lunes, 31 de diciembre de 2018
¿Es razonable la pensión estratosférica con la que Francisco González se despide del BBVA?
Por Pere Rusiñol
El Diario.es,
30/12/2018.
El 1 de enero las pensiones en España se actualizarán de
nuevo a partir de la inflación, pese a que el BBVA Research, el servicio de
estudios del segundo banco español, viene advirtiendo de que ello "hará
más vulnerable a la economía española". Pese a que casi la mitad de las
pensiones de jubilación aún están por debajo del salario mínimo, el servicio de
estudios del BBVA insiste en arremeter contra la supuesta generosidad del
sistema público, a su juicio insostenible. Ese mismo día, el 1 de enero de
2019, el que ha sido máximo ejecutivo del BBVA durante casi dos décadas,
Francisco González, podrá embolsarse una pensión generosa de verdad: 79,7
millones de euros de una tacada.
Obviamente, se trata de una pensión privada, nutrida con
aportaciones que el banco fue realizando hasta 2010, año en que González
cumplió 65 años, como parte de su retribución al margen del salario base y, por
tanto, con un impacto fiscal mucho menor. Pero la magnitud de la recompensa
económica, estratosférica, en una España que vislumbra de nuevo nubarrones
económicos cuando las clases populares aún no se han recuperado de la crisis,
reabre el debate sobre la brecha salarial y las enormes diferencias
retributivas entre una ínfima minoría con salarios disparados y una gran parte
de la población con cada vez más dificultades para llegar a fin de mes. No es
un debate estrictamente español, sino que ha irrumpido con fuerza en el mundo
económico occidental y algunos de sus actores emblemáticos: desde el diario
británico Financial Times hasta Blackrock, la mayor gestora de activos del
mundo, con sede en Wall Street- han encendido todas las luces de alarma y
claman por algún tipo de reforma que al menos limite los excesos retributivos
en los consejos de administración.
"Es ya evidente que con la crisis se han ampliado las
diferencias entre los que más ganan y los que menos tienen y ello es uno de los
elementos que más explican el auge de los populismos en muchos lugares",
advierte Jordi Fabregat, profesor de Economía, Finanzas y Contabilidad de la
escuela de negocios Esade, quien añade: “Muchas retribuciones son tan
extraordinarias que tienen muy difícil justificación”.
En España, el debate suele hacerse con la boca pequeña, a
diferencia de otros países donde se está abordando al máximo nivel. Y eso a
pesar de que la estratosférica pensión que se embolsará González no es un hecho
aislado. Ni siquiera es la más elevada, al menos en teoría. Los 79,7 millones
de González quedan lejos de los 108 que se llevó Ángel Corcóstegui del
Santander en 2002 y hasta de los 88,2 de Alfredo Sáenz del mismo banco, en
2013. La actual CEO de la entidad, Ana Patricia Botín, acumula ya 45,8 millones
de euros en su hucha de pensión particular con muchos años en la cúpula todavía
por delante. Algunos de los afortunados pensionistas del Ibex ni siquiera
tienen que jubilarse realmente para acceder a su multimillonaria pensión, como
demostró Isidro Fainé, que se embolsó 24,5 millones por este concepto al dejar
la dirección general de La Caixa, en 2007, pero sin renunciar al control de la
entidad ni a los consejos de Administración de sus participadas. "Las
retribuciones desorbitadas no están justificadas nunca, pero si acaso tendrían
algún sentido cuando alguien se juega su patrimonio y crea alguna cosa novedosa
que genera un gran valor; en cambio, resulta inaudito en el caso de gestores
que trabajan en nombre de los accionistas", subraya Jordi Alberich,
empresario muy vinculado al Cercle d’Economia, del que ha sido muchos años
director.
