Por Inés Abril
Expansión,
29/04/2017.
Solo quedan fuera Santander y BBVA. El resto de la banca
española tiene la consideración de doméstica para el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Y el veredicto para los integrantes de esa lista no es
positivo.
Lo dice el capítulo dedicado a evaluar el sistema financiero
europeo del Informe de Estabilidad Financiera del organismo internacional. En
el ránking que ordena los países por la rentabilidad media de sus bancos
domésticos, España está la tercera por la cola. Solo Portugal e Italia, ambos
con pérdidas en 2016, están peor. Reino Unido y Alemania están cerca de España,
pero con mejores datos.
La clasificación del FMI tiene en cuenta la rentabilidad
sobre fondos propios (ROE) y sobre activos (ROA) de las entidades que consiguen
más del 70% de sus ingresos en sus respectivos territorios nacionales. En
España, eso supone contabilizar las cifras de 2016 de 13 de los 15 bancos que
el organismo computa en la muestra. Santander y BBVA se consideran entidades
globales, así que sus datos no están incluidos en el ránking de rentabilidad.
Sí lo están los de CaixaBank, Bankia, Sabadell, Popular, Bankinter, Liberbank,
BMN, Unicaja, Ibercaja o Kutxabank, entre otros.
Podría pensarse que las provisiones son el lastre que más
pesa en contra de la rentabilidad de la banca española, pero los datos del FMI
dicen que no es exactamente así. Por supuesto, ahí están y minan de forma
considerable los resultados de las entidades domésticas, pero Noruega o Austria
asumen provisiones mayores con respecto a su volumen de activos y son más
rentables.
Donde realmente pesan las provisiones es en Portugal, según
el informe, y también en Italia. En España, la principal merma de rentabilidad
procede de los costes operativos, según resaltan los analistas del fondo.
La baja rentabilidad es un mal bastante extendido entre los
bancos domésticos en Europa. De hecho, el 75% de las entidades del Viejo
Continente que están en ese grupo tienen lo que el FMI denomina una «débil»
rentabilidad sobre recursos propios, lo que implica un ROE inferior al 8%.
La mayor parte del
sector
El problema es que este grupo es el más numeroso en Europa.
De los 172 bancos que analiza el organismo presidido por Christine Lagarde, 143
generan más de un 70% de sus resultados solo en su país de origen. Otros 20
tienen la consideración de europeos, lo que implica que realizan más del 70% de
su negocio en el continente, pero menos de esa cota en su mercado local, y
nueve son calificados como globales: la suma de Europa y su mercado local es
inferior al 70% de sus resultados. Tanto los bancos europeos como los globales
son más rentables que los mayoritariamente nacionales, según el informe.
Pero no tiene por qué ser así. «Aunque los bancos domésticos
de la muestra en Italia y Portugal sufrieron pérdidas en conjunto en 2016 y los
de Alemania, España y el Reino Unido fueron apenas rentables, las entidades
domésticas de Irlanda, Noruega y Suecia fueron capaces de generar rentabilidades
mucho más altas», dice el documento.
Esas diferencias llevan al FMI a concluir que el problema no
es necesariamente el modelo de negocio de banca doméstica. «Las condiciones y
las características del sistema financiero de cada país también pueden limitar
la rentabilidad», añade.
Y una de esas características es lo que el organismo
considera un exceso de capacidad mostrado por sistemas financieros de distintas
naciones. El fondo hace una especial alusión a España y dedica una alabanza al
esfuerzo realizado por todos los bancos del país (domésticos y no domésticos)
para reducir el número de oficinas y de empleados. El recorte de costes en esos
parámetros realizado desde 2008 está entre los más abultados del continente,
según muestran los datos.
Pero la cuantía absoluta de una reducción de costes depende
mucho del punto de partida y el español era elevado. Por eso, pese al esfuerzo
que destaca el FMI, España está en los puestos rezagados de Europa tanto en
activos por oficina como en activos por empleado. El informe, esta vez con
datos de 2015, señala que la banca nacional es la novena de las 12 analizadas
en la primera variable y la octava en la segunda. A la cabeza de la eficiencia
medida por esta vía están los países nórdicos, Irlanda y Reino Unido.
Con esos mimbres, el fondo aconseja a la banca española que
siga mejorando la eficiencia y anima a las fusiones para ello. No es la primera
vez que lo hace y lo repite en la presente ocasión. También recomienda que se
aumenten los ingresos que proceden del negocio no estrictamente bancario y que
se incremente el capital de alta calidad en las entidades. A su juicio, eso
ayudará a los bancos a resistir próximas crisis y facilitará la concesión de
crédito según mejore la demanda.
Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario