Por Garikoitz Montañés
El diario.es, 25/0772015.
¿Navarra puede contar con una banca pública? ¿Qué pasos serían
necesarios para hacerla realidad? ¿Cómo se financiaría? Estas son algunas de
las preguntas que se han comprometido a resolver las fuerzas que han apoyado el
programa del nuevo Gobierno foral. Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e
Izquierda-Ezkerra incluyeron en ese acuerdo el compromiso de elaborar, en un
año, un estudio sobre cómo se
podría contar con una entidad de este tipo, que conllevaría una
inversión importante para poder disponer de una red pero que, sin embargo, “es
muy similar a lo que teníamos hace cuatro días”, dice el portavoz de
Izquierda-Ezkerra en el Parlamento de Navarra, José Miguel Nuin, en clara
referencia a Caja Navarra (CAN).
I-E, junto a Podemos, son dos de
las formaciones que más han defendido esta posibilidad. No en vano, dirigentes
como Alberto Garzón o Pablo Iglesias han apoyado públicamente a la plataforma
por una banca pública, creada en 2011 y que, a grosso modo, defiende el modelo
de las cajas de ahorro anterior a su privatización. La coalición de IU y
Batzarre incluso la incluyó en su programa electoral. De ahí que Nuin tampoco
oculte ahora las dudas que
Geroa Bai ha mostrado con esta posibilidad, y que han hecho
que en el
acuerdo programático del nuevo Gobierno de Navarra no se descarte el
impulso de la banca pública, pero que tampoco se incluya de forma clara.
En el documento se menciona, en concreto, el compromiso de realizar en el
primer año de legislatura ese estudio que analice las posibilidades de
recuperar una institución financiera pública en Navarra. También se apuesta por
estudiar el Patronato de la Fundación Caja de Ahorros de Navarra, para asegurar
una “gestión adecuada” del patrimonio existente y, por último, se incluye la
creación de una oficina de atención al cliente de entidades financieras, que
ayude a la ciudadanía en su relación con cajas y bancos.
El vínculo entre impulsar la
banca pública y las referencias a Caja Navarra es claro porque, por así
decirlo, de las cenizas de la CAN es una de las opciones de donde podría salir
esta entidad. En concreto, la apuesta principal sería poder recapitalizar los
recursos de la Fundación Caja Navarra, último resquicio de la entidad en la
Comunidad Foral tras su paso a CaixaBank, y así echar mano del 1,2% de
participación en las acciones de CaixaBank para poder financiar esta operación.
De ahí la indefinición actual de los pasos a seguir y la necesidad de realizar los estudios jurídicos y
económicos correspondientes, para decidir si ese paquete se
pone a la venta o sirve como garantía para obtener un crédito.
Sin intereses partidistas
Desde la plataforma Attac
(que ha
organizado charlas en torno a la necesidad de impulsar la banca
pública y la banca ética y que está vinculada a la mencionada plataforma por
una banca pública), por ejemplo, incluyeron el impulso de la banca pública como
una de las cinco propuestas
económicas que
recomendaban al nuevo Gobierno (junto a otras como una auditoría de
la deuda o la paralización de los recortes sociales), para poner a disposición
de la ciudadanía una entidad financiera que no esté guiada por la obtención de
un beneficio económico, sino en su utilidad social, y que esté basada en la
economía real. Y, la clave, alejada de intereses partidistas o de aspiraciones
más similares a un banco al uso. Una precisión a tener en cuenta cuando la
polémica en torno a qué ocurrió en Caja Navarra (uno de los
argumentos habituales, así como las referencias a Bankia, que se
exponen contra el impulso de una banca pública) dista mucho de haberse
terminado, en la Justicia y en el Parlamento foral, porque el nuevo Gobierno de
Navarra se ha comprometido a reactivar una comisión de investigación sobre la
CAN.
La decisión, en cualquiera de los
casos, estaría en manos del
patronato de la fundación, que, según sus estatutos, es su
máximo órgano de gobierno y que en su gran mayoría está nombrado por el
Gobierno de Navarra, además de, por ejemplo, cargos propuestos por el
Ayuntamiento de Pamplona y el Parlamento foral. De ahí que desde I-E se
destaque que impulsar la banca pública es únicamente una cuestión de voluntad
política.
Por el momento, esa voluntad está
a estudio.
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