Sin embargo, la tendencia de salarios disparados para los
directivos de grandes corporaciones —la gran mayoría, hombres, lo que a su vez
aumenta la brecha de género— afecta a todo el mundo occidental y es uno de los
grandes motores del aumento de la desigualdad. Las ratios que miden la
diferencia entre los que más ganan y el salario medio se están volviendo
abismales y no dejan de crecer. En EEUU, la diferencia dentro de las grandes
empresas se ha encaramado hasta el ratio de 354 —el que más gana, multiplica por
354 veces la media—, cuando en la década de 1980 la diferencia era de 42. Y la
media de los 200 CEO mejor pagados se ha situado ya en 17,5 millones de euros
al año tras subir el 14% en 2017 y el 9% en 2016, según una investigación de
The New York Times: “Es grotesco. Para los CEO es como ganar cada año la
lotería mientras que muchos estadounidenses no pueden ni ahorrar”, declaraba
recientemente al diario neoyorquino Louis Hyman, historiador económico de
Cornell University.
Un patrón común
La tendencia es la misma en Reino Unido, según los datos
compilados por el High Pay Centre, entidad de referencia en la brecha salarial,
impulsada entre otras por Deborah Hargreaves, exredactora del Financial Times,
que acaba de publicar Are chief executives overpaid? Su conclusión es rotunda:
los ejecutivos, sin duda, cobran demasiado. En Reino Unido, los CEO han
multiplicado por cuatro sus ganancias en 25 años y hoy la ratio con respecto al
salario medio de las grandes corporaciones del índice FTSE 100 está en 160,
cuando en la década de 1960 era de 60. Y también en estado de aceleración: el
salario medio de estos privilegiados se disparó el 23% el pasado ejercicio y ya
supera los 6,4 millones de euros anual de media.
España se inserta exactamente en el mismo patrón, como
reflejan periódicamente los informes de brecha salarial de Oxfam Intermon, de
Comisiones Obreras, del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa y de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El último informe de la entidad reguladora de
los mercados señala que la retribución media de los consejeros ejecutivos del
Ibex creció el 43% entre 2014 y 2017, mientras que el sueldo medio en estas
mismas compañías apenas subió el 4%. Oxfam Intermón estima que la ratio de
brecha salarial se sitúa en 112, con los máximos directivos del Ibex
embolsándose 4,2 millones de media anual. "Las empresas con grandes
diferencias salariales están minusvalorando la aportación del grueso de los
trabajadores al resultado global de la empresa", concluye la ONG.
Si el ratio se calcula no a partir del salario medio sino
del mínimo, adquiere una dimensión todavía más exorbitada: 207, según la
ONG. El informe de CC OO pone la lupa
sobre algunas empresas concretas donde el fenómeno es ya directamente superlativo:
esta ratio se dispara hasta 1.865 en ACS, 1.477 en Cie Automotive, 1.188 en
Acciona, y en al menos una docena de empresas cotizadas supera el umbral de los
300, según los datos de CCOO.
La investigación del sindicato se centra en el sector financiero,
que es el que refleja en su conjunto una mayor desigualdad. Particularmente en
España. Entre las conclusiones del estudio destacan que "el sector
financiero español es el que tiene el mayor porcentaje de retribuciones
variables de toda Europa" y también "donde más crecen los millonarios
en sus cúpulas de toda Europa". Según el último informe de la Autoridad
Bancaria Europea, 152 banqueros españoles tienen una retribución anual superior
al millón de euros.
La Asociación Española de Banca no se muestra preocupada ni
por esta evolución ni por pensiones como la que se embolsará Francisco
González. "En los últimos años se han establecido una serie de principios
generales entre los que destaca la necesidad de alinear la política de
retribuciones con el perfil de riesgo de la entidad, y hacerla compatible tanto
con sus obligaciones, valores e intereses a largo plazo como con la consecución
y el mantenimiento de una base sólida de capital. Dentro de este nuevo marco,
cada entidad establece su propia política de retribuciones", sostiene José
Luis Martínez Campuzano, portavoz de la patronal bancaria.
El laissez faire en el pago de salarios estratosféricos
suele justificarse en base a los beneficios obtenidos por las empresas: una
recompensa a los mejores. Sin embargo, la propia CNMV advierte que muy a menudo
las justificaciones se apuntan teóricamente, pero luego no llegan a
demostrarse: "Suelen ser insuficientes las explicaciones de las sociedades
sobre el grado de cumplimiento de los objetivos, las métricas y los criterios
fijados al inicio del ejercicio para determinar la remuneración variable de los
consejeros ejecutivos. Por tanto, no siempre es fácil entender de manera
adecuada cuál ha sido el desempeño real de los consejeros ejecutivos en el
ejercicio anterior, ni qué metodologías y herramientas se han usado en la
medición, a efectos de que quede adecuadamente justificado el devengo de las
percepciones que se detallan en el informe", recalca el organismo
regulador.
