Por John O'Donnell/Reuters
Público.es, 27/06/2017.
La liquidación multimillonaria de dos bancos italianos
generó fuertes críticas por dañar un proyecto diseñado para apuntalar la
confianza en la zona euro tras la crisis financiera.
Mientras los políticos digerían los detalles del rescate,
que implica ayuda estatal en lugar de que los inversores soporten la mayor
parte del coste, muchos criticaron a Roma por haber roto el espíritu del marco
de la unión bancaria-- y a la Comisión Europea en Bruselas por permitirlo.
Bajo el acuerdo firmado el fin de semana, Italia pagará más
de 5.000 millones de euros a Intesa Sanpaolo, su principal banco comercial,
para que tome los mejores activos de dos bancos fallidos del Véneto,
protegiendo a Intesa con hasta 12.000 millones de euros de un esquema de
garantías contra pérdidas.
Esto rompió un principio acordado entre los líderes europeos
y consagrado en la ley de la UE consistente en que los inversores deberían
pagar por los fracasos bancarios, y no el Estado.
"Todo fue para nada", dijo Philippe Lamberts, un
miembro del Partido Verde belga en el Parlamento Europeo que pasó meses
negociando y escribiendo la ley presentada el año pasado.
"Es un mal día para Europa. Es otro golpe a la
integración europea", dijo, describiéndolo como un "gran golpe"
al propio euro y daña la imagen del Banco Central Europeo, que supervisa a los
mayores bancos de Europa.
Sven Giegold, un europarlamentario que ayudó a negociar la
ley, pidió una investigación en la cámara por ignorar la norma, atacando a la
Comisión, el Ejecutivo de la UE, que tenía la última palabra para aprobar el
esquema de ayudas.
Los inversores respiraron aliviados tras la decisión, con
subidas de las acciones, mientras Italia buscaba presentar la operación con un
halo positivo.
La operación termina con uno de los principales problemas
bancarios del país. Un responsable del Banco de Italia llegó a decir que el
país podría incluso sacar beneficio con el acuerdo.
Pero los eurodiputados lo vieron con un tono más sombrío.
Gélida acogida
Markus Ferber, eurodiputado alemán, dijo que Italia no había
respetado las nuevas normas y vaticinó que Alemania sería reacia a buscar
mayores lazos en la zona euro.
"Esto lleva al cementerio la unión bancaria", dijo
Ferber, miembro del conservador CSU de Baviera, un partido hermanado al de la
canciller Angela Merkel.
"No tiene sentido tener más integración", dijo,
mencionando el ejemplo de la protección paneuropea de depósitos, el siguiente
paso previsto para el proyecto de la unión bancaria. "Nadie puede
seriamente dar a Italia acceso a la protección de depósitos", dijo.
Alemania, preocupada por si tendría que pagar la cuenta de
bancos fracasados en países como Grecia o España, ha sido protagonista a la
hora de escribir una norma que fuerza las pérdidas de tenedores de bonos y
grandes depositantes de bancos en liquidación.
El ministro de Finanzas alemán dio a la operación una gélida
acogida.
"El uso de ayuda estatal se debería evitar lo máximo
posible en casos de quiebra", dijo una portavoz del ministro de Finanzas
Wolfgang Schaeuble, añadiendo que le corresponde a la Comisión velar por el
cumplimiento de las normas.
Roma esperaba que bancos italianos más saneados pudieran
unirse para ayudar a los que estaban en apuros, Banca Popolare di Vicenza y
Veneto Banca. Pero la mayoría no quiso tras haber gastado miles de millones en
ayudas a otros bancos con problemas.
El paso de Italia al margen del régimen de la UE supone
cuestionar todo el nuevo marco y si se puede usar en lugar de los rescates con
dinero público.
La actuación también arroja sombras sobre el BCE, que
superivsa los bancos y los consideraba solventes hasta hace poco. El banco
central rechazó hacer comentarios.
La solución italiana contrasta con el rescate de Santander a
Popular, donde pagó sólo 1 euro pero se quedó con los préstamos del banco e
impuso pérdidas a los accionistas, incluidos los pequeños inversores.
Alberto Ruiz Ojeda, abogado de la asociación de accionistas
minoritarios AEMEC que lidera una acción por la liquidación de Popular, dijo
que la medida de Italia alentaría a que hubiera más demandas de quienes
perdieron dinero.
"Intesa Sanpaolo se va a beneficiar de un esquema del
que Banco Santander no ha podido", dijo. "Lo que vemos es un trato
discriminatorio e injusto. Esto alentará más demandas de accionistas y bonistas
de Popular", añadió.
Los diputados de otros países, además de Alemania, también
manifestaron su pesar.
Los bancos griegos recibieron un tratamiento mucho más duro
y aún siguen en vigor los controles de capital impuestos para controlar sus
débiles bancos.
"El mundo no es justo. Es obvio que Italia es un país
diferente a Grecia", dijo Kostas Chrysogonos, eurodiputado del partido
griego de izquierda, recordando los estrictos términos impuestos a Atenas.
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