Por Íñigo de Barrón / Luis Doncel
Diario El país, 3/6//2013.
Si la banca castiga a la economía sin crédito y
provoca una recesión, ésta se la devuelve dañando los balances de las
entidades. Es un círculo infernal que el Gobierno y Europa tratan de romper,
aunque sin éxito hasta el momento. La troika, compuesta por la
Comisión Europea, el BCE y el FMI, advirtió ayer de este peligro en su nuevo
examen sobre el programa de rescate de España para sanear su sector financiero.
“Dada la situación económica
adversa, continuó el desendeudamiento de las empresas y el ajuste del mercado
inmobiliario, que afecta gravemente a los volúmenes de los préstamos y afecta a
la calidad de los activos bancarios. Es necesario continuar con una estrecha
supervisión del sistema para preservar la estabilización definitiva de las
entidades”, asegura el comunicado de la Comisión Europea y el Banco Central
Europeo. Y concluye: “Los riesgos para la economía y para el sector financiero
se mantienen elevados”. En sentido parecido se manifestó el Fondo Monetario
Internacional (FMI), que lanzó un comunicado en paralelo tras el examen a que
ha sometido una misión de los hombres de negro al sistema financiero español
entre el 21 al 31 de
mayo.
Los prestamistas hacen un balance
agridulce del examen al que se ha sometido a la banca española en los últimos
quince días. Pese a estas advertencias, los tres organismos que han puesto a
disposición de España hasta 100.000 millones de euros para limpiar los activos
dañados del sector financiero, consideran que el Gobierno está cumpliendo los
deberes impuestos como condiciones para el rescate.
Con este lenguaje lleno de
advertencias pero sin respuestas, la troika alerta de que los activos bancarios
continúan deteriorándose, lo que podría generar que, al final, los bancos con
problemas necesiten más de los 40.000 millones que hasta ahora han usado del
dinero europeo. Pese a este riesgo, el Gobierno asegura que no pedirá más
dinero, aunque cada día surgen más voces que reclaman una nueva inyección a la
banca para que regrese el crédito.
Hay otro aspecto en el que se han
fijado los inspectores que viajaron a España para elaborar el tercer informe
sobre el plan de rescate: los cambios normativos sobre desahucios. “En este
contexto, el Gobierno español se ha involucrado en la conciliación y el
equilibrio de los intereses legítimos de los deudores hipotecarios con
problemas de estabilidad financiera. La aplicación de la nueva ley en esta
materia debe ser vigilada para evaluar si la compensación es apropiada para
garantizar la estabilidad financiera. Un diagnóstico de la evolución de la
calidad de los activos, de la solvencia y de la capacidad de resistencia de la
banca española sigue siendo importante en este contexto”.
Con este apunte parece quitar
algo hierro a la reciente nota del BCE en la que reclamó al Gobierno “medidas
más amplias que aborden las causas subyacentes” de las ejecuciones
hipotecarias. Y destaca que lo más importante es la estabilidad de los bancos.
Ya en aquel momento se decía que la estabilidad se debía ponderar, pero que aun
así al Gobierno le había faltado ambición para abordar un problema social tan
grave.
Además del crédito y la
morosidad, la Sareb fue otra de las obsesiones de los inspectores. Esta
sociedad afronta el “gran desafío” de gestionar y desinvertir con éxito en un
entorno “de condiciones todavía muy difíciles para el mercado inmobiliario”. Es
decir, dudas.
El FMI también pide rigor con las
provisiones por créditos refinanciados. Así, el Fondo da la bienvenida a la
reciente aclaración de España de los criterios para determinar la clasificación
de los préstamos refinanciados y reestructurados, pero añade: “La aplicación
rigurosa de estos criterios debería ayudar a asegurar una provisión adecuada
para cubrir las pérdidas en préstamos”.
La troika también lanza
alabanzas: dice que las condiciones del Mou “casi se ha completado”. “Los
mercados financieros españoles se han estabilizado aún más desde la última
revisión, con una caída del interés de los bonos soberanos y corporativos junto
a una menor volatilidad. En paralelo, la situación de liquidez del sector
bancario español ha mejorado”. El Gobierno se agarró a esta parte para decir
que la valoración de la troika sobre España “era positiva”. Entre las grandes
entidades se echó en falta una distinción entre entidades buenas y malas para
abrirles los mercados. Ahora todo está pendiente del informe del 17 de junio,
que abordará el asunto con profundidad.
Pese a no citar en ningún momento
ni la normativa
antidesahucios aprobada por Andalucía y Canarias o las reformas
legales impulsadas por el Gobierno central, la troika insiste en que habrá que
controlar la puesta en marcha de las nuevas normas para determinar si son
apropiadas para garantizar la estabilidad financiera. Es decir, Bruselas y
Fráncfort admiten las preocupaciones de los desahuciados, pero ponen el acento
sobre la necesidad de asegurar en todo momento la estabilidad de los bancos.
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