Por José García Abad
El Plural.com, 07/05/2014
El presidente del Instituto de
Crédito Oficial (ICO), Román Escolano, compareció ayer muy feliz ante la prensa
a la que podía anunciar y anunciaba que el Instituto había aumentado
espectacularmente sus préstamos.
Quería marcar “un antes y un
después” de la institución, sumándose al “antes y después” proclamado la semana
pasada por su jefe, Luis de Guindos, refiriéndose al presente 2014, primer año
triunfal.
No soy agorero ni cenizo, como
reprocha Rajoy, sin citar nombres, a quienes no comulgan con ruedas de molino.
Me alegro, disfruto con las
buenas noticias económicas pero desconfío de la propaganda y del lanzamiento de
engañosas verdades a medias.
Escolano proporcionó cifras
estupendas, indicando que el ICO tiene el grifo bien abierto. Lo proclama
un año después de la celebre campaña publicitaria que lanzaría el FROB,
el hospital y tanatorio bancario, que lanzaba la grata nueva: “Ha llegado
el momento de abrir el grifo del crédito para que fluya”. Y lo ilustraba con un
grifo.
Un anuncio que podría haber sido
denunciado como publicidad engañosa pues de ese grifo apenas salían algunas
gotas.
Es verdad que ahora el ICO parece
que se ha puesto las pilas después de que fuera criticado duramente, incluso
desde instancias gubernamentales, por su paralización crediticia.
Anunció Escolano que el Instituto
ha prestado en lo que va de año 6.526 millones de euros, lo que supone un
incremento interanual del 165%.
Semejante porcentaje espectacular
se reduce drásticamente al extenderlo a todo el año, según las propias
previsiones de Escolano.
Éste estima que puede contribuir
a que a lo largo de este año se presten 16.000 millones de euros, un 15% más
que en 2013, lo que está bien pero no es para tanto.
Las cifras del primer trimestre
son buenas pero hay que situarlas en su verdadero contexto. Hay que tener en
cuenta, primero, que se avanzan en comparación con trimestres desastrosos.
En segundo lugar que la mayor
parte del incremento se debe a que las entidades financieras están dando más
préstamos.
Y en tercer lugar que, por muy
espectaculares que sean los porcentajes de incremento del crédito que la
entidad “moviliza”, la cifra total del año, 16.000 millones, siendo importante
es una gota en el océano en relación con las necesidades de financiación de
nuestras empresas, especialmente de las pymes y autónomos que tienen muchas
dificultades para financiarse.
No hay que olvidar que el ICO no
presta directamente sino que “lo moviliza” a través de las sucursales de
bancos y cajas; que el ICO no decide sobre la aprobación de los créditos
concedidos ni asume riesgo alguno al respecto. Estas son responsabilidad
de las entidades que realmente los conceden.
No asume por tanto el ICO las
funciones de una verdadera banca pública que en estos momentos se haría
necesaria.
Sería una buena herramienta
cuando urge reactivar la economía y cuando, como anunció ayer la vicepresidenta
del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la sesión de control del
Congreso de los Diputados, el Gobierno pondrá en marcha este mismo mes un plan
de reindustrialización.
Después de tanto dinero aportado
por el Gobierno a los bancos en dificultades y de la nacionalización de algunos
por los que nadie quiere pujar, se encuentra con una oportunidad excelente para
proceder a ello.
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