Por Vicente Clavero
Público.es,
05/12/2018.
Los dos principales bancos españoles, Santander y BBVA, se
hicieron grandes como consecuencia de la oleada de fusiones de los años ochenta
y noventa del siglo pasado. Santander absorbió dos entidades que previamente se
habían unido entre sí: el Central y el Hispano, mientras que el BBVA resultó de
la fusión del Bilbao con el Vizcaya, primero, y de éstos con Argentaria,
después.
Eso les permitió encaramarse en poco tiempo a la cumbre del
sector, en la que se afianzarían luego, gracias en buena parte a la absorción
de los restos de la reciente crisis financiera. Santander, que años antes se
había anexionado Banesto, rescató al Popular cuando las autoridades bancarias
nacionales y europeas lo declararon en quiebra. El BBVA se quedó Unim y
Catalunya Banc, marcas bajo las que operaban seis antiguas cajas catalanas.
No fue un proceso excepcional: otros bancos también
engordaron rápidamente a costa entidades en apuros, algunos con cuantiosas
ayudas públicas. Es el caso, por ejemplo del Sabadell, que adquirió el
Guipuzcoano, la CAM y el Banco Gallego, lo que le permitió dar un paso de
gigante y situarse en el quinto puesto de ranking, justo por detrás de
Caixabank, descendiente de La Caixa, y Bankia, nucleada por Caja Madrid y Bancaja.
Sin embargo, en el caso de Santander y BBVA, el mayor
crecimiento no se ha producido en el ámbito nacional, sino en el internacional.
Los dos han ido ganando terreno fuera de España a pasos agigantados,
básicamente con el objeto de no ser esclavos del mercado doméstico, cuyos
riesgos quedaron de manifiesto sobre todo en los momentos más duros de la
recesión.
Países como Brasil y Reino Unido (Santander) o México,
Estados Unidos y Turquía (BBVA) han atraído el interés de estos gigantes de la
banca, contribuyendo a que la mayor parte de sus beneficios no procedan ya de
su mercado original. La ambiciosa transformación digital en la que llevan años
embarcados uno y otro tampoco ha sido ajena a ese fenómeno, pues hace que cada
vez importe menos desde dónde se prestan los servicios bancarios.
Hoy por hoy, España aporta sólo el 15% de los resultados del
Santander, frente al 26% de Brasil o el 14% de Reino Unido. El BBVA cosecha un
porcentaje mayor en casa, el 23,4%; pero obtiene un 37,3% en México, un 12% en
Estados Unidos y un 11,5% en Turquía. En total, un 85% de las ganancias del
Santander y un 71,6% de las del BBVA proceden del exterior.
Para reforzar ese perfil internacional, ambos han adoptado
en las últimas semanas decisiones inéditas, como poner en manos de
profesionales extranjeros el cargo de consejero delegado. Primero lo hizo el
Santander, con el nombramiento del italiano Andrea Orcel en sustitución de José
Antonio Álvarez. Y luego ha seguido sus pasos el BBVA, al optar por el turco
Onur Genç como número dos.
No obstante, los máximos poderes ejecutivos siguen
atesorándolos los presidentes: Ana Botín, en el Santander, y Carlos Torres,
sucesor de Francisco González en el BBVA, ambos españoles. Sus respectivas
sedes sociales también continúan en territorio nacional (Santander y Bilbao,
respectivamente), aunque es verdad que no se sabe cuánto tiempo más se
mantendrá esa circunstancia.
Más dudoso aún es dónde estarán en el futuro las sedes
operativas, actualmente sitas en la Comunidad de Madrid: la del Santander en la
Ciudad Financiera (Boadilla del Monte) y la del BBVA en Las Tablas, una zona de
desarrollo urbanístico al norte de la capital. De hecho, Ana Botín pisa poco el
complejo creado por su padre y mantiene estrechos vínculos con Londres, donde hacía
su vida antes de asumir la Presidencia del banco.
Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario