Por Aitor Atozqui
Invertia.com, 24/09/2015.
En los años del boom del
ladrillo, durante la llamada era del dinero barato, las empresas no tenían
dificultad para acceder a la financiación bancaria, incluso para financiar
operaciones no estratégicas, como la compra del 20% de Repsol por parte de
Sacyr. Sin embargo, la falta de cautela de las entidades ha acabado cobrándose
su peaje: el riesgo de quiebra de numerosas empresas les ha forzado a asumir a
regañadientes el papel de caballero blanco, saliendo al rescate de empresas
endeudadas ante el riesgo de un impago que les impediría recuperar sus
préstamos.
Abengoa es el último caso de una
compañía que ha acabado en manos de la banca. El grupo de ingeniería ha logrado
el apoyo de sus bancos acreedores para asegurar su ampliación de 650 millones,
una operación vital para la compañía pero que obligará a la familia Benjumea a
perder su posición de control. En los últimos años, un buen número de empresas
cotizadas y no cotizadas han corrido el mismo destino, hasta el punto de que a
finales del pasado año los principales bancos españoles optaron por crear su
propio fondo para rescatar empresas, conocido como Fénix SL.
Estos son algunos de los casos
más significativos de rescates por parte de las entidades financieras.
ABENGOA A finales de 2014,
el mercado comenzó a poner en duda la situación financiera del grupo de
ingeniería y estos temores se confirmaron durante la presentación de resultados
del primer semestre, cuando la compañía reconoció sus problemas de liquidez y
anunció una macroampliación de 650 millones. El grupo ha tardado meses en
obtener el apoyo de los bancos acreedores para asegurar 465 millones de esta
ampliación, a costa de la dimisión de Felipe Benjumea, aceptar duras exigencias
para sanear la empresa y dejar gran parte del capital en manos de estas
entidades.
METROVACESA El estallido
de la burbuja inmobiliaria fue devastador para los antiguos reyes del ladrillo.
Martinsa Fadesa protagonizó el mayor proceso concursal del sector después de
que la banca rechazara su propuesta de realizar un canje por acciones
equivalente al 70% del capital. En cambio, las entidades si aceptaron una
propuesta similar en el caso de Metrovacesa, que en 2013 pasó casi por completo
(99%) a manos del Santander, BBVA, el Sabadell y el Popular. Dentro del sector,
Colonial corrió la misma suerte en 2008, aunque finalmente vendieron gran parte
de su participación al grupo Villar Mir seis años después.
SAN JOSÉ La crisis del
ladrillo también tuvo un efecto devastador para la empresa presidida por
Jacinto Rey. Presionada por su elevada deuda, la compañía alcanzó un acuerdo
con sus acreedores para refinanciar 1.800 millones de euros que, entre otras
exigencias, cedía a la banca el control de su división inmobiliaria.
PESCANOVA Tras
protagonizar uno de los mayores fraudes contables de los últimos años y hacer
atravesar un via crucis a sus accionistas, la empresa ha acabado en una
encrucijada. La compañía afronta una junta extraordinaria decisiva a finales de
mes en la que los minoritarios votarán el acuerdo alcanzado el G7 (Sabadell,
Abanca, NCG, Bankia, BBVA, CaixaBank y Popular) que diluirá el peso de los
minoritarios por debajo del 20%, frente al 70% actual.
GAM El desplome de la
construcción se llevó por delante a General Alquiler de Maquinaria, que evitó
el concurso de acreedores a costa de que más del 70% del capital pasará a manos
de la banca. GAM fue una de las primeras empresas rescatadas por Fénix SL, el
vehículo creado por Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell para
evitar que empresas viables, pero excesivamente apalancadas, terminaran en
proceso de liquidación, impagando su deuda.
PRISA El grupo de
comunicación no cayó bajo control de la banca, pero si se vio forzado a dejar
que las entidades se convirtieran en accionistas de referencia para ganar
tiempo y afrontar su elevada deuda financiera, debida en gran parte a las
adquisiciones realizadas en vísperas del estallido de la crisis. La ampliación
que dio entrada a la banca dejó en manos de Caixabank, el Santander y HSBC casi
un 20% del capital. La entrada de fondos extranjeros diluyó aún más el control
de la familia Polanco sobre la compañía.
AMPER El grupo tecnológico
ha evitado este año el concurso, tras alcanzar un acuerdo con sus acreedores
para refinanciar su deuda y ampliar capital por más de 400 millones de euros.
El acuerdo establecía, entre otros puntos, el canje de acciones por deuda, con
lo que los 22 bancos acreedores pasaban a controlar títulos por un valor
superior a los 110 millones de euros. Este acuerdo, sumado a la entrada de
fondos internacionales, ha diluido la participación del presidente Jaime
Espinosa de los Monteros desde el 20%, hasta el 3,82%.
CODERE La familia Martínez
Sampedro, propietaria y fundadora de la cadena de juegos de azar, lucha desde
comienzos de 2014 por evitar el concurso y mantener su participación de
control, que actualmente supera el 60%. Sin embargo, está previsto que a
finales de año emprenda una reestructuración que arrebataría el control
accionarial a los Sampedro.
FCC Las constantes
reestructuraciones de deuda amenazan con reducir aún más la influencia de
Esther Koplowitz en la constructora. En octubre de 2014, la empresaria acordó
con sus acreedores realizar una ampliación de 1.000 millones que permitió al
magnate mexicano Carlos Slim controlar más de un 25% del capital del grupo y
convertirse en el accionista de referencia. La banca está volviendo a presionar
a la compañía para realizar otra ampliación, que diluiría la participación de
Koplowitz por debajo del 20%. Desde su entrada en el grupo, Slim ha realizado
cambios en la cúpula de Cementos Portland y ha decidido el destino de Realia,
frenando su venta y conviertiéndose en accionista de control, tras una guerra
de opas contra la socimi Hispania.
LA SEDA El grupo textil
representa uno de los casos más sangrantes en los que las entidades se han
visto en la desagradable obligación de tomar posiciones no deseadas en una
cotizada. La banca se hizo con más del 40% de la compañía en 2010, que
finalmente ha acabado en proceso de liquidación y pendiente de ser excluida.
Las entidades redujeron su presencia en la compañía, pero algunas, como Caixa
Geral de Depósitos, tiene más de un 14% del capital.
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