"Cuando ves jugar a Messi te das cuenta en seguida de
que es un jugador único e insustituible y que hay muy pocos como él. En cambio,
algunos consejeros delegados cobran salarios como si fueran tan imprescindibles
como Messi, pero no se entiende por qué motivo, ya que la política retributiva
es opaca. Hacen ver que son Messi sin serlo", opina Alberich. Fabregat, de
Esade, apunta en la misma dirección: "Los dirigentes providenciales, los
realmente imprescindibles, solo pueden ser una excepción, y no la norma, pero
viendo las políticas retributivas la mayoría parecen insustituibles".
Una portavoz del BBVA remite a los informes que el banco
entrega a la CNMV como toda explicación ante la superpensión que Francisco
González está a punto de percibir y se limita a recalcar que en 2010 el banco
dejó de hacer nuevas aportaciones a su hucha de pensión. En cambio, Orencio
Vázquez, coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa,
entidad de referencia en el escrutinio de las grandes corporaciones en España,
la considera "un escándalo", teniendo en cuenta, además, "el
papel desastroso que desempeñaron los bancos en la crisis” y que "han
sobrevivido en parte gracias a la actuación del Banco Central Europeo y no por
sus gestores".
Joan Sierra, secretario general de la Agrupación del Sector Financiero
de CCOO, no le encuentra "ninguna justificación". Y Luke Hildyard,
actual director del londinense High Pay Center, considera, preguntado por
Alternativas Económicas, que 79,7 millones de pensión "es un pago
realmente increíble, incluso según los estándares recientes".
"Este tipo de retribuciones perjudica la reputación de
la compañía y del sector empresarial en su conjunto. El simple hecho de que
alguien pueda llevarse semejantes cantidades sugiere que el Consejo de
Administración y sus accionistas no están supervisando bien las cuestiones de
liderazgo, lo cual puede llevar a otros problemas importantes", explica
Hildyard. Y añade: "El hecho de que ejecutivos reciban estas retribuciones
asombrosas es también malo para las condiciones de vida de los demás. Los
bancos no tienen recursos ilimitados y gastar 80 millones en una única persona
significa que hay menos dinero para el resto de los trabajadores".
El diario El Economista sostiene que la suma total que se
embolsará Francisco González el 1 de enero de 2019 es en realidad muy superior
a 79,7 millones de euros, una vez añadidos todos los bonus y variables
vinculadas a su gestión global en el banco, y la estima en 110 millones, cifra
que la portavoz del BBVA eludió comentar. Estas cantidades se suman a las altas
retribuciones que, de forma habitual, el directivo ha ido percibiendo por su
labor al frente del banco, que fuentes independientes conocedoras de las
interioridades de la entidad calculan en un mínimo de otros 170 millones de
euros.
Ello arrojaría una retribución total para una sola persona
de entre 250 y 300 millones de euros en 17 años, una cifra de ensueño incluso
para la reducida élite del deporte mundial. Pero… ¿Y si resulta que
efectivamente Francisco González pudiera equipararse a una especie de Messi de
las finanzas, un personaje único e irrepetible que ha multiplicado el valor de
su compañía y la ha situado en un nivel superior?
Algunas de las entrevistas concedidas por González tras
anunciar su inminente marcha pueden dar esta impresión al ser presentado casi
siempre como un gestor exitoso imbuido de sentido de Estado. En sus respuestas
opina sobre muchas de las las cuestiones que afectan al interés general, desde
la supuesta insostenibilidad del sistema público de pensiones —omitiendo que el
BBVA es el líder en España del negocio de las pensiones privadas—, hasta los
supuestos peligros derivados del pacto presupuestario de la izquierda. En
cambio, nunca tiene que dar explicaciones sobre su pensión estratosférica ni
abordar si es congruente con el balance de su gestión.
