Por Vicenç Navarro
Diario Público.es,
23/08/2013.
Ya en 2006 predije qué era lo que
ocurriría en España y también lo que le pasaría al partido mayoritario de las
izquierdas españolas, el PSOE. En mi libro El subdesarrollo social de
España: causas y consecuencias, escrito aquel año, hice una crítica del
pensamiento económico del PSOE prediciendo lo que pasaría. Y ha pasado. La
caída casi en picado del apoyo popular al PSOE a partir de la crisis (y, lo que
es más importante para explicar el declive, a partir de la respuesta del equipo
económico a la crisis) era totalmente previsible.
En lugar de alegrarme de haber
acertado en mis estimaciones, me apena llevar razón, pues hubiera sido mejor
para el país que yo estuviera equivocado. Las consecuencias de lo ocurrido para
España han sido enormemente negativas. En realidad, la respuesta del equipo
económico del gobierno Zapatero a la crisis preparó el terreno para el
desarrollo de las políticas neoliberales del gobierno Rajoy. El camino a seguir
lo estableció el gobierno Zapatero, aunque el Ejecutivo de Rajoy lo haya
transformado en una autopista muy ancha, con cinco carriles, por los cuales
pasan todas las políticas más duras del neoliberalismo.
Ni qué decir tiene que el
gobierno Zapatero dio pasos positivos -algunos muy positivos- en las áreas de
defensa de los derechos humanos, de igualdad de género y también en varias
áreas sociales. Pero en las áreas económicas su comportamiento y respuesta eran
de libro de texto liberal. Esta doctrina económica quedaba bien plasmada en el
libro titulado De nuevo socialismo, del que era mentor en Economía del
candidato (y más tarde presidente) Zapatero, el economista Jordi Sevilla.
En el libro, Sevilla subrayaba la
necesidad de bajar impuestos, establecer un tipo único de gravamen, quitar
énfasis de las políticas redistributivas, no subir el gasto público, liberar lo
que llamaba las energías del sector privado y priorizar el mercado como sistema
de reparto de recursos mejor que la intervención pública. Este libro utilizaba
un discurso, una narrativa y una argumentación idénticos a los utilizados por
los autores de inclinación liberal, a la que debería referirse ahora como
neoliberal por su dureza. El famoso discurso del presidente Zapatero en 2005,
en el que sostuvo que “es de izquierdas bajar impuestos”, derivaba directamente
de ese pensamiento económico (ver el capítulo 1.3 “El debate sobre la estrategia
socialista: el nuevo socialismo” de la cuarta parte de El Subdesarrollo
Social de España, páginas 276-283).
Al discurso del presidente
Zapatero siguió la reforma fiscal de 2006 que rebajó sustancialmente los
impuestos, creando, en 2008, un agujero en las cuentas del estado de nada menos
que 27.223 millones de euros, que se intentó tapar, al iniciarse la crisis, a
base de, entre otras medidas, la congelación de las pensiones. En realidad, el
ahorro que el gobierno Zapatero intentó conseguir con esa medida (1.200
millones de euros) se habría podido conseguir revirtiendo la bajada del
impuesto de sucesiones (2.552 millones de euros), la del impuesto de patrimonio
(2.100 millones) y/o la de impuestos de las personas que ingresaban más de
120.000 euros al año (2.500 millones de euros).
Jordi Sevilla había incluso
propuesto la introducción de seguros privados en la sanidad pública, a fin de
corregir los déficits de gasto público existentes en el sector sanitario. El
impacto de esta medida habría facilitado la polarización por clase social de la
sanidad pública española, tal como ocurre en Catalunya.
La línea liberal aparecía también
en las posturas defendidas por Miguel Sebastián, coordinador -al principio- del
programa electoral económico del PSOE y, más tarde, asesor económico del
presidente Zapatero, antes de pasar a ser ministro de Industria. Coincidiendo
con Jordi Sevilla, subrayó en varias ocasiones (ver su artículo en El País.
14 de abril de 2002) la necesidad de bajar impuestos y no aumentar el gasto
público, lo cual significaba que España continuaría siendo uno de los países de
la Eurozona con menos ingresos al Estado y menos gastos en su Estado de
bienestar. Las propuestas de no aumentar el gasto público de Jordi Sevilla y
Miguel Sebastián se hacían en uno de los países, España, con el gasto público
(incluido el social) por habitante más bajos de la UE-15, el grupo de países
con un desarrollo económico similar al de España.
