Por María Jesús Pérez
ABC, 23/04/2017.
Dijo con buen tino el ministro de Economía, Luis de Guindos,
esta misma semana en su discurso de apertura del XXIV Encuentro Financiero de
ABC, organizado junto a Deloitte y Sociedad de Tasación, que «los problemas
bancarios son como los fantasmas de los dramas de Shakespeare: si no los
abordas con profundidad, los fantasmas vuelven a salir». Muchos de los allí
congregados pensaron que quizás hablaba de Banco Popular. No lo especificó
desde luego, pero lo cierto es que en el conjunto del sector financiero español
-que es de lo que se iba a tratar en las jornadas y no de los problemas de un
banco en concreto-, quedan flecos que cortar. Y si me apuran, más hay que
cortar aún a nivel europeo.
Por ejemplo. Si bien en España el tema de cómo acabar con el
fantasma de los activos improductivos se medio arregló con la creación de un
banco malo -la Sareb-, en Europa el asunto está candente porque está pendiente.
Cierto es también que alguno sistemas bancarios europeos, además del español,
están mejorando marginalmente su situación, pero queda por solucionar parte de
las cargas heredades de la crisis, entre ellas, la de las exposiciones o
préstamos morosos, que aún permanecen en los balances de muchísimas entidades y
están tardando en diluirse completamente.
¿La solución? Desde diversas fuentes financieras europeas se
ha deslizado ya en varias ocasiones que hay que crear algún mecanismo que
acelere la gestión de morosos. En concreto, la Autoridad Bancaria Europea (EBA,
por sus siglas en inglés) planteó directamente la creación de un «banco malo» a
la española, con el objetivo de limpiar de manera más rápida los balances de
los bancos y disponer de más tiempo para venderlo. Pero no le convence a todo
el mundo -el BCE y el MUS (Mecanismo Único de Supervisión) no lo ven del todo
mal pero no les parece bien al 100%-, y los alemanes, pues no lo ven
directamente, y menos aún su canciller, Angela Merkel, que no quiere, dicen,
pagar la factura de los bancos de los países del sur... bueno, lo mismo
deberían mirarse mejor las tripas...
Dicen los expertos además que un escollo más que importante
es la diferente situación de partida de cada entidad financiera europea, dado
que por ejemplo, algunos países ya han creado sus propios bancos malos y que en
parte de los sistemas bancarios la mora se ha mantenido contenida. Además, se
deberían encontrar compradores para los activos e inversores en el vehículo.
¿Qué hacer pues? Muchos hablan ya de garantías para la
emisión de titulizaciones o el impulso de cámaras de compensación para fomentar
las ventas, donde se compartiera información pero no se transfirieran riesgos,
una suerte de ventanilla única europea que garantizara la calidad de los datos.
El caso es que urge hacer «algo» porque el problema de la morosidad para la
economía de la Eurozona es un drama. En términos absolutos, Italia es el país
con más activos tóxicos (276.000 millones, una cuarta parte del total de la UE)
Y le siguen Francia (148.400 millones) y España (141.200 millones).
¿Mutualización de riesgos? Quizá poco realista.
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