Sin embargo, las retribuciones percibidas, a la altura de un
Messi de las finanzas, no parecen tener concordancia con las variables
objetivas que las propias élites del capitalismo suelen equiparar a los goles
marcados por los futbolistas: la evolución del valor en Bolsa de la compañía,
el precio por acción, la rentabilidad...
Ignacio de la Rica, columnista de referencia del diario
económico Expansión, ha escrito que la carrera como banquero de González se
basa en buena medida en haber sido amigo de José María Aznar y Rodrigo Rato,
quienes le catapultaron a la presidencia del banco público Argentaria, que
acabó fusionándose con BBV. El columnista recuerda que cuando González tomó
posesión del cargo de presidente de la nueva entidad, en enero de 2002, el BBVA
era el mayor banco por capitalización de España. Casi 17 años después, ha
perdido más del 22% de su valor bursátil, mientras que el Banco Santander vale
casi el doble y es ahora la entidad financiera de referencia. "El BBVA ha
perdido su posición en el ranking y su condición de referente. También su
liderazgo, su influencia, su rentabilidad y gran parte de su proyección de
crecimiento", sostiene De la Rica.
Además, el precio por acción de la entidad se ha desplomado
—ha perdido en torno a un 60% de su valor en estos años (véase el gráfico)— y
es el banco de la élite española con menos beneficios antes de provisiones e
impuestos desde 2000, según cálculos del diario digital Merca2, asociado a
Bloomberg. En lo que va de año, el BBVA lidera junto al Banco Sabadell las
caídas de cotización de la banca en el Ibex (-26% al cierre de esta edición),
lo que para el economista Carmelo Tajadura supone "un mal epílogo para el
presidente, más o menos como su gestión". Tajadura, que fue miembro del
servicio de estudios del BBVA y luego formó parte del equipo de economistas de
Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero que lideraba David Taguas, se muestra
implacable en Twitter con el balance de González: "Sabe poco de
banca", es "un fracasado como gestor intentando dar buena
imagen" —en referencia a las entrevistas que está concediendo—, ha sido
“nefasto para los accionistas, un desastre comparado con el Santander y el
colmo fue echar al mejor gestor de banca comercial", en referencia al hoy
presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que en 2009 abandonó el BBVA,
con 68,7 millones de euros bajo el brazo, por discrepancias con González.
Con semejantes credenciales, ¿cómo ha logrado González
consolidar sus retribuciones de ensueño y coronarlas con una pensión de 79,7
millones de euros? En opinión de Orencio Vázquez, del Observatorio de
Responsabilidad Social Corporativa, es un ejemplo claro de una tendencia del
capitalismo contemporáneo: "Logró hacer cautivos a los accionistas, que
quedaron a merced del núcleo dirigente sin posibilidades reales de llevarles la
contraria". Vázquez subraya que González contaba con una cláusula de
blindaje de 93 millones, con lo que su despido era en la práctica imposible y,
por tanto, contaba con margen para imponer siempre sus decisiones. Sería un
buen símbolo de lo que el economista canadiense John K. Galbraith (1908-2006)
consideraba la tecnoestructura: empleados con tanto poder que en la práctica
controlan la compañía sin ser los dueños y que en el fondo se guían por sus
intereses particulares.
Jordi Fabregat, de Esade, considera que es urgente promover
medidas que refuercen el poder de las juntas generales de accionistas frente al
equipo gestor, pensando siempre en los intereses de los dueños de
participaciones. "En muchas grandes corporaciones, el free float [acciones
de libre circulación en los mercados] es tan grande que no hay accionistas de
referencia con fuerza suficiente para velar de verdad por los intereses de la
sociedad", apunta.
Revuelta de
accionistas
Paradójicamente, la mayor amenaza a los sueldos desorbitados
de los ejecutivos, que van subiendo por el mero efecto de imitación entre unos
y otros, procede de algunos fondos de inversión y actores destacados del
mercado, que se están plantando en las juntas, sobre todo en los países
anglosajones, votando en contra de los paquetes retributivos. El Financial
Times dedica cada vez más atención a seguir las "revueltas de accionistas",
que en opinión del rotativo de referencia de los mercados vivieron un momento
cumbre el 14 de abril de 2016 cuando lograron tumbar en una junta el sueldo del
jefe de la petrolera BP, que ascendía a casi 16 millones de euros.
