Por Iñigo de Barrón
Diario El País,
03/11/2013.
Las prisas, los errores de
protocolo o una firme revindicación de lo privado han provocado un choque de
trenes entre la gran banca y el Gobierno. De poder a poder y con difícil
solución. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha hecho llegar a la
Asociación Española de Banca (AEB) su “profundo malestar” por la elección de
José María Roldán (Teruel, 1964), como candidato a la presidencia de esta
organización, según fuentes del entorno del Gobierno.
Roldán fue, hasta el 27 de
septiembre pasado, director general de Regulación y Estabilidad Financiera del
Banco de España. El ministro no tiene ninguna objeción profesional, pero
considera que “no es estético, que una persona que hasta hace tan poco tiempo
ha participado en la elaboración de las normas financieras que han dado lugar a
una crisis y un rescate de 40.000 millones que ha sido sufragado por la
sociedad, se mantenga en altos cargos de responsabilidad en el sector”.
El 29 de octubre pasado, en un
comunicado oficial de la AEB se dijo que “tras aceptar la renuncia de Miguel
Martín a optar a un tercer mandato, los primeros bancos representados en el
consejo general” [Santander, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankinter]
“han acordado presentar la candidatura de José María Roldán ante la Asamblea
General de la Asociación que se celebrará el 3 de abril de 2014”.
La noticia cayó como una bomba en
el despacho del ministro Guindos. Según fuentes del Gobierno, los dos grandes
bancos no se pusieron en contacto con ningún alto cargo de Economía. No existe
ninguna obligación oficial de hacerlo, pero entienden en el Ejecutivo que el
presidente de la AEB debe ser un ejecutivo que esté en sintonía con el Gobierno
para facilitar la obligada interlocución cuando se negocien leyes y normas,
tanto en España como en la Unión Europea.
Los banqueros recuerdan que la asociación es privada y
que el gobernador del Banco de España sabía la propuesta del nombramiento
Sin embargo, fuentes bancarias
que piden el anonimato recuerdan que esta es una asociación privada y que la
elección de Roldán cuenta con la unanimidad absoluta de los presidentes de los
cinco bancos, que representan al 90% del sector. Además, comentan que se
mantuvo informado al gobernador del Banco de España, Luis Linde, de todo el
proceso de elección como consta en el comunicado oficial. “¿No informó Linde al
Ministerio de Economía?”, se preguntan algunos con sorpresa.
Otros recuerdan que Guindos ya
vetó a uno de los candidatos, José Manuel Campa, por haber sido secretario de
Estado de Economía con Zapatero. “Una cosa es que se le consulte y se permita
que aparte a algunos candidatos y otra muy distinta que sea el ministro el que
escoja al presidente”, apunta un ejecutivo bancario que reclama el anonimato.
¿Cómo se puede deshacer este
entuerto? La situación es muy compleja porque aunque el candidato no ha sido
elegido formalmente, la AEB dijo que Roldán “ha manifestado su agradecimiento,
interés y disponibilidad para el puesto”. Los bancos hicieron públicas las
condiciones que lo avalaban como presidente. “Su gran experiencia internacional
será clave para garantizar el éxito de esta asociación en un entorno de
profundos cambios regulatorios, entre los que destaca la futura supervisión
única europea. Además, el nuevo presidente continuará con el reto de poner en
valor la gestión diferencial que las entidades que forman parte de la AEB han
hecho durante la crisis, sin necesidad de ayudas públicas”.
Las entidades insisten en la
valía de Roldán por su experiencia europea. “El partido se juega en Fráncfort.
Todo ha cambiado y no sabemos si todos lo tienen claro”.
Ante esta tensa situación, solo
caben dos posiciones: mantener a Roldán, lo que le aboca a un difícil mandato
por su áspera capacidad de relación con el Gobierno o cambiar de candidato.
Esta segunda opción hoy no está sobre la mesa de los bancos.
Desde el Gobierno insisten en el
mal ejemplo social que supone “la puerta giratoria. Entras a trabajar al Banco
de España donde tienes que mantener a raya a las entidades y sales con un
puesto al servicio de ellas. ¿Por qué?”. Las críticas no solo llegan del
Gobierno. También algunos ejecutivos del sector consultados apuntan que “se
podría pensar que se están pagando favores anteriores con los cargos actuales,
lo que podría condicionar incluso a los que ahora están en el Banco de España”.
Algunos recuerdan que Martín también es de la cantera del supervisor, aunque
llegó a la AEB seis años después de ser subgobernador. También está el caso de
Pedro Pablo Villasante, que pasó de jefe de supervisión a secretario general de
la banca. En el Gobierno insisten en que la sociedad no entenderá “que alguien
que dictó una regulación laxa con la banca, con los resultados que todos
conocemos, no puede seguir en puestos de responsabilidad”.
El Gobierno critica que en seis meses Roldán pase de
vigilar a defender bancos
Otro asunto clave es la rapidez con
la que cambiará de trabajo. Roldán, como todos los directores generales del
Banco de España, solo tiene seis meses de incompatibilidad para ir al sector
privado. En el Gobierno recuerdan que “cualquier director general de la
Administración tiene dos años de incompatibilidad. ¿Por qué solo seis meses en
el Banco de España?”. En manos del ministerio está cambiar este plazo, pero
como no podría ser retroactivo, es difícil que afecte a Roldán. Los bancos solo
añaden que “se está cumpliendo lo que dice la ley”.
¿Qué banco propuso a Roldán?
Según las normas de la AEB, es la entidad más grande —el Santander— la que debe
abrir la propuesta de nombres, que consensúa con el segundo, el BBVA, y
posteriormente con el resto. En este caso, se hizo siguiendo este protocolo.
También hay quien piensa que
existe una leyenda política alrededor de Roldán que lo distancia de Guindos.
Fue director del Gabinete de Rodrigo Rato, cuando era ministro de Economía y
Hacienda entre 1996 y 1997, y es cuñado de Manuel Pizarro, una persona
considerada del círculo próximo a Francisco González, presidente del BBVA.
Tanto Rato como González no parecen de la máxima cercanía al ministro. Sin
embargo, ejecutivos que han trabajado con Roldán aseguran que no es un
profesional que se guíe por cuestiones políticas ni afinidades personales. Y
añaden que “no fue la regulación lo que hundió al sector. Sino unas alocadas
cajas sin capital y con mucho ladrillo”.
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