Por R. Ugalde
El Confidencial,
15/0972015.
Probablemente no sea el único,
pero sí uno de los puntos por los que Luis de Guindos
quiere que se recuerde su labor como ministro de Economía de España. Se trata
de todas las medidas que su cartera ha impulsado para paliar la lacra de los
desahucios y de las que se han beneficiado hasta la fecha unas 45.000 personas,
léase, el Fondo Social de Viviendas que puso en marcha en
2013 con 5.891 hogares que aportaron 29 entidades financieras, el Código
de Buenas Prácticas, la moratoria de
lanzamientos y mejoras normativas como las modificaciones en la Ley
Hipotecaria para evitar cláusulas abusivas.
Sin embargo, todo este trabajo
quedó eclipsado el pasado 24 de mayo por los resultados electorales de Manuela
Carmena y Ada Colau, que terminaron haciéndose
con las alcaldías de Madrid y Barcelona, respectivamente. Gran parte de su
triunfo en las urnas se debió a la cruzada antidesahucios que libraron las
marcas locales de Podemos y a sus promesas de garantizar
una vivienda digna a todo aquel que la necesite, batalla a la que siguió un
rosario de reuniones con los primeros espadas de las finanzas nacionales.
Lejos de quedarse cruzado de
brazos, y con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, Guindos tocó
a rebato a las entidades para canalizar en su favor la
preocupación social por este sensible tema. Según confirman varias
fuentes conocedoras, ya en mayo, el ministro abrió una ronda de contactos
con las grandes entidades del país para reimpulsar su Fondo Social de
Vivienda, iniciativa que hasta entonces se había visto como un
fracaso, debido a los exigentes criterios que se marcaron en su creación, lo
que hizo que cumpliera sus primeros dos años de vida con dos tercios de
las casas vacías.
A las puertas del 24-M, en marzo
de 2015, el propio
Ministerio Economía reconoció que de las 5.891 viviendas del
fondo, apenas 1.767 tenían firmado un contrato de alquiler social. Estos
datos hacían referencia al cierre de 2014 y, por tanto, recogían ya los
primeros cambios que introdujo Guindos en la primavera del año pasado para
facilitar el acceso a estas casas.Lo sorprendente es que, según las
cifras que maneja ahora el Gobierno, en apenas seis meses, a
cierre del pasado junio, se había conseguido más que duplicar el ritmo
de alquileres, hasta superar los 4.000, éxito que, a falta de apenas
tres meses para las generales, Guindos ha querido capitalizar añadiéndole
el lazo de otras 3.974 aportaciones, lo que dispara hasta
9.866 el número total de viviendas del fondo.
¿Estamos ante el milagro de los
panes y los peces en versión ladrillo?, ¿cómo se explica que en apenas seis
meses se hayan firmado más alquileres que en dos años? La versión oficial es
que se debe a una suma de mejoras de la gestión, flexibilización de los
criterios de acceso y mayor conocimiento por parte de la sociedad de esta
alternativa; la extraoficial, que en mayo Guindos exhortó a las
entidades para que redoblaran esfuerzos y convirtieran lo que
hasta entonces se veía como un fracaso, en un éxito. "Empezamos a rellenar
los pisos con tal de tenerlos todos alquilados", afirman desde un gran
banco. "Lo que está ocurriendo en el Fondo Social de Viviendas debe
analizarse en clave electoral, diciembre está muy cerca", señala otra
fuente del sector.
Aunque las tres grandes
patronales del sector -AEB, CECA y Unacc-
han actuado como interluctores de todas las entidades ante Economía, la
realidad es que los bancos están lejos de actuar como un bloque unido y cada
uno ha respondido a la nueva petición del ministro de manera diferente, hasta
el punto de que, según afirman fuentes conocedoras, sólo Caixabank, Bankia,
BBVA, Banco Popular y Santander han acudido a la llamada de
Guindos y, además, con aportaciones muy diferentes.
Caixabank y Bankia dan un paso adelante
La entidad presidida por Isidro
Fainé ha liderado la nueva inyección de viviendas con más de 1.600
hogares, que se suman a los 1.085 que se había comprometido hace dos años y que
elevan hasta 2.627 viviendas su aportación total. Bankia ha
sido el otro banco que con mayor interés ha respondido a esta segunda dotación
del fondo, en el que colabora ya con cerca de 1.600 viviendas, frente a las
1.000 iniciales.
Gracias a que se han vuelto a
flexibilizar los criterios para acceder a estos alquileres, las dos entidades tienen
ocupadas la práctica totalidad de estas viviendas, lo que garantiza un
mensaje triunfalista del fondo cuando se cumpla esta legislatura, aunque sea a
costa de desnaturalizarlo, ya que, en principio, su razón de ser pasa por
contar con un parque de hogares al que puedan acudir aquellos que se quedan sin
vivienda, algo difícil si las casas que se aportan ya tienen inquilino.
Más moderadas han sido las
aportaciones de BBVA (unas 450), Popular (335)
y Santander (300). De hecho, incluso sumando estas nuevas
inyecciones a las aportaciones que se habían comprometido a realizar hace dos
años, las tres juntas apenas superan el número que alcanza por sí sola La
Caixa. "Cada banco sabrá por qué hace las cosas y cómo las hace en lo que
respecta al Ministerio, pero la realidad es que todas las entidades
tenemos miles de alquileres sociales al margen de este fondo o de los
que intenten promover Colau o Carmena", señalan desde un gran banco. El
problema es que ningún político podrá llevarse ese rédito electoral... y
diciembre está a la vuelta de la esquina.
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