Por Alicia Crespo
Expansión,
09/03/2016.
Todos los bancos españoles quieren aumentar la concesión de
crédito al consumo. No solo para aprovechar la recuperación económica, sino
también para compensar el efecto negativo que la política monetaria ultralaxa
del BCE tiene sobre sus cuentas. Porque este tipo de préstamos es mucho más
rentable que las hipotecas y los créditos a pymes y se antoja como una buena
palanca para impulsar los ingresos.
Por eso, las entidades se afanan en diseñar estrategias de
crecimiento, con iniciativas que van desde sellar alianzas con proveedores de
productos y servicios hasta potenciar la concesión a través de dispositivos
móviles, pasando por la creación de divisiones especializadas en estos
productos con estructuras directivas independientes de la matriz.
Pero la creciente competencia de bancos y de
establecimientos financieros de crédito por ganar cuota de mercado en este
segmento en España todavía no ha consolidado una tendencia a la baja en los
precios, que se mantienen entre los más altos de la eurozona, a mucha distancia
de los que se registran en los principales países europeos.
El precio de las nuevas operaciones de crédito al consumo en
España se estableció en el 9,6% en enero, lo que supone un incremento de
cincuenta puntos básicos en relación a diciembre de 2015, según las
estadísticas del Banco Central Europeo (BCE), que miden el tipo de interés
efectivo (TEDR), equivalente a la TAE sin comisiones.
Estos préstamos en España son 4,2 puntos porcentuales más
caros que la media del conjunto de la eurozona (5,4%), donde los tipos apenas
han repuntado diez puntos básicos en el último mes. El precio que pagan los
consumidores en España es superior al que pagan en Portugal (7,9%), Italia
(6,8%), Alemania (5,0%) y Francia (4,2%).
La decidida apuesta de la banca española por darle a la
manivela del crédito al consumo se refleja en el importe del saldo vivo, que se
mantiene en 162.000 millones de euros en enero con relación al mismo periodo
del año anterior, según datos del Banco de España.
Pero queda especialmente patente en el importe de las nuevas
operaciones, que se ha disparado un 47% en los últimos doce meses, hasta 720
millones de euros, para los préstamos con un periodo de fijación del tipo de
interés inicial de entre uno y cinco años, los de referencia para este
segmento.
Las entidades españolas han constatado un aumento de la
competencia en el crédito al consumo en el último trimestre de 2015, pero las
presiones aún no han provocado un relajamiento de los criterios de concesión,
según se desprende de sus respuestas a la última encuesta bancaria del BCE.
Sin embargo, el porcentaje de solicitudes de crédito
rechazadas sí disminuyó en España, de forma más intensa que en el resto de la
UE, mientras que la demanda de préstamos siguió creciendo y, según las
previsiones de la banca, lo seguirá haciendo con intensidad en 2016, al calor
de la mejora de la confianza de los consumidores.
«Después de siete años de crisis, la gente vuelve a consumir
como una liberación», explica Alfonso Sáenz, consejero director de Bankinter
Consumer Finance, el brazo de crédito al consumo de la entidad que dirige María
Dolores Dancausa, que ha sellado acuerdos con concesionarios de coches y puntos
de venta para impulsar su negocio.
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