Por Francisco Mercado
Vozpópuli, 02/03/2015.
Dos amigos de José María Aznar vieron hundirse Bankia desde su
presidencia: Miguel Blesa y Rodrigo Rato. Y
un exministro suyo, Mariano Rajoy, la nacionalizó y reflotó
con 23.000 millones. Hoy, un hijo del expresidente Aznar, José María
Aznar Botella, hace caja a través de una firma (Haya) con los activos
tóxicos de Bankia merced a un contrato con dicho banco: le ha facturado
39,3 millones en su primer año de existencia como comisión, con 4,4
millones de beneficio. Y todo ello para un fondo buitre estadounidense, Cerberus,
que dirigen al menos dos ex altos cargos -el exvicepresidente Don
Quayle y el exsecretrario del Tesoro, John Snow- de
George W. Bush, amigo de Aznar senior. El círculo se cierra.
La génesis de tal ganancia sigue
la siguiente cronología.
El 28 mayo de 2013 se
crea Promontoria Plataforma. En agosto se rebautiza como
Haya Real Estate, que preside Juan Hoyos, casualmente también amigo y compañero
de colegio, como Blesa, de Aznar senior. Y en ella figura como consejero el
primogénito de Aznar desde octubre de 2013, al mes de conseguirse el contrato
con Bankia.
El 3 de septiembre
de 2013, firma un contrato de adquisición al Grupo Bankia “del
negocio de gestión de determinados activos inmobiliarios y préstamos a empresas
del sector inmobiliario (crédito promotor) que son propiedad del Grupo Bankia y
de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración
Bancaria (SAREB), estos últimos gestionados hasta la fecha de combinación de
negocios por el Grupo Bankia”, según explica la propia empresa. El ganador de
tal contrato era una empresa con un capital ridículo: 3.000 euros. Y
tras garantizarse tan ambicioso proyecto, en octubre de 2013, Cerberus, a
través de Promontoria Holding 62, socio único ubicado en
Holanda, amplió el capital 833.000 acciones con valor de un euro y
una prima de emisión de nueve euros. En total inyectó 8,3
millones.
Haya, con el macrocontrato
con Bankia en el bolsillo, ya le merecía la pena a Cerberus: ya podía
permitirse superar los 3.000 euros iniciales. Haya admite tal incongruencia al
admitir que la ampliación de capital ha sido "realizada con la finalidad
de fortalecer la estructura patrimonial de la sociedad y dotarla de mayor
equilibrio patrimonial". En suma, Bankia contrató con una firma débil que
quedó desequilibrada tras lograr tan ambicioso negocio.
La condiciones del
contrato
El contrato de adquisición tenía
dos cláusulas suspensivas:
- Emisión por parte del Ministerio
de Hacienda de un informe para la operación.
- Concesión de determinada financiación por
parte de Bankia a Haya.
Ambas debieron de cumplirse,
porque el contrato salió. El ministerio de Hacienda, pilotado por un exministro
de Aznar, Cristóbal Montoro, dio su visto bueno a que una
empresa privada vinculada al hijo de su expresidente gestionara y vendiera los
activos tóxicos de la nacionalizada Bankia en lugar de comercializarlos
directamente. Y, por su parte, a tenor del contrato, Bankia se comprometió a
financiar a la firma de Aznar Jr. para que pudiera salir airosa. Una curiosa
operación circular: te presto dinero para que gestiones mis activos tóxicos y
los revendas con ganancias. En el contexto de dicha macroperación se firmaron
cuatro contratos:
Contrato de Prestación de
Servicios por Haya de gestión de los activos del
Grupo Bankia determinados en el perímetro acordado en el momento
de la operación de la combinación de negocios por un periodo de diez
años.
Contrato de subcontratación por
parte del Grupo Bankia en favor de Haya como prestador de servicios de gestión
de activos propiedad del SAREB por un periodo que finalizaba el
31 de diciembre de 2013, pero que fue renovado para el ejercicio de 2014. (La
empresa confía en asumirlo al menos tres años).
Contrato de prestación por parte
del Grupo Bankia a Haya de servicios informáticos, servicios de
comercialización de los activos a través de la red de oficinas del Grupo
Bankia, así como de la financiación minorista en favor de potenciales
adquirentes de los activos propiedad de SAREB que actualmente gestiona Haya.
Contrato de prestación de
servicios entre Haya y el Grupo Bankia (como prestador de servicios) en
relación con otros servicios informáticos, arrendamientos y servicios
administrativos.
En suma, Haya compraba el negocio
de gestión de inmuebles y crédito promotor del Grupo Bankia, y, por añadidura,
se subrogaba en los empleados del banco adscritos a tal área.
Haya tiene un único
cliente: Bankia. Y el negocio se establece así: Haya factura a
Bankia por la totalidad de sus servicios de gestión y luego Bankia
factura al SAREB por los servicios de gestión de sus activos. “Los servicios
que presta la sociedad se concentran en la gestión de activos financieros e
inmobiliarios, por lo que la sociedad cobra una comisión, y en
las actividades de comercialización o recobro de los mismos, por las que
la sociedad cobra una comisión adicional en función del
volumen de operaciones alcanzado en el periodo”.
Se trata de los activos tóxicos
de la Bankia hundida por dos presidentes del PP, pero una firma timoneada por
Aznar Jr. cobra una doble comisión por venderlos. Los expertos bancarios
objetan la fórmula. "Esta doble comisión podría haberse ahorrado de haber
quedado esta operativa en el seno de Bankia o del SAREB, máxime cuando se hace
con los mismos empleados que tenía Bankia". De hecho, Haya empezó con tres
empleados... y luego sumaba 403.
Haya compra la gestión de
los activos tóxicos, pero no el riesgo de su titularidad
Bankia describe así la operación:
"Con fecha 3 de septiembre de 2013 Bankia firmó un acuerdo para enajenar a
una empresa del grupo inversor Cerberus Capital Management, LP
denominada Promontoria Plataforma, S.L.0 ("Plataforma") el negocio de
gestión y comercialización de los activos inmobiliarios y préstamos Ipromotor.
Como parte de la operación, se acordó transmitir al comprador la participación
del Grupo Bankia en las sociedades Gesnova Gestión Inmobiliaria Integral, S.L.
y Reser Subastas y Servicios Inmobiliarios, S.A., operación que se formalizó en
el mes de diciembre de ese año.
El acuerdo de venta englobó la
cesión de activos y pasivos asociados a dicho negocio de gestión (pero no
la titularidad de los innmuebles y créditos promotor
gestionados), así como "la cesión de los empleados asociados a dicha
actividad". Esto último añade un dato relevante, porque Haya vende activos
de Bankia, pero nunca asume el riesgo de comprarlos. Su único riesgo estriba en
el equilibrio precio del contrato y comisión.
"El precio de la
operación", añade Bankia, "dependerá del grado de cumplimiento del
plan de negocio de la actividad traspasada, y se estima que estará entre 40
y 90 millones de euros. A este contrato para la gestión
externalizada de la recuperación de créditos promotor y la comercialización de
activos adjudicados, en ambos casos tanto propiedad de Bankia como de SAREB, se
ha añadido la definición de un Plan Director de Seguridad 2013-2016, al objetivo
de adecuar el control y seguridad de la información a la nueva realidad del
banco".
¿Cuánto le ha costado tal
contrato a Haya?: 38 millones de euros de precio fijo. A fines
de 2013 debía 17 millones de esa parte, y además, debería pagar una parte variable
si supera determinadas expectativas de aquí a 2016, y nunca por un importe
mayor de 12,5 millones, más otra comisión en función de sus ingresos aún no
determinada. En total, Bankia calcula que la operación puede suponerle un
precio de entre 40 y 90 millones.
Por lo pronto, los seis
administradores de Haya se han embolsado 1.055.000 euros. Pero tres de ellos,
además, sumaron 966.000 euros más por realizar tareas de dirección. Por tanto,
Aznar Jr. cobró entre 175.000 y 497.000 euros según si actuó o
no como directivo de alta dirección.
En todo caso, en su primer año de
vida, Haya ha cobrado 39,3 millones de euros de comisión por su actividad. Es
decir, ya ha recibido más dinero del que le cuesta la parte fija del contrato.
Acaso por ello, aunque presenta un fondo de maniobra negativo que se
corresponde con el pago de la operación de compra de negocio, los
administradores entienden que los “flujos importantes” que han tenido en 2013 y
tendrán en 2014 permitirán hacer frente a tal situación. Los beneficios se
pueden multiplicar en años próximos.
Haya declinó comentar con este
diario las dudas subyacentes sobre Aznar Jr.: si cumple funciones de directivo,
si facturó asesorías y si es accionista de la matriz. Bankia, por su parte,
afirma que tal contrato se adjudicó "por concurso, como todos los que
hace, mediante procesos concurridos transparentes y abiertos en los que se
adjudica al mejor postor, y en este caso el adjudicatario paga una parte al
inicio y luego sigue pagando cada año del contrato. Pero no compran la
inmobiliaria, que es nuestra".
Los Aznar, padre e hijo, convergieron
por un negocio privado en 2009 sobre Bankia cuando la presidía
Miguel Blesa. Aznar senior le recomendó la compra de una colección pictórica
por 54 millones que una tasación interna cifró en tres millones. Blesa la
rechazó por su precio desorbitado. Aznar Jr. le reprochó entonces tal desaire:
"Con los pelos que se ha dejado por ti y han sido muchos, me parece
impresentable lo que has hecho o no has hecho. No se merecía esta
decepción". Y Blesa saltó:“Puede que seas muy joven para entenderlo: algún
día no te explicarás haber escrito este mensaje. Yo nunca me arrepentiré de
haber actuado así, la caja [Caja Madrid] tiene sus procedimientos, no es mi
cortijo. A tu padre nunca le ha decepcionado la seriedad y honestidad de un
amigo”, señalaba entonces el mensaje de Blesa a José María Aznar Botella.
Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario