Por Eric Toussaint , Renaud Vivien y Robin Delobel
CADTM, 04/06/2014.
En 2001, el grupo Dexia (Dexia S.A.) tomó el control del
banco israelí « Otzar Hashilton Hamekomi» . Está comprobado que esta filial
–Dexia Israel- financia las colonias en los Territorios Palestinos
Ocupados |1|, lo que convierte al grupo Dexia en una
empresa comercial implicada en la ocupación de Palestina. Como declara la
plataforma «Palestina ocupada Dexia implicada», «la financiación de las colonias
viola el derecho internacional, en particular la IV Convención de Ginebra cuyo
artículo 49 estipula que «la potencia ocupante no podrá proceder a la
deportación o a la transferencia de una parte de su propia población civil a
los territorios ocupados por ella» |2|.
Por lo tanto se puede responsabilizar al grupo Dexia de
violación del derecho internacional, así como a los Estados belga y francés,
principales accionistas de Dexia. En 2008, el administrador delegado de Dexia,
Pierre Mariani, se justificaba proclamando que las inversiones de Dexia Israel
representaban un pequeño porcentaje de los créditos concedidos por el banco (el
1%). Sin embargo esos préstamos continúan financiando el desarrollo de colonias
en Cisjordania y Jerusalén. Además, como Dexia Israel ha experimentado un gran
crecimiento, el montante de los financiamientos de las colonias ha aumentados
proporcionalmente. Pierre Mariani, cuyos argumentos asumió el banco,
consideraba que las colonias son simples comunidades israelíes mientras el
Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado la política de ocupación israelí en
numerosas ocasiones.
Gracias a las acciones llevadas a cabo por la plataforma
«Palestina ocupada Dexia implicada» |3|,
que agrupa a más de 30 comunidades, asociaciones, partidos políticos y
sindicatos, los dirigentes de Dexia son interpelados regularmente con respecto
a Dexia Israel. Todos los años se les cuestiona en la asamblea general.
Otro personaje responsable de las actuaciones de Dexia
Israel fue Jean-Luc Dehaene, antiguo primer ministro belga fallecido en mayo de
2014. Aunque todos los medios de comunicación del país han multiplicado los
elogios sobre su carrera, Jean-Luc Dehaene desempeñó un papel eminentemente
nefasto en el asunto Dexia y en octubre de 2011 rechazó cualquier
responsabilidad en el naufragio de Dexia |4|.
Sin embargo fue el Gobierno del cual Dehaene fue primer
ministro el que decidió la privatización de este banco en 1996 e instauró la
desregulación bancaria en Bélgica. En 1996 vendió Dexia al sector privado por
750 millones de euros. Se convirtió en presidente de Dexia en 2008 tras el
rescate, que solo benefició al banco y no mejoró en absoluto la situación problemática
de la banca. Se alineó con las posiciones de Pierre Mariani, favoreciendo
incluso la subida de salario de este último (un millón de euros al año). Una
vez fuera, Jean-Luc Dehaene solo se defendió arrojando la responsabilidad sobre
sus predecesores al frente de Dexia |5|.
A las preguntas planteadas en la Asamblea General de mayo de
2009 respondió que las colonias –que no quiso nombrar como tales y utilizó la
expresión «entidades cuestionadas»- no serían financiadas por Dexia en
Cisjordania en el futuro. Con respecto a la ocupación de Jerusalén Oriental
afirmó que Dexia no consideraba esa ciudad territorio ocupado cuando la zona
oriental de la ciudad está reconocida como tal por la comunidad internacional
en la resolución 476 del Consejo de Seguridad de la ONU votada en 1980 |6|.
Al contrario de las declaraciones de Jean-Luc Dehaene, se
concedieron nuevos préstamos en junio de 2009. En la asamblea general de Dexia
de mayo de 2011, el antiguo primer ministro declaró que Dexia Israel se había
vendido en verano. Las declaraciones, una vez más, no se respetaron. Dexia
continúa claramente financiando la ocupación como declaró en 2013 Richard Falk,
el Relator Especial sobre la «situación de los derechos humanos en los
territorios palestinos ocupados desde 1967».
En efecto, el 29 de octubre de 2013, Falk presentó su
informe en la Asamblea General de las Naciones Unidas |7|. Un informe abrumador para Dexia S.A. y sus
accionistas: Bélgica y Francia. Comprobando el financiamiento de las colonias
ilegales en los territorios palestinos por Dexia S.A. a través de su filial
Dexia Israel, el Relator de la ONU exhortaba a esos dos Estados a acabar con
las actividades del banco en los territorios ocupados, a sancionar a los
responsables de Dexia y señalaba la posibilidad por parte de la Corte Penal
Internacional (CPI) de investigar la implicación del personal belga y francés
de Dexia en crímenes de guerra. El informe también afirmaba que Bélgica y
Francia podrían ser declaradas responsables de los daños causados por Dexia y
condenadas al pago de compensaciones y daños de guerra.
A pesar de esas graves acusaciones, Bélgica y Francia
continúan apoyando a Dexia Israel. Sus préstamos siguen siendo avalados por
ambos Estados y no se ha impuesto ninguna sanción. La colonización de los
territorios palestinos persiste y continúa manchada de sangre. Hace unas
semanas dos jóvenes palestinos de 16 y 17 años fueron asesinados a sangre fría
por el ejército israelí, el 15 de mayo, durante las manifestaciones en
conmemoración de la Nakba, el éxodo de los refugiados tras la creación del
Estado de Israel en 1948 |8|.
Notas
|1| David Kapah, director de Dexia Israel lo
declaró explícitamente en la Knesset, en una sesión de la comisión económica el
19 de junio de 2007.
|7| Leer el informe en: http://www.intal.be/files/20131021_... Ver también
el sitio de la campaña «Palestine occupée - Dexia impliquée» que agrupa en
Bélgica 85 organizaciones entre ellas el CADTM Bélgica. http://www.intal.be/fr/campagne/pal...
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