Por Antonio Maqueda
El País,
12/07/2016.
El Fondo Monetario Internacional ha puesto el foco sobre la
banca italiana. Y la conclusión se resume en que el problema no se puede
solventar simplemente esperando a que la recuperación económica repare los
balances. Hace falta más. Sobre todo porque las entidades transalpinas acaparan
un tercio de todos los créditos morosos de la zona euro, la friolera de 360.000
millones o el equivalente al 22% del PIB italiano. Si se combina esto con una
deuda elevada y un crecimiento frágil, el cóctel resulta explosivo y "el
contagio regional y global puede ser significativo dado el peso sistémico de
Italia", alerta el Fondo.
“Los esfuerzos a escala europea deben proseguir para
reforzar la arquitectura de la eurozona”, remacha el FMI en su informe sobre la
coyuntura económica italiana. Es más, advierte a las autoridades europeas de
que la pelota caliente de la banca transalpina se puede sumar a una economía
global inestable, el Brexit, el Grexit, la crisis de refugiados y las dificultades
que tiene la UE para avanzar en la unión bancaria y fiscal.
El organismo radicado en Washington pinta una banca italiana
con apuros generalizados y atrapada en un círculo vicioso de difícil salida.
Las entidades no son capaces de alimentar el crédito y, por tanto, la
inversión. A su vez, sin una economía que crezca y con una inflación moderada,
el sistema financiero italiano tendrá muy complicado superar sus problemas a
fuerza de crecimiento. El corolario consiste en que se precisan "medidas
adicionales" para romper con la trampa de malos créditos que impide el
buen funcionamiento de la economía italiana. En definitiva, el Fondo hace una
llamada a una intervención más decidida que ponga solución a una morosidad
media del 18% de los préstamos. Basta recordar cómo un informe de la
institución mentando el agujero de Bankia acabó desencadenando el rescate
financiero de España.
El organismo dirigido por Christine Lagarde sostiene que
esta situación ya está provocando un aumento de las primas de interés
transalpinas en el sector privado, aunque todavía disten de los exorbitantes
niveles de 2012. Y eso que el BCE está manteniendo las rentabilidades de los
bonos extraordinariamente bajas comprando deuda a mansalva. Si el crecimiento
vuelve a resentirse, la vulnerabilidad de Italia es extrema, explica el Fondo.
A su juicio, “unas mayores primas de riesgo tendrán consecuencias sobre las
empresas más duras que en el pasado”. También en el crédito soberano, dada la
elevada exposición que tiene una banca cargada de títulos estatales en sus
balances y que experimentaría muchas dificultades para refinanciar las
altísimas cotas de deuda pública.
El Gobierno de Roma ya reconoce la dimensión del aprieto, y
ha aplicado reformas para mejorar la reestructuración de créditos, fomentar la
consolidación bancaria y facilitar la titulización y venta de los préstamos
morosos. Sin embargo, el agujero es demasiado grande. Y para mayor inri, el FMI
destaca que hay demasiados conflictos de gobernanza en la banca italiana. Los
vínculos entre empresas y bancos son muy estrechos, en especial en el caso de
los numerosos bancos regionales y pequeños. Estas entidades de menor tamaño se
muestran incapaces de gestionar bien la morosidad, indica el Fondo. En parte,
al inicio este fenómeno ayudó a que muchas compañías soportasen mejor los
primeros vaivenes de la crisis respaldas por los bancos. Pero ahora está
impidiendo que se limpien los balances. El grueso de la mora pertenece a
empresas, muchas de ellas medianas y pequeñas cuyos activos son difíciles de
valorar y que deberían reestructurarse o perecer, señalan los hombres de negro.
Por más que muchos de los créditos tengan garantías, se
tarda un mundo en ejecutarlas debido a un intrincado sistema judicial que
además dificulta reestructurar las deudas. Y el nivel de provisiones se antoja
bajísimo. Para colmo, existe una división entre norte y sur también en la
cantidad de morosos: el centro y el sur aglutinan mucho más que el norte.
Disponible en:
http://economia.elpais.com/economia/2016/07/11/actualidad/1468266509_432971.html
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