Por Eva Contreras
El Economista.es,
03/06/2016.
Los autónomos son, respecto a la concesión de crédito, el
eslabón más desfavorecido del tejido productivo. Soportan un tipo de interés
que prácticamente duplica al aplicado a las pequeñas y medianas empresas y
apenas recibe un 2,7% del dinero otorgado al conjunto de la industria.
Las estadísticas del Banco de España ponen por vez primera
medida a esta realidad. El colectivo, integrado por casi 3,2 millones de
profesionales, paga de promedio en los nuevos créditos un 4,37% TEDR -tipo de
interés depurado, sin los recargos por comisiones asociadas a la operación y
que sí incluye la TAE-. La tasa compara mal con el 3,16% fijado para préstamos
hasta 250.000 euros y el 2% de los préstamos cuya cuantía oscila entre ese
importe y el millón de euros, operaciones tradicionalmente asociadas a las
pymes. Para cuantías superiores, ya al alcance de sociedades grandes, cae al
1,8%.
A pesar del interés de la banca por atraer a estos
profesionales, el caudal financiado es mínimo. Entre enero y abril recibieron
2.942 millones de los 108.851 millones facilitados al tejido productivo, aún
cuando es el nicho la concesión fluye a mayor velocidad: sube un 13% interanual
frente al 5% de pymes y mientras en grandes operaciones se contrae un 27%. Otro
dato clarificador del escaso peso es que recibieron 8.670 millones durante todo
2015, casi la mitad de lo logrado hoy por las pymes en un solo mes.
La escasa penetración choca con ser uno de los nichos
prioritarios en la banca para impulsar su insuficiente rentabilidad, vía
préstamo. Emprendedores y autónomos es uno de los colectivos donde la crisis
hizo más mella, cayendo a plomo desde los de 3,41 millones censados en la
Seguridad Social en 2008. Pero la misma crisis, ante la ausencia de
alternativas en el mercado laboral, y ahora la reactivación económica, ha
favorecido su empuje. Solo el pasado mayo aumentó su número en 14.014 y escala
en 29.777 en comparativa interanual, hasta rozar los 3,19 millones comunicados
precisamente ayer por el Ministerio de Trabajo.
La baja financiación está condicionada por la tendencia a
usar otro tipo de préstamos tales como hipotecas o consumo para las inversiones
en su actividad -su interés TEDR es del 2,09 y 7,52%, respectivamente-. Pero
sufre, sobre todo, por la dificultad para la banca de evaluar la capacidad de
pago de profesionales, en muchos casos con negocios incipientes y tardarán en
dar beneficio.
Para paliar el hándicap, el Banco de España ultima la
fórmulación de un rating que evaluará su solvencia. La ley obligará a la banca
a entregarlo a autónomos y pymes a los que nieguen o reduzcan el crédito,
pudiendo los propios empresarios solicitarlo si desean acudir a otra entidad.
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