Por Agustí Sala
El periódico,
19/04/2017.
Nueva marca e identidad. El Institut Català de Finances
(ICF) se plantea cambiar de nombre para cuando logre la homologación como banco
público, que espera que llegue el año que viene, ha explicado el consejero
delegado, Josep Ramon Sanromà.
El grupo ya ha reservado algunas marcas como Banc Català
d'Inversions (BCI) o Banca Pública
d'Inversions de Catalunya (BPIC), para tener una imagen más relacionada con
una entidad financiera. La entidad prepara un plan estratégico 2018-2020 con el
objetivo "consolidar el ICF como banco público de inversiones de
Catalunya".
El ICF financió el año pasado a un total de 1.441 empresas,
el 2% más que en el 2016; por importe de 570,3 millones, lo que supone el
17,97% menos que en el 2015. El 97% de los beneficiarios fueron pymes y
emprendedores, mediante 2.169 operaciones de préstamo y/o aval. El ICF obtuvo
un beneficio de 9,8 millones, el 13,95% más.
FINANCIACIÓN ALTERNATIVA
Según Sanromà el descenso en el importe, que se produce por
segundo año consecutivo, se debe a que cae el volumen de financiación directa,
ya que las empresas requieren menos crédito y se intensifica "la
financiación alternativa". A su juicio, la banca pública tiene que actuar
como complemento de la comercial, no como competidor y cubrir aquello que no
cubre la privada.
Para este año, el ICF espera llegar a los 700 millones en
financiación. Además de la financiación directa ganarán peso la cofinanciación
con la banca privada y la coinversión con inversores privados. Destaca una
nueva línea de 100 millones anuales destinados a la industria 4.0.
Se trata de apoyos que complementan los que puede oorgar la
banca privada y que se destinarán a cuestiones como la robotización y las
innovaciones tecnológicas. Se incluyen unos 30 millones en capital riesgoy
préstamos participativos, que el año pasado sumaron más de 20 millones.
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