Por Carlos Javier
Bugallo Salomón
Estaba ayer de paseo y me encontré por casualidad a un
conocido, llamado Francisco Sánchez García. Francisco es miembro de la PAH, y
en la breve conversación que mantuvimos me informó de cómo la cooperativa de
crédito Cajamar ha hecho lo imposible para desahuciarlo, aunque finalmente
consiguió acordar una dación en pago. Me comenta también que en Valencia conoce
por lo menos a otras 30 personas que viven con la amenaza de desahucio por
parte de esta cooperativa de crédito.
Como es sabido, el cooperativismo es un movimiento económico
que se apoya en una ética particular, basada en los ideales de la fraternidad y
la cooperación. Por ello me resulta chocante que Cajamar incurra en las mismas
prácticas inmorales que la banca privada.
He consultado la página web de esta cooperativa de crédito,
y en ella hay un apartado consagrado a la Responsabilidad Social Empresarial en la que habla de su ‘compromiso’ con la ciudadanía. Menos hipocresía y más
predicar con el ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario