Por Carlos Berzosa
Nueva Tribuna.es,
27/03/2015.
La economista italiana Mariana Mazzucato, asesora del Gobierno británico de la
Comisión Europea y profesora en la Universidad de Sussex, ha escrito un libro
sugestivo y muy ilustrativo El Estado emprendedor. Mitos del sector
público frente al privado (RBA, 2014). La obra es valiente y atrevida
pues como dice Carlota Pérez, una relevante economista en innovación
tecnológica, en el prólogo: "Desmontar mitos nunca es fácil. Nadar
contracorriente requiere determinación, un serio compromiso con la verdad y
evidencias irrefutables. Esto es lo que Mariana Mazzucato exhibe en este libro,
que desafía con éxito la ampliamente extendida idea de que el Estado no puede
tomar decisiones acertadas, que es torpe, burocrático e incapaz de asumir
riesgo emprendedor".
En los tiempos de fundamentalismo
de mercado cuestionar estas ideas desde luego no es tarea sencilla, pero lo más
relevante de esta aportación es que pone encima de la mesa una función del
Estado poco o nada conocida, como es la de emprendedor. Se tiene la idea
bastante generalizada de que el Estado no tiene iniciativa y menos capacidad de
emprendimiento, pues se mueve lentamente como consecuencia de que se encuentra
anquilosado y prisionero de unas estructuras excesivamente burocratizadas. La
capacidad de emprendimiento se considera que es exclusivo de la empresa privada
que se muestra como más ágil, flexible e innovadora. Nada más lejos de la
verdad.
En efecto, como la autora
demuestra, con el estudio de casos concretos, muchas de las grandes
innovaciones recientes, como internet, los teléfonos móviles con sus
aplicaciones, los GPS, la pantalla táctil, las energías renovables, avances en
la salud y genética, por poner algunos ejemplos, no hubieran sido posibles, sin
la intervención activa del Estado. Muchos de los ejemplos, como ella dice:
"se refieren a Estados Unidos -con el objetivo de demostrar que el país al
que a menudo se considera el más representativo de los beneficios del ‘sistema
de libre mercado’ tiene uno de los Gobiernos más intervencionistas en lo
referente a innovación-, los ejemplos más recientes llegan en mayor medida de
los países emergentes".
Este papel del Estado, como
señalaba anteriormente, se encuentra escasamente analizado por parte de los
economistas, que por lo general entienden, los que defienden el papel del
Estado que son minoría dentro del mundo académico, que la intervención tiene
sentido para corregir los fallos del mercado. De este modo, se defiende una
regulación de los mercados, la expansión de la demanda efectiva, la existencia
del Estado del bienestar y la financiación pasiva de la I&D. Apenas se ha
entrado a analizar ese papel activo que supone la capacidad de innovar por
parte del sector público. Esta función es la que resulta realmente rompedora en
este libro de Mazzucato. Así que no solamente nada contracorriente sino que
revela capacidades y posibilidades del Estado, que por lo general permanecen
ocultas y no visibles.
¿Qué es lo que realmente entiende
por Estado emprendedor?: "Un Estado emprendedor no solo ‘elimina el
riesgo’ del sector privado, sino que también visualiza el espacio de riesgo y
opera de forma atrevida y efectiva dentro de este para conseguir que las cosas
ocurran. De hecho, cuando el Estado no está convencido de su función, es más
probable que sea ‘capturado’ y sometido a los intereses privados. Cuando no
asume un papel de liderazgo, se convierte en un pobre imitador de los
comportamientos del sector privado, en lugar de una alternativa real".
A la luz de las varias enseñanzas
que se pueden extraer de este libro, una de ellas muy significativa es que
España no tiene un Estado que haya cumplido este papel y lo que es peor que lo
vaya a cumplir en un futuro. Lo más grave es que con ello se pierde el tren del
progreso no solamente frente a los países que tradicionalmente han estado más
avanzados en este terreno y en el de las inversiones en I&D, sino también
ante los países emergentes. De hecho, como consecuencia de esto, siguiendo el
razonamiento de Mazzucato, lo que sucede es que el Estado español es presa de
los intereses privados, de la captura de rentas por parte de los grupos
privilegiados, y de los que usan el sector público a favor de sus intereses y
enriquecimiento.
La apuesta en España por la
I&D sufre un notable retraso y no solo no se ponen los medios para avanzar
por este camino, sino que con las políticas de recortes se retrocede aún más
con relación a los países desarrollados a la vez que se está siendo superado
por los países emergentes. Mientras todo esto sucede el sistema fiscal se hace
más regresivo, se da un gran fraude y la corrupción alcanza niveles muy
elevados. Este Estado no es solo "capturado" por los intereses
privados, sino que bajo su manto se está expoliando a los ciudadanos con el
robo que supone la corrupción. Una de las razones de que esto suceda la da
Velázquez-Gaztelu en Capitalismo a la española. Cómo la perversa alianza
entre los políticos y la oligarquía financiera frena el avance de España (La
esfera de los libros, 2015).
Ahora que estamos ante las
elecciones autonómicas, habida cuenta que tienen competencias en este terreno,
no estaría de más que los candidatos se leyeran este libro y fueran capaces de
hacer propuestas factibles y posibles para sentar las bases de una política en
la que el Estado deje de ser en parte lo que es con tanta corrupción y que se
convierta en emprendedor, aparte de otras funciones sociales, ecológicas y
educativas tan importantes que debe desempeñar.
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