Por Sarah White
Diario Público.es,
14/09/2013..
¿Terminarán los grandes banqueros
en la cárcel alguna vez por su conducta? ¿O las mala decisiones empresariales
no son realmente un delito? Cinco años después de la bancarrota de Lehman
Brothers, aún persiste el debate sobre cuánto deben costarles las
decisiones fallidas a los presidentes de los grandes bancos y la
posibilidad de sanciones legales para altos cargos del sector se mantiene como
una amenaza lejana.
Incluso aunque las leyes han
evolucionado (en Reino Unido, el gobierno quiere penalizar la imprudencia
bancaria), una repetición de la crisis financiera y el caso colapso mundial de
2008 no llevaría aún hoy necesariamente a demasiadas imputaciones, según
algunos abogados. El problema radica en la dificultad de culpar a una
persona por la toma de riesgos y decisiones en toda la cadena de mano de una
entidad, lo que se convierte en uno de los mayores obstáculos para
iniciar un proceso.
"Se trata de las confusas
líneas que separan la responsabilidad y el asumir las consecuencias", dijo
Judith Seddon, directora del departamento de regulación y delitos bancarios en
el buffete de abogados Clifford Chance's de Londres. "Cuando se persigue a
una sola persona, si ha delegado responsabilidades (...) Es mucho más
difícil hacerlo en una gran organización", añadió.
Los reguladores en todo el mundo
aumentaron su escrutinio a los bancos y actuaron contra los delitos financieros
ante la ira de sus ciudadanos por los costosos rescates públicos y sus
consecuente escándalos. Pero todo ello apenas ha resultado en unos pocos
intentos de presentar cargos contra aquellos que se encuentran en lo más alto
del escalafón bancario.
Ningún alto cargo en todo Wall
Street o la banca comercial ha sido condenado en relación a la crisis bancaria
de 2008
En Estados Unidos,
sede de Lehman Brothers, ningún alto cargo en todo Wall Street o la banca
comercial ha sido condenado en relación a la crisis bancaria de 2008. En
territorio europeo, la implosión del sector financiero de Islandia
hace cinco años ha finalizado con algunas de las sentencias más importantes,
incluída la del expresidente de la entidad bancaria Glitnir, que fue condenado
a prisión. En Alemania y Países Bajos también
se se han producido, de manera aislada, condenas de directivos, y algunos casos
relevantes pudieron materializarse. La cúpula ejecutiva al completo del banco
alemán HSH Nordbank está siendo juzgada por las decisiones tomadas en el
transcurso de la crisis.
Pero en Reino Unido,
donde Royal Bank of Scotland y Lloyds fueron rescatados con un coste de 66.000
millones de libras (78.500 euros), ningún alto cargo bancario ha sido acusado
de delito alguno. Tres ejecutivos de la entidad irlandesa Anglo Irish Bank
serán juzgados en 2014, cinco años después de que la investigación al banco
comenzara, mientras que en España, unas 100 personas están
siendo investigadas por los tribunales por dejar las entidades arruinadas tras
la explosión de la burbuja inmobiliaria, aunque ninguna ha sido procesado aún.
El hecho de que se produzcan tan
pocas condenas se origina en parte en que, en algunos países, las leyes que
podrían haberse aplicado contra tales delitos simplemente no existen.
El ministro de Finanzas de Reino
Unido, George Osbore, dijo en julio que adoptaría las recomendaciones
realizadas por un influyente grupo de parlamentarios de que los banqueros
deberían afrontar la pena de cárcel por un nuevo delito de "conducta
imprudente en la gestión de un banco". "El regulador debería
considerar responsible a la gente de manera personal por sus decisiones. Tienen
que tener miedo ael regulador, lo que desde luego no ocurrió en el pasado",
dijo Mark Garnier, un diputado conservador de la Comisión Parlamentaria de
Normas Bancarias.
Los fiscales de EEUU siguen
buscando nuevas estrategias para incriminar a banqueros de las hipotecas basura
En Estados Unidos, los fiscales
siguen buscando nuevas estrategias para incriminar a banqueros de Wall Street
que concedieron las hipotecas basura que iniciaron la crisis financiera,
incluyendo el uso de una vieja ley que pretende castigar a aquellas personas de
defraudar en banca minorista. La tentativa de Reino Unido de crear una ley
"anti-imprudencias" permitiría, en teoría, castigar a grandes
banqueros por tomar decisiones fallidas. Pero demostrar que esas
decisiones fueron imprudentes entonces podría ser difícil. "Las
reuniones de los consejos (de administración) se registran cuidadosamente y por
tanto podria haber pruebas detalladas, pero por muy imprudente que parezca
alguien a toro pasado, ¿puede esto mantenerse en un juzgado?", dijo Gregg
Beechey, socio londinense del bufete SJ Berwin. "No llevarías a todo el consejo
a votar una adquisición si esta no fuera razonablemente convincente en ese
momento".
El enfoque de los reguladores
estadounidenses desde la crisis ha reflejado parte de estos desafíos. Aunque
el supervisor bursátil Securities and Exchange Commission (SEC) ha acusado a
más de 150 firmas e individuos en relación con la crisis financiera,
los detractores señalan que no ha perseguido los suficiente a los ejecutivos
bancarios de mayor rango. "Vamos hacia donde nos llevan las pruebas",
dijo en el pasado el exdirector del departamento que vela por el cumplimiento
de la ley en la SEC, Robert Khuzami, explicando que no se puede presentar
cargos contra alguien simplmente por un "mal juicio". Lo que se
percibe como una falta de voluntad política en algunos países para ir tras
empresas y banqueros también podría empañar casos futuros.
A pesar del alto coste de los
rescates, en España, por ejemplo, los políticos de los principales
partidos han evitado pedir investigaciones sobre distintos bancos fallidos,
como ocurrió en Reino Unido después de que el Gobierno británico se viese ante
una fuerte presión pública con motivo de la crisis. "(En España) es más la
ausencia de voluntad de llevar estos casos que la falta de instrumentos, ya que
algunos casos podría probarse sin gran dificultad", dijo Juan Torres,
profesor de Economía en la Universidad de Sevilla, quien agregó que algunos
estaban relacionados con claros ejemplos de fraude.
En su defecto, las demandas de
clientes y grupos de activistas han llevado a la Audiencia Nacional a
investigar varios colapsos bancarios como el de Bankia, que fue
rescatada en 2012 menos de un año después de salir a bolsa. La frustración por
el lento avance de los procesos probatorios en España está llevando a algunos
grupos activistas a considerar hacer lobby en Naciones Unidas para conseguir
que incluyan los delitos económicos como crímenes contra la humanidad, aunque
admiten que conseguirlo sería muy difícil.
En los últimos cinco años, el
foco de las persecuciones legales a grandes banqueros aún no ha aumentado.
Sin embargo, algunos discuten que la vida de los altos cargos es mucho más
difícil de lo que era, en parte, porque ciertos países persiguen otras líneas
de acción. "Los instrumentos regulatorios pueden ser más poderosos que las
leyes penales, aunque otro asunto es si esto es lo que la gente quiere",
dijo Beechey de SJ Berwin. "Existe la sensación de que los reguladores
pueden hacer algo sin determinar la carga de la prueba y desde luego están
esforzándose cada vez más en perseguir a altos gestores".
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