Por José Manuel Romero
El País, 05/07/2015.
El Tribunal de Cuentas ha
remitido ya a los partidos políticos un informe preliminar de sus estados
contables correspondientes al ejercicio de 2013 para que hagan las alegaciones
que consideren antes de la aprobación definitiva. El documento concluye que
ninguna de las formaciones políticas con representación en las instituciones
que han sido fiscalizadas tiene deudas con Hacienda o la Seguridad Social.
En la introducción de ese informe
se dibuja el escenario financiero en el que se movieron los partidos en 2013,
un año de crisis económica. Las subvenciones públicas de las distintas
administraciones para el funcionamiento ordinario de las formaciones sumaron
196 millones de euros, una cifra muy inferior a la gastada sólo dos años antes
(236 millones) cuando arrancaron las legislaturas en el Gobierno central y la
mayoría de Ejecutivos autonómicos así como los mandatos en los más de 8.000
ayuntamientos de toda España.
Las reformas legislativas en la
Ley de Financiación de Partidos Políticos (tres cambios desde 2007), la crisis
económica y los escándalos de corrupción explican la curiosa evolución de
ingresos y deudas en la historia de los partidos políticos de los seis últimos
años.
El desplome de los donativos y las tres reformas legales.
En 2007, cuando todavía seguía vigente en España la Ley de Financiación de
Partidos Políticos aprobada 20 años antes, el Partido Popular declaró al
Tribunal de Cuentas unos ingresos por donaciones de casi cinco millones de
euros. La norma permitía entonces los donativos anónimos siempre que no
superasen los 60.000 euros al año y siempre que no procedieran de empresas
contratistas de la administración pública.
El mero hecho, legal, de que esos
donativos pudieran ser anónimos, impedía que el Tribunal de Cuentas pudiera
conocer su procedencia y, por tanto, saber si respetaban o no la Ley. El PP
ingresó por ese concepto en 2007 casi cinco millones de euros, la mitad de lo
que facturaba entonces por las cuotas de sus afiliados (10 millones de euros).
Era, con mucha diferencia, la formación política que más rendimiento le sacaba
a las donaciones privadas y anónimas, casi el triple que el PSOE (1,8 millones
de euros) pese a que entonces estaba en el Gobierno central.
La investigación del caso
Bárcenas ha puesto al descubierto una práctica anómala en el PP: recibía
donativos ilegales de contratistas públicos y por más de 60.000 euros al año,
pero los troceaba en cantidades menores y los hacía pasar por anónimos antes de
ingresarlos en una cuenta bancaria creada al efecto.
En sólo seis años y con tres
reformas de la Ley de Financiación de Partidos, la formación conservadora ha
pasado de ingresar en 2007 casi cinco millones de euros en donaciones a sólo
400.000 euros en 2013. Los cambios en la Ley de Financiación de Partidos
Políticos y las causas abiertas por corrupción han reducido en más de un 90%
los ingresos del PP procedentes de particulares.
La evolución de los ingresos del
PSOE por donaciones privados puede dar lugar a interpretaciones erróneas, según
sus dirigentes. Durante los años que siguieron a la reforma legal de 2007, que
impedía los donativos anónimos, el PSOE reflejó en sus cuentas ingresos de
entre 2,5 y 3 millones de euros, muy superiores a los que declaraba el PP en
esos ejercicios.
Los dirigentes socialistas
explican que en el capítulo de donaciones incluyeron una especie de impuesto
que cobraban a todos sus cargos públicos equivalente a un porcentaje del
salario que recibían de las instituciones en las que trabajaban.
Eso hizo que la cantidad
reflejada en la casilla de los donativos registrará una medida de ingresos de
tres millones de euros al año, lo que situaba al PSOE en el primer puesto de
esa categoría. Por primera vez en 2014 han diferenciado en sus cuentas entre
donativos de particulares y el impuesto que pagan sus cargos públicos. Las
cantidades que ingresaron el resto de partidos por donativos son simbólicas e
insignificantes.
Deudas millonarias. Los partidos políticos gastaron en
los últimos años menos de lo que ingresaron. En 2011, cuando comenzó la
presente legislatura, las formaciones políticas declararon al Tribunal de
Cuentas unas deudas con los bancos de 270 millones de euros. Al final del
ejercicio de 2013, según los datos que han remitido al órgano fiscalizador, los
partidos reconocían una deuda de 205 millones.
Los problemas de las formaciones
políticas con los bancos crecen en años electorales y disminuyen en periodos
sin convocatorias a urnas. La Ley de Financiación de Partidos Políticos también
ha complicado el pago de la deuda. La polémica generada por las condonaciones
de deuda de determinados bancos a algunos partidos políticos provocó una
reforma legal en 2012 donde se limitaba la posibilidad de perdón a 100.000
euros. En 2015, el Gobierno promovió un nuevo cambio normativo que prohibía a
los bancos cualquier condonación de deuda a los partidos políticos.
El PSOE es la formación que más
deuda acumula con los bancos en los últimos años. Aunque en 2007 su morosidad
era equivalente a la del PP (59 millones de euros), sólo seis años después el
PP declaró al Tribunal de Cuentas unas deudas con los bancos de 40 millones
mientras que el PSOE admitía unos números rojos de 64,5 millones.
Esta situación se explica por los
pésimos resultados electorales de los socialistas en las elecciones
municipales, autonómicas y generales de 2011. Esos bajos registros le
ocasionaron un roto en sus arcas con una reducción sustancial de las
subvencines públicas.
En el lado contrario se situaría
el PP, una formación que hace tan sólo dos años registraba unas deudas con los
bancos de 77,9 millones de euros y a finales de 2013 declaraba tan sólo 40,5
millones, casi la mitad. En 2011, el PP consiguió sus mejores resultados de la
historia y atesoró un poder inmenso en ayuntamientos (gobernaba en más de 3.000
municipios), comunidades autónomas y el Gobierno central.
Financiación pública versus financiación privada. Los
partidos políticos recibieron en 2013 más de 216 millones de euros (196 para
gastos de funcionamiento y 20 como subvenciones electorales) e ingresaron por
cuotas de sus afiliados y donativos de particulares 70 millones de euros. En
conjunto, la financiación privada de los partidos supuso apenas un 24% del
total del dinero del que dispusieron.
En algunos casos, como ocurre con
el PP, de los 98 millones de euros que declaró por ingresos al Tribunal de
Cuentas, sólo 18 millones de euros —menos del 20%— procedían de financiación
privada: cuotas de afiliados y donaciones.
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