Por Alicia Crespo
Expansión, 13/09/2015.
El BCE se ha comprometido públicamente a
llevar a cabo una supervisión «dura y justa» sobre la gran banca que asegure el
cumplimiento de la ley.
Pero «en algunos casos no solo se
vulnera la legislación, sino que se ocultan delitos deliberadamente», sostiene.
Por eso, para cumplir con su objetivo, el supervisor de la eurozona pide ayuda a
los empleados de las propias entidades financieras. Porque la mejor vigilancia
es la que se hace desde dentro.
«Los delatores que informan al
BCE de posibles malas prácticas sirven al interés público y actúan por el bien
común cuando comunican sus sospechas», dice el Mecanismo de Supervisión (MUS)
de la institución en un escrito colgado en su página web. La división que
encabeza Danièle Nouy se dirige especialmente al personal de cumplimiento y
auditoría de las entidades financieras, «aquellos con más probabilidades de
tener conocimiento" de posibles delitos o infracciones.
Además de facilitar un enlace
para que los empleados de banca puedan cursar las denuncias en su portal de
internet, el BCE infunde tranquilidad al delator. "Cualquiera puede
informar de una infracción. Los informadores pueden confiar en el BCE para
evaluar su informe con cuidado». Y asegura que ha puesto en marcha todas las
salvaguardas de confidencialidad necesarias tras consultar al supervisor
europeo de protección de datos.
El BCE precisa, no obstante, que
solo tiene potestad para investigar las infracciones de «legislación relevante
en la UE», las relativas a la supervisión prudencial de los bancos, como las
exigencias de solvencia y de buena gobernanza. Cuando las infracciones se refieran
a la protección del consumidor o al blanqueo de dinero escapan a sus
competencias, por lo que deben denunciarse a la autoridad nacional.
¿Cómo actúa el BCE ante una
denuncia?
Un equipo de expertos del BCE
recibe el informe y estudia si compete al BCE o al supervisor doméstico, al
Banco de España en el caso nacional. Si lo considera relevante se lo envía al
responsable del área de la autoridad correspondiente y puede impulsar la
adopción de medidas, que van desde el requerimiento de información al inicio de
un procedimiento de sanción pasando por una inspección presencial (on-site).
En tan solo dos meses, entre
noviembre de 2014 -cuando entró en funcionamiento el MUS- y principios de 2015,
la institución recibió once denuncias de infracciones cometidas por entidades
de la zona euro, según figura en su primer informe anual. Siete notificaciones
se tramitaron a través de su web y el resto por correo postal o electrónico.
El canal confidencial de
denuncias del BCE discurre paralelo a su decisión de comprobar que los canales
que deben tener habilitados los bancos funcionan adecuadamente. Según figura en
su guía de supervisión bancaria (SREP), el MUS verificará que los canales
funcionan de forma independiente a la línea de negocio y con garantías de que
los que afloran malas prácticas internas no sufren represalias.
Los canales confidenciales en
España
En España, los canales
confidenciales de denuncia ya están generalizados en la gran banca cotizada,
pero el historial sobre su funcionamiento es corto a diferencia de lo que
sucede en otros países como Estados Unidos o Reino Unido, pioneros en los
procesos conocidos allí como whistleblower (delator en
inglés).Sabadell y BBVA fueron los primeros en arrancarlos en España, en 2003 y
2004, respectivamente, antes de que lo recomendara el Código Conthe en 2006.
Bankinter lo puso en marcha
coincidiendo con la aprobación de ese código de buen gobierno y CaixaBank lo
implantó con su transformación de caja a banco en 2011. En Santander empezó a
funcionar en 2012, y aunque Bankia ha sido la entidad más rezagada en
activarlo, en 2013, fue un paso más allá que el resto al externalizar su
gestión en un tercero -PwC- para reforzar su independencia y confidencialidad.
Los empleados pueden acceder a
los canales internos de denuncia a través de la intranet de los bancos, donde
se habilita un correo electrónico para volcar la información. Entre los
destinatarios figuran tanto el área de cumplimiento normativo como la auditoría
interna, el comité de ética u otro órgano colegiado, que resolverá tras la
investigación. Los bancos aseguran que la confidencialidad del proceso está
garantizada, aunque no el anonimato del denunciante en todos los casos.
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