Por si fuera poco, Miguel
Sebastián, en una entrevista en El País (21 de septiembre de 2003),
indicó que estaba totalmente en contra del intervencionismo público. Y,
mostrando un notable desconocimiento de la realidad estadounidense, se refería
al Partido Demócrata (al cual atribuía políticas económicas anti
intervencionistas) como modelo para el PSOE. En realidad, el gobierno federal
de EEUU es el más intervencionista de los países de la OCDE, el grupo de países
más ricos del mundo. A través del sector militar, el gobierno federal ha
configurado la economía estadounidense. Como bien dijo en su día el secretario
de Defensa de la Administración del Presidente Reagan, nada menos, el Sr.
Caspar Weinberger, “el gobierno federal de EEUU tiene la política industrial
más avanzada de la OCDE”. Ambos partidos, el Demócrata y el Republicano
coinciden en ello. El sector militar industrial está en el centro de la
economía estadounidense. Y este sector está dirigido por el Estado, gestionado
por la Administración Pública. Esto ocurre tanto con las administraciones
republicanas como con las demócratas. En realidad, este sector es incluso mayor
con la Administración Obama de lo que lo ha sido con administraciones
anteriores.
Su otro comentario en la misma
entrevista, señalando el Estado de bienestar estadounidense como un referente
político para España, también refleja su escaso conocimiento del estado de ese
país. En realidad, hay casi un consenso en el panorama político estadounidense
acerca de que la sanidad por ejemplo, en EEUU, es un ejemplo de ineficiencia.
Una ineficiencia altamente costosa y sumamente impopular. La privatización de
la sanidad y su gestión por las compañías de seguros privadas han sido un
“desastre” (mess en inglés, término utilizado por los presidentes Nixon,
Bush Sr., Clinton, Bush Jr. y Obama).
Los puntos de vista de Jordi
Sevilla y Miguel Sebastián eran representativos de la cultura económica
dominante en el gobierno Zapatero, aunque no siempre en el partido PSOE. El
carácter presidencialista de exjefe del Gobierno explica que se rodeara de
economistas que compartían su ideología. Como resultado, el presidente Zapatero
pasó a ser uno de los presidentes menos populares que han existido en España
durante la época democrática.
El declive político del PSOE y
del PSC
Estas medidas fueron las
responsables del colapso político del PSOE, arrastrando con él al PSC en
Catalunya. La identificación y defensa del altamente impopular gobierno
Zapatero por parte del PSC contribuyó en gran medida a su derrota.
Pero todos los indicadores
parecen señalar que no hay plena conciencia de las causas del error de esas
políticas económicas. La falta de cambio en la dirección del PSOE es un factor
causante del continuo declive. Y su falta de autocrítica contribuye a esta
sensación de continuidad. Esta situación se da también en el PSC, donde un
economista, Maurici Lucena, que se considera discípulo de Julio Segura y Miguel
Sebastián, es el segundo de a bordo del PSC y, a la vez, su portavoz
parlamentario. Lucena, siguiendo la línea liberal responsable ha escrito un
libro, En busca de la pócima mágica, donde, sorprendentemente, continúa
defendiendo estas políticas.
Mientras tanto, todo el debate
dentro del PSC se centra sobre su falta o su exceso de catalanismo. Parece que
el PSC no entiende lo que ha pasado, ni en España ni en Catalunya. El tripartito,
en contra del mensaje promovido por las fuerzas conservadoras, fue un gobierno
progresista que, en muchas áreas, incluso las económicas, llevaba -antes de que
llegara la crisis- la marca socialdemócrata en sus leyes y propuestas. En las
áreas sociales, los cambios fueron significativos. Eso explicaba su
popularidad, a pesar de tener a los medios -incluidos los públicos- en su
contra. Pero fue su defensa de las políticas de Zapatero y su respuesta a la
crisis las que determinaron su gran bajada electoral. Hoy, en toda Europa, el
fracaso del neoliberalismo es absoluto. Todos los gobiernos socialdemócratas
que llevan a cabo este tipo de políticas han colapsado. Y España, incluyendo
Catalunya, no ha sido la excepción.
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