Por A. Diez Mon
Noticias de Gipuzkoa,
20/04/2017.
El Gobierno español sigue mirando con recelo a las
cooperativas de crédito, la única columna del sector financiero que no se ha
visto afectada por los cambios regulatorios derivados de la crisis, y busca
fórmulas para minimizar el impacto financiero de futuros rescates. En esa
línea, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer la creación de un
“fondo de garantía privado” para que si algún banco cooperativo necesita una
inyección liquidez, el sector haga frente de forma colectiva al problema.
De Guindos hizo públicas las intenciones del Ejecutivo del
PP en unas jornadas organizadas en Madrid por Deloitte, ABC y la Sociedad de
Tasación. No dio más detalles respecto a una iniciativa que es parte del nuevo
marco regulatorio para la banca que entierra sus raíces en la economía social
y, por ello, dejó abierta la puerta a interpretaciones variadas.
Todo apunta a que se trata de un mensaje dirigido
directamente a las cajas rurales y que forma parte del intento de forzar una
gran fusión que reduzca la atomización de ese segmento, en el que hay casi 40
pequeñas entidades provinciales conviviendo con asociaciones profesionales que
facilitan el crédito a sus colegiados como la Caja de Arquitectos o la de
Ingenieros.
A otro nivel por tamaño y solvencia está Laboral Kutxa,
prácticamente el único representante que queda de las cajas populares, y
reforzada tras la fusión de Caja Laboral e Ipar Kutxa. ¿Tendrá la caja
cooperativa vasca que realizar aportaciones a ese nuevo fondo de rescate a
pesar de tener unos ratios de fortaleza muy superiores a la media del conjunto
del sector?
Esa es la gran incógnita. Fuentes de la entidad de la
Corporación Mondragón aseguraron ayer a este diario que en el banco continúan
“expectantes” ante la presentación del borrador de la reforma de la regulación
de la banca cooperativa, pero que desconocen los términos en los que se
establecerá ese fondo y si, por tanto, se verán afectados de alguna manera.
Por su parte, las cajas rurales tienen tiene ya una estructura
común, el Banco Cooperativo Español, que actúa como una central que dispensa
servicios a sus asociados. Partiendo de esa base, sería relativamente sencillo
que las cajas rurales realizaran aportaciones en función de su tamaño a un
fondo común y que esa fuera la tabla de salvación de las entidades en riesgo.
Otra de las posibilidades que se maneja en el sector es que es establezca un
nivel de solvencia y que los bancos que estén por debajo asuman el coste del
fondo de rescate. Todo está abierto y en el trasfondo se intuye que el Gobierno
quiere dejar claro que el Estado no asumirá el coste de nuevos sobresaltos
financieros.
Habrá que esperar para conocer detalles. Sin aproximar
ninguna fecha, De Guindos explicó que “próximamente” se modificará el régimen
jurídico de las cooperativas de crédito y se abrirá un “debate sobre su papel”
en el sector.
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