Por Jesús Sánchez-Quiñones
El Confidencial.com,
03/06/2014.
Las decisiones del Banco
Central Europeo (BCE) del próximo jueves tendrán un fuerte
impacto en los mercados financieros, pero sus decisiones difícilmente
se trasladarán a los préstamos a medio y largo plazo concedidos por los bancos
a las empresas. Se pide a la banca que conceda más créditos a las
empresas a la vez que se le obliga a mayores exigencias de capital por esos
mismos préstamos.
La concentración bancaria
experimentada por el sector financiero español ha provocado una
concentración de los riesgos. Tres entidades distintas podrían tener
concedido un millón de euros de crédito a una misma empresa siendo totalmente
asumible por cada entidad. Al integrarse las tres entidades financieras en una
sola, tres millones de crédito a “esa misma empresa” se consideran una
concentración de crédito excesivo, con la consiguiente reducción del mismo. Son
miles las empresas que están padeciendo la situación mencionada.
Adicionalmente, la nueva
regulación bancaria de Basilea penaliza, vía consumo de capital, la concesión
de préstamos a plazos medios y largos a empresas, así como la concesión de los
mismos a compañías con bajas calificaciones crediticias (rating).
Si un banco decide conceder un
préstamo a una empresa con rating ‘B-‘ a un plazo de seis años, el consumo de
capital será del 350%. Como contraposición, si el banco decide invertir en
bonos del Tesoro, el consumo de capital es cero. La primera
consecuencia de esta normativa es la lógica reorientación del crédito bancario
hacia operaciones que consuman menos capital, como las financiaciones
al consumo y las financiaciones a las empresas a corto plazo.
Inevitablemente, la financiación
de las empresas a medio y largo plazo cada vez dependerá más de fuentes
alternativas a la financiación bancaria. Este camino ya se ha
recorrido en Estados Unidos, donde este tipo de financiación alternativa supone
el 80%, mientras que la financiación bancaria apenas alcanza el 20%. Los
porcentajes en Europa son inversos a los de Estados Unidos: el 80% de la
financiación es bancaria, mientras que en España sigue superando el 90%.
Cada vez es mayor el
número de empresas que acude a los mercados de capitales a financiarse,
emitiendo bonos o incluso pagarés. Sin embargo, su número sigue siendo
reducido. Existe un elevado número de empresas medianas que no tienen tamaño
para emitir bonos en el mercado y a su vez encuentran grandes dificultades para
conseguir financiación bancaria a medio y largo plazo por los condicionantes de
la normativa bancaria.
Aunque de forma incipiente y
selectiva, la financiación alternativa a la bancaria no tardará en ser una
realidad para un número razonable de empresas. La normativa bancaria así lo
impone, haga lo que haga el BCE.
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