Según los cálculos del diario londinense, las revueltas de
accionistas a causa de la retribución de directivos se han doblado en el primer
semestre de este año entre las grandes empresas británicas, agrupadas en el
FTSE 100, al pasar del 9% al 18%. El rotativo considera que puede hablarse de
revuelta de accionistas cuando el 20% o más de los accionistas votan en contra
de las propuestas salariales.
Chris Cummings, director ejecutivo de Investment
Association, organización que agrupa a inversores británicos que suman activos
por valor de más de seis billones de euros, ha declarado a este periódico:
"Los accionistas están frustrados porque el mensaje no está llegando a
algunos consejos; las compañías deben hacer más para asegurar que los paquetes
retributivos de sus ejecutivos se alinean con los resultados y se mantengan en
niveles que los accionistas vean aceptables".
Algunos países están dando pasos, incluso legales, para dar
más fuerza a los accionistas. En Australia, por ejemplo, si el 25% o más de los
accionistas votan en contra de las propuestas salariales en una junta general
de accionistas, el consejo de administración cesa en bloque y debe someterse a
algo parecido a una moción de confianza. La obligación de detallar las brechas
salariales se está imponiendo en los países anglosajones. Y en Suiza incluso
llegó a forzarse un referéndum para limitar a 12 veces la diferencia salarial
máxima permitida en una empresa, una propuesta que fue apoyada por el 35% de
los electores de un país que alberga uno de los hubs financieros más importantes
del mundo.
Con esta regla, la pensión de Francisco González se habría
contabilizado dentro del salario. Y en sus 17 años de presidencia no habría
ganado cerca de 300 millones de euros, sino alrededor de 2,5 millones de euros,
que a partir del 1 de enero de 2019 podría completar con los casi 2.600 euros
mensuales (14 pagas) que prevé la pensión pública máxima: más que suficiente
para vivir una jubilación sin agobios.
Disponible en:
domingo, 30 de diciembre de 2018
Bancos y fondos gestionan más de 240.000 viviendas en España
Por Eduardo Bayona
Público.es, 29/12/2018.
La banca y los fondos de inversión gestionan en España más
de 240.000 viviendas tras la oleada de ventas de los últimos años, que ha
puesto en manos de los segundos más de 110.000 pisos y casas dedicados al
alquiler que los han convertido en los principales caseros del país.
El principal operador en el mercado del arriendo es
Blackstone, un banco de inversiones neoyorquino que gestiona 12.000 viviendas a
través de Anticipa Real Estate, 5.700 con Fidere y 21.000 en Qasar, la sociedad
con el banco Santander que se hizo con el principal paquete de inmuebles de
Altamira y de Aliseda, procedentes de su socio y de Popular. También adquirió
6.400 millones en hipotecas tóxicas de Catalunya Banc y otros 4.500 pisos de
Sabadell, lo que le sitúa por encima de los 40.000.
Le sigue en importancia Lone Star, el fondo tejano que acaba
de hacerse con el 80% del negocio de Servihábitat (Caixabank), que acumulaba
una cartera de 34.000 propiedades (7.695 en venta), aunque parte de ellos son
trasteros y garajes, y con un paquete de 11.000 procedente de Bankia. Comenzó a
expandirse en España hace cinco años y manejaba una oferta de 6.000, la mayoría
de ellas procedentes de Kutxabank.
Otro de los principales gestores de viviendas de alquiler,
aunque a mucha distancia, es Azora, que ronda las 12.000 a través de Lazora
(6.500), EnCasaCibeles (2.400), Tempore (1.400), Axa (800) e Hispania (750).
Cierran el grupo de los grandes caseros Haya Real Estate con
14.000, Testa con 11.000, Altamira con 10.000 y el grupo sueco Intrum, que acaba
de cerrar con Banc Sabadell la compra del 80% de Solvia, que mueve una cartera
de 14.000 viviendas. El resto de las grandes marcas dedicadas al alquiler, como
Vivenio, GreenOak, TH Real Estate, Varde Partners, Castlelake o Allegra, entre
otras, suman 8.000 más.
