domingo, 27 de marzo de 2016

Los banqueros se libran de la cárcel



Por Miguel Cifuentes
Tiempo, 10/03/2016.

La reciente sentencia del juicio contra los exdirectivos de Caja Castilla-La Mancha confirma la opinión de abogados penalistas que creen que es extremadamente complicado que los banqueros vayan a la cárcel.

Los procesos judiciales siguen con su calendario. Las demandas contra las cúpulas dirigentes de cajas de ahorros que acabaron en la quiebra, rescatadas por el Estado u obligadas a fusionarse para poder mantener en pie sus negocios, muchas de ellas interpuestas por el Fondo de Rescate Ordenado Bancario (FROB), comienzan a dilucidarse en vistas públicas y empieza a haber sentencias. Y todas con una cosa en común: las condenas son siempre de un máximo de dos años de prisión, con lo que los procesados no van a la cárcel.

La última de ellas, la dictada contra Juan Pedro Hernández Moltó, expresidente de Caja Castilla-La Mancha (CCM), e Ildefonso Ortega, exdirector general de la entidad, tiene la peculiaridad de que es la primera que castiga la mala gestión en sí misma, ya que las anteriores juzgaban las indemnizaciones millonarias de directivos que tuvieron que dimitir. Estos dos directivos de CCM han sido condenados a dos años de cárcel y una multa de 29.970 euros por falsear las cuentas del ejercicio de 2008. La cifra de la multa es llamativamente baja si se compara con los 5.600 millones de euros de ayudas públicas que necesitó la entidad financiera para salir adelante una vez que tuvo que ser intervenida por el Estado. El tribunal ha dejado en uno los cinco delitos que les imputaba el fiscal Luis Rodríguez Sol, que había pedido 2,5 años de prisión, lo que hubiera implicado ingresar en la cárcel. El juicio ha tardado en celebrarse cinco años.

Se cumple así a pie de la letra el pronóstico que han hecho para Tiempo desde hace tres años numerosos juristas: “No veremos a los banqueros entrar en la cárcel. Tal y como está montado el sistema judicial, es muy difícil probar delitos financieros y societarios”. Los jueces son reacios a las penas de cárcel, no quieren evaluar los errores empresariales, se lo dejan a los supervisores y a los accionistas, y les cuesta mucho ver delitos en materias muy técnicas difíciles de entender. Así opinan Javier Álvarez y Jacobo Dopico, catedráticos de Penal de la Universidad Carlos III, y Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid.

La excepción de Mario Conde.

El profesor Cancio señala una clave: la exigencia de los jueces de que los peritos “acrediten en el juicio los delitos de modo contundente. Y esto en materia financiera y contable no es nada fácil. En el sector financiero todo se puede disfrazar de errores de gestión, mala valoración del riesgo, etcétera. Son hechos muy difíciles de cuadrar en un tipo penal”. Para el profesor Álvarez, la falta de contundencia y ejemplaridad en la condena de delincuentes financieros viene de lejos en España. De hecho, el caso de Mario Conde, condenado a 20 años de cárcel (cumplió menos de 5) resulta anecdótico como escarmiento con implicaciones políticas. Hay un rosario de juicios a banqueros en los últimos veinte años en los que todos han salido bien librados.

Andrés Herzog, abogado de la acusación popular del caso Bankia, cree que todo “se debe a cómo está montado el sistema, lleno de garantías para los imputados, a base de prescripciones, aforamientos, dilaciones e incidentes procesales, e incluso indultos cuando son condenados”. El letrado, que ha peleado para abrir dos piezas separadas del caso Bankia, está convencido de que “hay un sistema de protección para los políticos y expolíticos que estaban en las cajas” con la coartada de “que todo estaba supervisado por el Banco de España y la CNMV”. En esas condiciones, “condenar a los directivos de las cajas supondría pedir responsabilidades penales a los supervisores por omisión en la vigilancia o cooperación en los delitos”, lo que explicaría las sentencias benévolas que se están dictando ahora.

El recuento de las condenas a altos cargos de cajas de ahorro es coincidente. Uno llamativo es el de cinco directivos de Nova Caixa Galicia a los que la Audiencia Nacional condenó a dos años de prisión por administración desleal y apropiación indebida, delitos castigados con hasta seis años de cárcel. Los directivos de Caixa Penedés fueron condenados también a dos años tras aceptar su culpa y pactar una sentencia de conformidad con la obligación de devolver 29 millones de euros de indemnizaciones cobradas ilegalmente.

Más casos

Otro caso llamativo fue el de la cúpula directiva de la Caja del Mediterráneo, que fue absuelta. Roberto López Abad, exdirector general de la caja, y Juan R. Avilés, exdirector financiero, quedaron en libertad pese a que quedó acreditado que crearon una filial para repartir sobresueldos a los consejeros y concedieron un crédito de 17,6 millones al propio Avilés para una promoción inmobiliaria ruinosa. López Abad cobró una indemnización de 6,5 millones. La caja tuvo que ser intervenida finalmente por el Estado para evitar la quiebra y luego vendida a Banco Sabadell por un euro con un esquema de protección de activos que garantiza a los compradores no hacerse cargo de posibles pérdidas de hasta 16.000 millones.

Todas estas sentencias, más la de CCM, llevan a muchos expertos a pensar que finalmente no habrá grandes condenas en el resto de casos pendientes de juicio. En esa espera están, por ejemplo, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, expresidentes de Caja Madrid y Bankia, respectivamente. Rodrigo Rato, en libertad bajo fianza, tiene abiertos cinco frentes en los que se suman los casos de Bankia y  de las tarjetas black con presuntos delitos por cobro de comisiones, fraudes fiscales y blanqueo de capitales.

En este desfile por los juzgados están también pendientes de comparecer en el banquillo los directivos de Caixa Cataluña, con Narcis Serra al frente, y los dirigentes del Banco de Valencia, con José Luis Olivas a la cabeza. Y de propina, va camino de juicio la tercera pieza separada de Caja del Mediterráneo, sobre la ruina de la entidad y sus responsables.

Y mientras, hay países que son ejemplares juzgando a los delincuentes financieros. En Islandia han pasado por la cárcel 26 banqueros, las cúpulas de todas las entidades, con condenas de tres a cinco años. Y en países pequeños como Uruguay, una familia de banqueros como los Peirano, dueños del Banco de Montevideo, estuvieron cinco años en prisión. Bernard Madoff, el financiero estadounidense, fue condenado en junio de 2009 a 150 años de cárcel.

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