Por Vicente Clavero
Público.es,
19/12/2017.
La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
que anuló con carácter retroactivo las cláusulas suelo cumple mañana un año.
Desde entonces, las entidades financieras afectadas han tenido que devolver a
sus clientes cientos de millones de euros. Pero, de momento, no se ha cumplido
el augurio de que la resolución traería una subida de los tipos de interés de
las hipotecas.
El pronunciamiento judicial, conocido el 21 de diciembre de
2016, corrigió un fallo previo del Tribunal Supremo que reconocía el carácter
abusivo de las cláusulas suelo, pero limitaba su alcance temporal para reducir
las “consecuencias macroeconómicas asociadas”. Aquello fue un auténtico regalo
a la banca, que algunos jueces disconformes recurrieron ante el Tribunal de
Luxemburgo.
Éste les dio la razón y dispuso que las entidades
devolvieran todo el dinero cobrado de más, con independencia del momento en que
se hubiera firmado la hipoteca. Según cálculos realizados entonces, el coste de
la sentencia para los bancos rondaría los 4.500 millones de euros, la mayor
parte de ellos correspondientes al BBVA, que había hecho un uso masivo de las
cláusulas suelo.
Para ordenar y agilizar las devoluciones, el Gobierno impuso
por decreto un procedimiento específico el 20 de enero de 2017, aunque no todas
las entidades mostraron la misma diligencia a la hora de cumplirlo. Bankia y
Banco Mare Nostrum (BMN), ambos controlados por el Estado, no ofrecieron
ninguna resistencia; pero del Sabadell o del Popular no puede decirse lo mismo.
Este último banco, ahora en manos del Santander, guardó en
el cajón miles de reclamaciones sin resolver, que sus nuevos propietarios se
encontraron después comprarlo en junio de 2017 por el precio simbólico de un
euro. El Sabadell, por su parte, fue denunciado ante el Banco de España, junto
a otra docena de entidades por obstruir las devoluciones con incontables
trabas.
En cualquier caso, a día de hoy, se desconoce cuántos
clientes han recuperado su dinero y cuántos no ha podido hacerlo aún, a pesar
de que el procedimiento impuesto por el Gobierno venció hace meses. El PSOE, a
través de una proposición no de ley presentada en el Congreso, pidió a finales
de verano una información detallada al respecto, que aún no se ha obtenido.
Una de las consecuencias esperadas de la sentencia del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según la banca y numerosos expertos,
era un encarecimiento inmediato de las hipotecas. Pero, un año después, los
datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) no apunta
precisamente a que los acontecimientos hayan discurrido, al menos hasta ahora,
en esa dirección.
El precio medio de las nuevas hipotecas, tomando en
consideración tanto las de tipo fijo como las de tipo variable, no sólo no ha
subido, sino que ha bajado de forma significativa. En septiembre de 2017 era
del 2,67%, frente al 3,13% registrado en diciembre de 2016. El número de
créditos con garantía inmobiliaria firmado durante ese periodo superó la cifra
de 350.000.
Tampoco se ha producido el anunciado aumento del peso de las
hipotecas a tipo fijo, en detrimento de las variables, que eran a las que
afectaban las cláusulas suelo ya desaparecidas. Ahora, como antes, estas
últimas representan aproximadamente un tercio del total, siempre según los
datos del INE, que sólo se refiere a las hipotecas de nueva constitución.
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