Suben los arriendos,
mejora el negocio
La irrupción de los fondos de inversión en el mercado del
alquiler, que se ha visto favorecida por la necesidad de los bancos de sanear
sus balances tras la indigestión de ladrillo posterior al estallido de la
burbuja inmobiliaria, ha provocado un constante incremento de los precios del
alquiler que se ha manifestado con especial intensidad en las grandes ciudades
y al que, de manera paralela, también ha contribuido la generalización de la
compra de vivienda para arrendarla, como producto de inversión, por parte de
los particulares.
Según el Ministerio de Fomento, los precios de oferta del
alquiler se han disparado en algo más de veinte puntos en apenas dos años y
medio, entre finales de 2015 y mediados de 2018.
Paralelamente, y según la misma fuente, la rentabilidad
bruta del alquiler no ha bajado en los últimos cuatro años del 4% del precio
que costó adquirir las casas: cuarenta veces más de lo que la banca ofrece para
productos de inversión a más de dos años vista.
La propia política comercial y de saneamiento de balances de
la banca ha resultado clave en ese proceso, ya que ha tirado a la baja de los
precios de venta de los inmuebles en el caso de las grandes operaciones
mientras las operaciones con particulares siguen encareciéndose.
Los rendimientos comenzaron a repuntar y se situaron por
encima de ese nivel en 2013, diez años después de haberlo alcanzado por última
vez y coincidiendo con el inicio del desembarco en España de los fondos de
inversión, parte de los cuales se plantean ahora, ante esa expectativa de
negocio, comenzar a impulsar la construcción de edificios para destinar sus
viviendas al arriendo.
Más de 440.000 casas
nuevas por vender
Eso, en cuanto al alquiler de vivienda, ya que parte de los
fondos y de los bancos centran su actividad inmobiliaria en la venta, caso de
Cerberus, que mueve un parque de 35.700 inmuebles residenciales procedentes de
Banco Santander, o de la propia filial inmobiliaria de este último, Altamira,
que tiene 15.000 en oferta, un millar más de las que intenta colocar Hispania.
Otros, como Merlin, que maneja activos por valor de 12.248
millones, compaginan el alquiler de vivienda con el de oficinas y locales
comerciales y la explotación de hoteles, lo que le genera rentas superiores a
los 120 millones de euros mensuales.
El Sareb o ‘banco malo’, por su parte, mantiene 7.978
viviendas en venta, algo más del doble de las 3.850 que mueve Lar España
procedentes de entidades como Sabadell, Bankia, AXA Real Estate y Catalunya
Caixa, además de diferentes promotores inmobiliarios. En 2017 batió su récord
de ventas con 18.925 operaciones.
Portales especializados en la venta de viviendas como
Idealista.com tienen en venta 35.537 pisos y casas procedentes de entidades
financieras.
Un stock desmesurado
para estrenar
En cualquier caso, queda ladrillo para dar y vender. Según
el Ministerio de Fomento, entre 2017 y el primer semestre de 2018 se terminaron
en España 78.200 nuevas viviendas, que se suman al stock de 491.693 sin vender
acumuladas al cierre de 2016. Las ventas de casas para estrenar, incluidas las
adquiridas por fondos, sumaron en ese periodo 125.723, lo que mantiene el
volumen disponible en 444.170.
Mientras tanto, el stock de casas usadas en venta supera las
900.000 y concentra el grueso de las transacciones, con más del 80% de las
operaciones.
Esa combinación de género por vender, tanto de primera como
de segunda mano, no impide sin embargo que los precios lleven años subiendo:
los 1.459 euros por metro cuadrado con los que el mercado recibió los llamados
‘brotes verdes’ de principios de 2014 habían superado la barrera de los 1.500
al cierre de 2016 (1.512) para acercarse a los 1.600 (1.588) al acabar el
primer semestre de este año.
La subida supera el 8,8% cuando la oferta se sitúa en torno
a 1,3 millones de viviendas en un país con 18,5 millones de hogares.
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