Público.es,
27/06/2017.
Los consejos de administración de Bankia y Banco Mare
Nostrum (BMN) han aprobado su proyecto de fusión, de modo que la primera
absorbe a segunda, según han informado este martes ambos bancos a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ambas entidades, que formarán el cuarto
mayor banco español por activos, están controlados por el Estado, a través del
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el fondo estatal de rescate
bancario.
Se trata de un nuevo paso en el saneamiento del sector financiero,
con el objetivo de minimizar el importe perdido en las ayudas públicas a estas
dos entidades, que ascendieron a unos 24.000 millones de euros (el grupo
BFA-Bankia ha recibido 22.424 millones, mientras que BMN adeuda al Estado 1.645
millones).
Será una de las pocas operaciones en la que el Estado podrá
recuperar parte de los fondos utilizados en el rescate a la banca. Un informe
reciente del Banco de España situó el importe de las ayudas no recuperables al
sector en más de 60.600 millones de euros.
Precisamente, el FROB dio en marzo luz verde a la fusión de
las dos entidades nacionalizadas al considerarla como la mejor forma de
recuperar el dinero de los contribuyentes, después de un intento fallido de
subastar BMN y ante la imposibilidad de sacarla a bolsa a un precio razonable.
Bankia, presidida por José Ignacio Goirigolzarri, nació en
diciembre de 2010 de la unión de varias cajas de ahorros: Caja Madrid, Bancaja,
Caja Insular de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja
Rioja. Fue nacionalizada en mayo de 2012. Cuenta con 1.800 oficinas y 13.000
empleados y obtuvo un beneficio neto atribuido de 804 millones de euros en
2016, un 22,7 % menos que un año antes.
El Banco Mare Nostrum (BMN), presidido por Carlos Egea, lo formaron también en diciembre de 2010 Caja
Murcia, Caixa Penedès (cuyos activos y red se traspasaron luego a Banco
Sabadell), Caja Granada y la balear Sa Nostra. Está controlada por el FROB
desde diciembre de 2012. Cuenta con 650 oficinas y 4.300 empleados, y volvió a
los números rojos en 2016, al perder 39 millones de euros.
El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, en un
encuentro con analistas, ha asegurado que la entidad tiene previsto completar
en la primera mitad de 2018 la integración de BMN.
BMN, valorado en 825
millones
La relación de canje aprobada por los consejos de ambas
entidades será de una acción ordinaria de Bankia por cada 7,82987 acciones
ordinarias de BMN. Así, Bankia absorberá a BMN mediante la entrega a sus
accionistas de 205,6 millones de acciones nuevas, lo que supone valorar al
banco absorbido en 825 millones de euros (está por debajo de los 1.061 millones
de euros que se habían barajado en la única muestra de interés -no vinculante-
que hubo en una subasta fallida para adjudicar la entidad a principios de año.)
Tras la operación, el FROB (que tiene un 66% de Bankia y un
65% de BMN) controlará un 66,6% de la nueva entidad fusionada. El resto de accionistas
de BMN pasarán a tener un 6,7 % del capital de Bankia.
Está previsto que el cierre de la operación se produzca en
diciembre de este año, según dijo Bankia, en línea con lo previsto
anteriormente. Previamente, está previsto que este proyecto de fusión sea
sometido en septiembre a las respectivas juntas generales de accionistas de BMN
y Bankia para su aprobación.
La operación es positiva desde el primer año, según dijo
Bankia en una presentación a la CNMV, y aportará 245 millones a su beneficio
neto, incrementando el beneficio por acción en un 16% desde el año 2020.
La fusión permitirá alcanzar unas sinergias de 155 millones
de euros a partir del tercer año, equivalentes al 40% de la actual base de
costes de BMN, si bien se espera conseguir ya en el segundo año la práctica
totalidad de ellas, 149 millones de euros. Los saneamientos adicionales por 700
millones de euros en la cartera de créditos y adjudicados de BMN permiten que
las coberturas de Bankia se mantengan tras la operación en sus estándares
actuales.
En términos de solvencia, tras la integración Bankia prevé
un core capital fully loaded del 12% en diciembre de 2017, frente al 11,5% a
marzo, mientras que espera que la rentabilidad mejore en 120 puntos básicos
medida en ROTE (rentabilidad sobre el capital tangible).
La fusión generará unos costes de reestructuración de unos
334 millones antes de impuestos, según la información remitida por el banco de
José Ignacio Goirigolzarri a la CNMV, aunque no ha precisado cómo se
materializarán estos costes.
El banco realizará saneamientos por 1.000 millones, de los
que 500 millones corresponderán a
provisiones de créditos, 200 millones a
provisiones de adjudicados y 300 millones
a otros ajustes. Además, la fusión implicará una reducción de los gastos
antes de impuestos por sinergias de unos 155 millones de euros para el tercer
año, es decir, en 2020, dado que la transacción se cerrará en diciembre de este
año.
La política de
dividendos no cambiará
En una conferencia con analistas, el consejero delegado de
Bankia, José Sevilla, ha afirmado que "la política de dividendos no tiene
por qué cambiar". En el caso de su último dividendo, el repartido con
cargo al ejercicio 2016 el pasado 31 de marzo, el pay-out (el porcentaje del
beneficio que se reparte entre los accionistas) de la entidad se situó en el
39,5%. Sevilla ha apuntado que ese pay-out podría incluso superar el 40% a
medio plazo.
Bankia tiene activos de 190.000 millones de euros, mientras
que BMN cuenta con 39.000 millones. Alcanzarán así los 223.000 millones en
activos en España, consolidándose de esta forma como cuarto grupo del sector.
Tras la operación, Bankia contará con cuotas de mercado
superiores al 30% en Granada y Murcia y del 25% en Baleares. Complementará de
esta manera una franquicia que ya es líder en territorios de gran tamaño y
dinamismo económico, como la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana.
Bankia ha destacado que la operación le refuerza como cuarta
entidad en el mercado español y se produce en un momento de perspectivas
positivas para el sistema financiero, tanto por el crecimiento esperado del
negocio como por la previsible evolución de los tipos de interés.
El ministro de Economía, Luis de Guindos y el presidente de
Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, posan juntos en un acto en Madrid.
Según los analistas,
pese a la presencia del Estado en ambas entidades, la operación no está
exenta de obstáculos, entre ellos la necesidad de proteger los intereses de los
accionistas minoritarios de Bankia, cuya fallida salida a bolsa en 2011 acabó
en rescate con dinero público y ha llevado a la investigación de los antiguos
gestores de la entidad, el Banco de España y la CNMV.
Tras la fusión, el Gobierno tiene previsto privatizar en
última instancia el nuevo grupo mediante la colocación en el mercado de
paquetes accionariales en función de la evolución del mercado, hasta el plazo
máximo permitido, en principio diciembre de 2019.
La eventual desinversión supondría un paso más para
completar el saneamiento de la banca española tras la crisis que sacudió España
entre 2008 y 2013, que ha reducido el número de entidades de 55 a 13. Uno de
los últimos capítulos de este proceso fue la reciente adjudicación de Banco
Popular a Santander por el precio simbólico de un euro tras la intervención de
las autoridades europeas.
Bankia llegó a perder más de 19.000 millones de euros en
2012, un ejercicio en el que las pérdidas de BMN se situaron en más de 2.400
millones de euros.
"La operación es positiva en términos de creación de
valor para los accionistas de Bankia", pues "se espera un crecimiento
del beneficio por acción del 16 % y el retorno esperado de la inversión (ROIC)
será del 12 % en el tercer año", explica Bankia.
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