte de costes en esos parámetros realizado desde 2008 está entre los más abultados del continente, según muestran los datos.

Pero la cuantía absoluta de una reducción de costes depende mucho del punto de partida y el español era elevado. Por eso, pese al esfuerzo que destaca el FMI, España está en los puestos rezagados de Europa tanto en activos por oficina como en activos por empleado. El informe, esta vez con datos de 2015, señala que la banca nacional es la novena de las 12 analizadas en la primera variable y la octava en la segunda. A la cabeza de la eficiencia medida por esta vía están los países nórdicos, Irlanda y Reino Unido.

Con esos mimbres, el fondo aconseja a la banca española que siga mejorando la eficiencia y anima a las fusiones para ello. No es la primera vez que lo hace y lo repite en la presente ocasión. También recomienda que se aumenten los ingresos que proceden del negocio no estrictamente bancario y que se incremente el capital de alta calidad en las entidades. A su juicio, eso ayudará a los bancos a resistir próximas crisis y facilitará la concesión de crédito según mejore la demanda.

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sábado, 29 de abril de 2017

Por una Banca Píublica


La banca pública, una necesaria ancla de estabilidad



Campaña por una Banca Pública de Attac Navarra-Nafarroa
Rebelión, 29/04/2017.

El profesor Christoph Scherrer, de la Universidad de Kassel (Alemania), expone ejemplos exitosos de Bancas Públicas en una charla en el Parlamento de Navarra

El sistema bancario privado es incapaz de garantizar la correcta circulación del dinero. La última crisis, cuyas secuelas tardaremos en superar, lo ha puesto en evidencia. Esto es así porque los bancos privados, como casi cualquier otra empresa, tienen como objetivo principal conseguir el máximo beneficio. Por supuesto, es un objetivo lícito, pero tiene sus consecuencias. Durante años, y en aras de satisfacer los requerimientos de sus inversores, estos bancos incurrieron en riesgos desmesurados, y contribuyeron al crecimiento de las burbujas inmobiliaria y financiera cuyo estallido dio origen a la crisis.

Fue entonces cuando cientos de miles de pymes (más de 200.000, según datos de la CEOE) y casi dos millones de autónomos tuvieron que cerrar. De un día para otro, los bancos privados cortaron el grifo del crédito, y estas pequeñas entidades no tuvieron dónde acudir para financiar su día a día. Esto supuso que millones de personas perdieran sus puestos de trabajo y, por tanto, el estado viera cómo caían los ingresos por cotizaciones mientras aumentaban los gastos para sufragar subsidios y ayudas sociales.

La crisis bancaria hizo tambalearse los cimientos del Estado, que tuvo que acudir al rescate. Según datos del Banco de España, son ya 61.000 millones de euros de dinero público los que se han introducido en el sector bancario privado para evitar un desplome que habría tenido efectos catastróficos sobre la economía. Otros grandes bancos de países de nuestro entorno, como USA, Gran Bretaña, Holanda o Bélgica, también estuvieron en la cuerda floja, y fueron rescatados mediante ayudas públicas. Evidentemente, la economía actual está sometida a este riesgo porque ha fiado la totalidad del flujo de capitales a los bancos privados, con lo que se ha convertido en rehén de los mismos.

En Attac Navarra-Nafarroa tenemos clara esta reflexión, y es por ello que hemos lanzado la Campaña por una Banca Pública. Lo que pretendemos es iniciar un debate colectivo que nos permita delimitar qué necesidades financieras hay en Navarra, y cómo podrían ser cubiertas estas mediante una institución pública que no estuviera a merced de los vaivenes del mercado o de la voracidad de determinados accionistas. Por supuesto, creemos que este debate tendrá sentido en la medida en que la mayor parte de grupos políticos, sindicales, sociales y empresariales se sumen a él.

El pasado lunes dimos el primer paso en esta dirección. El investigador alemán Christoph Scherrer, profesor de la Universidad de Kassel y miembro del Centro Internacional para el Desarrollo y el Trabajo Digno (ICDD), ofreció una charla en el Parlamento de Navarra, donde desentrañó algunas de las claves de su último libro, “Banca Pública en la era de la financiarización”. En líneas generales, definió a la Banca Pública como un “ancla de estabilidad”, que permite llevar a cabo políticas monetarias anticíclicas que permitan paliar los efectos negativos de los vaivenes de la economía. En su libro resaltan algunos casos de éxito, como por ejemplo en Alemania, donde los efectos de la crisis han podido ser suavizados mediante algunas de estas entidades. O en India, donde el sector bancario público es mayoritario y ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del país y el correcto reparto de los recursos.

Scherrer explicó que una banca pública es una entidad financiera con gestión pública, controlada democráticamente y con una finalidad social que huya de las inversiones especulativas. Su objetivo fundamental debe ser gestionar de manera prudente los ahorros de la ciudadanía para proporcionar crédito a familias y empresas. Eso implica definir un modelo de gestión distinto al visto en las extintas cajas de ahorros. Un modelo que incluya criterios y controles sociales, así como una financiación de la economía productiva que resulte eficaz y rentable.

Precisamente hizo hincapié en la gobernanza de estas entidades, que si bien deben estar sometidas al control público y a las necesidades de la ciudadanía, deben contar con modos de funcionamiento muy estrictos para evitar excesos en épocas de bonanza, como ocurrió con las cajas españolas.

Una banca pública en Navarra

Para ponerla en marcha, debemos tener claras políticas respecto a diferentes aspectos. Por un lado está el aspecto ciudadano. Una banca pública debe garantizar la inclusión financiera de todas las personas. Hoy día es prácticamente imposible tener un salario, hacer la declaración de la renta, disponer de una tarjeta que nos dé acceso a dinero en efectivo o pagar los mínimos necesarios para vivir si no contamos con una cuenta bancaria. Y por tanto el sector público debería ofrecer este servicio básico a la ciudadanía.

Pero también una banca pública debería garantizar que los ahorros de las personas tengan una seguridad, y evitar que ese capital se pierda en inversiones especulativas que nada tienen que ver con la economía real. Una de las principales razones de la crisis financiera que asoló la economía mundial está en la ligazón entre los bancos de ahorros y los de inversión, que han evaporado millones de euros hacia productos financieros de alto riesgo, y que no suponen ningún beneficio para la actividad productiva.

Además, una banca pública permitiría destinar el ahorro disponible hacia actividades de interés social, primando unos sectores sobre otros. El caso de India, donde un 40% del capital prestado por los bancos estatales se destina a la actividad agrícola, base fundamental de la producción del país, ha hecho que se creen millones de puestos de trabajo en ese sector. Y también pensamos, por supuesto, que podría servir para financiar proyectos estratégicos y líneas de desarrollo socioeconómico de interés público, que se pretendan implantar tanto por parte del Gobierno de Navarra, como de los ayuntamientos.

Creemos que una banca pública es una herramienta financiera fundamental para orientar las políticas públicas hacia otras formas de funcionar, más acordes con las necesidades de la mayoría social. En Attac Navarra-Nafarroa tenemos el convencimiento de que es necesario iniciar este debate, y encaminar nuestras energías hacia el alumbramiento de una entidad financiera que permita desarrollar la sociedad de forma más equitativa y justa.

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