Por Pablo Ferrer
Hispanidad,
13/06/18.
La historia surge porque uno de los grandes bancos españoles
encargó un informe acerca de los problemas o retos que afronta actualmente el
sector. Las conclusiones no dejaron lugar a dudas: la baja reputación, la
integración de los bancos pequeños y lograr que las entidades de nuestro país
sean mejor tratadas por la regulación europea.
Efectivamente, las preferentes, las cláusulas suelo, los
swaps, los gastos de hipoteca… la reputación de la banca sigue bajo mínimos. Y
aquí, como en muchas otras facetas de la vida, es mucho más sencillo destruir
que construir. Basta un comentario negativo en televisión con motivo de alguna
sentencia judicial condenatoria, para echar por tierra toda una campaña de
imagen. Y ojo, porque los juicios por asuntos bancarios siguen estando a la
orden del día… y lo que queda. Y hay consenso: los bancos españoles afrontan el
mayor problema de reputación de toda su historia.
Así las cosas, recuperar la reputación se ha convertido en
uno de los principales retos del sector. Y en eso hay consenso, presidentes y
ceos están de acuerdo: no se puede avanzar sin la confianza de los clientes.
Recuerda esto a la anécdota de Francisco Franco, cuando fueron a presentarle la
fusión entre el Central y el Hispano: “Ustedes lo que tienen que pensar es por
qué tienen tan mala prensa”, les dijo. Y se cargó la fusión.
A la tarea de recuperar la reputación se unen las otras dos,
no menos importantes: conseguir que los bancos pequeños se integren en los
grandes y que las entidades españolas sean mejor tratadas en Europa. El clamor
es unánime: si se hubiera hecho lo mismo con los bancos alemanes, más de uno
habría cerrado.
En cuanto a la integración de los bancos pequeños, demuestra
que el mensaje europeo ha calado: lo importante es que los bancos sean grandes,
cuanto más, mejor. Con los tipos como están, hay que lograr economías de escala
como sea. Lo dicho: banco grande, ande o no ande. No hay que confundir esto con
lo que pretenden ahora Bruselas y Fráncfort: fusiones paneuropeas de grandes
bancos como, por ejemplo, la que están negociando el italiano Unicredit y el
francés Société Generale.
Por cierto, el informe citado al principio también hacía
referencia al Popular. Efectivamente, su resolución por la JUR, calificada como
'ejecución', ha abierto una herida en el sector que aún no se ha cerrado. La
conclusión: nadie está a salvo.
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