Por Eduardo Bayona
Público.es,
17/12/2017.
El negocio bancario está cambiando en España, y eso está
teniendo notorios efectos en tres planos: la rentabilidad de los cuatro grandes
(Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia) tiende al alza con un registro de 15.857
millones de beneficios en cinco años, periodo en el que las plantillas han
sufrido una sangría que alcanza las 18.278 bajas y en el que la competencia ha
sido achicada mediante unos procesos de concentración en los que esos bancos
han engullido a ocho competidores, la mayoría procedentes del quebrado y
rescatado sistema de cajas de ahorro.
El ERE firmado esta semana por una amplia mayoría sindical
con las direcciones de Santander y Popular, que verán mermadas las plantillas
de sus servicios centrales en otros 1.100 empleos cuando hace menos de un año
que ambas entidades cerraron sendos ajustes de 1.380 y 2.592, es, hasta ahora,
el último capítulo de una serie de recortes de empleo que viene de atrás y que
lleva camino de continuar.
Todo apunta a que la reducción de las plantillas en el
sector continuará, pese al avance del negocio bancario a costa de las cajas
como consecuencia del proceso de bancarización y concentración; básicamente,
por la combinación de dos factores relacionados con el modelo de negocio.
Uno tiene que ver con los procesos de digitalización del
sector y el avance de la ciberbanca, que han llevado a que el 54,6% de los 29
millones de internautas españoles, casi 16 millones de personas, haga gestiones
financieras por internet en lugar de desplazarse a su sucursal.
El otro afecta directamente a las infraestructuras, por el
cierre de oficinas como consecuencia de las duplicidades que afloran en las
redes de sucursales conforme se suceden las absorciones y por el progresivo
abandono de las plazas rurales, que ha llevado a que casi la mitad de los
municipios del país (3.899 de 8.117) carezca de oficina.
Los dos grandes
bancos
Más de la mitad de esos beneficios y casi dos tercios de las
bajas del periodo 2012-2016 se concentran, según los datos de sus propias
memorias y los anuarios de la AEB (Asociación Española de la Banca), en los dos
grandes del sector: Santander y BBVA, que acumulan, respectivamente, 4.888 y
4.800 millones de ganancias netas y 5.513 y 1.270 rescisiones de contratos, ya
sea por prejubilación, EREs, despidos, bajas voluntarias u otras causas.
No obstante, el saldo final de sus plantillas entre esos dos
ejercicios positivo, ya que el balance final incluye las reducciones de
plantillas de las entidades que han ido absorbiendo.
En el caso de Santander, su aumento formal de plantilla de
4.313 se produjo tras absorber, en 2012, a 9.826 trabajadores de Banesto
(8.103) y Banif (278), absorbidos en 2012. BBVA ganó 5.212 trabajadores, aunque
ese saldo llega tras hacerse en 2013 con Unnim (1.603) y en 2016 con Catalunya
Banc, que había entrado en 2012 con una plantilla de 4.879.
Las dos grandes
excajas
CaixaBank, que ya ocupa el segundo puesto del sector en
depósitos (203.496 millones por 205.097 de Santander y 198.256 de BBVA al
cierre de junio) y que acumula en ese lustro un beneficio de 3.027, presenta
una evolución similar a la de sus dos principales competidores: creció en 7.488
trabajadores, aunque después de integrar los 11.736 de Banca Cívica (7.500 en 2012),
Bankpyme (232 ese mismo año), Banco de Valencia (1.747 en 2013) y Barclays
(2.257 en 2015), lo que deja un recorte real de 4.248.
La reducción de plantilla en ese mismo periodo de cinco años
de la otra gran caja bancarizada, Bankia, que cerró de 2012 con un agujero
oficial de 18.306 millones para encadenar cuatro ejercicios con beneficios
netos por 3.142, alcanza los 7.247 empleados tras haber integrado su división
de banca privada, con 106 trabajadores, en 2013.
Los cuatro mantenían al cierre de 2016, según indican sus
memorias, presentadas en este tercer trimestre de 2017, un total de 100.442
empleados (32.403 CaixaBank, 31.351 BBVA, 23.017 Santander y 13.571 Bankia) que
suponen más de la mitad de los 194.283 del sector, según el Banco de España.
También acumulan, con esas 18.278 bajas, algo más de un tercio de las 53.810
que suman las entidades financieras desde el cierre de 2011.
Dos bancos que ganan
y contratan y otro que se extingue
Sin embargo, no toda la banca sigue esa misma tendencia.
Sabadell y Bankinter combinan los beneficios con aumentos de plantilla, algo
especialmente notorio en el primero, en pleno proceso de expansión, mientras
Popular se encuentra en vías de absorción tras su ‘resolución’ y venta a
Santander por un euro en junio.
Sabadell y Bankinter suman beneficios por valor de 3.602
millones de euros (2.120 y 1.482) y aumentos de personal por 8.711 (8.038 y
637) en ese lustro. El primero, tras una intensa participación en los procesos
de fusiones y absorciones, del que el segundo, que cerró el último ejercicio
con 4.577 trabajadores, se ha mantenido al margen.
La plantilla de Sabadell ha crecido en 15.270 personas al
pasar de los 10.675 con los que cerró 2011 a los 25.945 de 2016. Su gran
expansión se produjo el primer año de ese lustro, durante el que incorporó a la
CAM (5.700 empleados) y a los bancos Guipuzcoano (557), Urquijo-Sabadell Banca
Privada (207) y Gallego (768).
Por último, Popular, formalmente considerado el sexto banco
del país hasta su ‘resolución’ la pasada primavera, arroja resultados negativos
tanto en el negocio como en la evolución de la plantilla. El saldo de
beneficios y pérdidas en los ejercicios de 2012 a 2016 suma números rojos por
valor de 5.186 millones, un declive que fue acompañado de la rescisión de 2.654
contratos para quedarse en 11.948 pese a integrar los 1.402 de Wiznik (520),
Targo (702) y su división de banca privada (180), mientras su filial Pastor
perdía otros 2.533 al pasar de 3.575 a 1.022.
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