Por Carlos Berzosa
Nueva Tribuna.es, 17/0472015.
Las causas de la crisis no han sido combatidas por las recetas que se han
aplicado para afrontarla. Los motivos que han provocado una situación de esta
naturaleza están claros: la desigualdad creciente, el sistema monetario
internacional surgido en los años setenta del siglo pasado, la desregulación
financiera y la globalización neoliberal. Si se analizan las medidas llevadas a
cabo, incluidas las que se han tomado con carácter de urgencia para evitar el
derrumbe, ninguna ha ido a las raíces que han determinado un ciclo recesivo.
Lo que se ha hecho ha sido más de
lo mismo, esto es, avanzar por la progresiva liberalización del mercado y sobre
todo de las relaciones laborales. Se ha destinado mucho dinero para rescatar a
los bancos pero no se han modificado las condiciones de su funcionamiento. No
se ha combatido la creciente desigualdad, ni se han puesto las bases para una
reforma del sistema monetario internacional, ni tampoco se han llevado a cabo
medidas para regular más el mercado global. No se combaten los paraísos
fiscales y en consecuencia la impunidad de los grandes patrimonios sigue
vigente, lo que refuerza el fraude, la evasión de capitales y se ampara a una
economía clandestina surgida del tráfico de armas, la droga y el terrorismo.
El presidente del Banco Central
Europeo (BCE) insiste en que España tiene que hacer otra reforma laboral. ¿Hasta
dónde quieren llegar? Pero ni una palabra sobre el ámbito de su competencia que
es todo lo referido al sistema monetario internacional, el sistema financiero,
el control de la banca, la reforma del propio BCE y del euro, la eliminación de
los paraísos fiscales y el secreto bancario, así como la necesaria implantación
de impuestos que frenen la desigualdad.
La crisis de la banca que fue el
detonante que desencadenó la crisis ha sido analizada desde diversos ángulos
por diferentes libros. Para entender lo que ha pasado resultan muy útiles los
de Rajan Grietas del sistema (Deusto, 2011), Roche El
banco.Cómo Goldman Sachs dirige el mundo (Deusto, 2011), Admati y
Hellwig El traje nuevo del banquero (Antoni Bosch; 2013). Las
enseñanzas que se pueden extraer de estos libros son importantes, pues a la vez
que sirven para comprender un poco mejor lo que ha sucedido también son útiles
para observar que no se han modificado sustancialmente las prácticas bancarias
que condujeron a la catástrofe. Los autores de estos libros son economistas
convencionales, pero que tiene la suficiente lucidez para observar lo que no
funciona de este sistema y de la ineficacia de los mercados financieros.
Otro libro escrito desde una
perspectiva más crítica es el de Toussaint ‘Bancocracia’ (Icaria,
2014) que tiene la ventaja sobre los anteriores el ser más pedagógico y dar una
visión más global sobre lo sucedido, a la par que ofrece una visión sobre la
crisis muy convincente y plantea unas alternativas diferentes al sistema en su
conjunto. La economía, a pesar de las leves recuperaciones que se están dando,
sigue amenazada por la falta de reformas sustanciales sobre las causas que la
han provocado y a esta conclusión se llega leyendo cualquiera de los libros
mencionados.
Una elevada incertidumbre y una
fuerte inestabilidad van a seguir en la economía global que se encuentra
necesitada de reformas en profundidad y no solamente de parches o de
contrarreformas que fomentan la concentración del poder de las grandes
corporaciones y debilitan los derechos de los trabajadores. Otra política
económica es posible y hay proposiciones diferentes a las que se indican desde
las esferas del poder de los organismos económicos internacionales y de la
Unión Europea.
Las élites se encuentran
satisfechas con una situación que les favorece y que no corre ningún peligro,
pero con esta actitud están socavando las bases del sistema democrático, de la
equidad, de la sostenibilidad ecológica y están fomentando un mundo más
inseguro.
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