Entrevista con Alan Greenspan, presidente de la Reserva
Federal de Estados Unidos entre 1987 y 2006.
Diario Expansión, 27/10/2013.
Cuando estalló la crisis en 2007
su reputación se desplomó al recibir críticas por haber creado la burbuja.
Greenspan negó cualquier culpabilidad. Pero en 2008 admitió al Congreso que la
crisis había dejado al descubierto un “fallo” en su visión del mundo. Siempre
había asumido que los banqueros actuarían para proteger a los accionistas (de
acuerdo con la teoría del libre mercado) pero este precepto se reveló como
erróneo.
En los últimos meses, Greenspan
ha estado ocupado en escribir su nuevo libro, The Map and the Territory.
(…) El manuscrito consiste esencialmente en explicar el viaje intelectual que
emprendió en 2007. En concreto muestra por qué ahora cree que el “mapa” que él
(y muchos otros) utilizó en su día para analizar el mundo de las finanzas está
incompleto y cómo puede ayudar esta reflexión a navegar en el “territorio”
económico actual. No se trata exactamente del mea culpa que muchas personas
enfurecidas por la burbuja financiera quisieran presenciar.
(...) Greenspan sí ha cambiado en
un aspecto: ya no cree que los modelos ortodoxos matemáticos y económicos
puedan explicarlo todo. Durante las primeras seis décadas de su carrera,
pensaba (o creía) que el homo economicus era un ser racional y que los
algoritmos podían predecir los comportamientos. (...) Creía que la Fed era
especialmente brillante en este sentido. “El modelo de la Fed era el más
avanzado que uno pudiera imaginarse”, recuerda. “Todas las novedades teóricas
se volcaron en ese modelo: expectativas racionales, monetarismo, todo tipo de
métodos sofisticados para saber cómo funcionaba la economía”.
(...) Pero en septiembre de 2008,
ese orgullo se rompió en pedazos cuando esos modelos dejaron de funcionar. “Ese
periodo tumbó mis esquemas sobre el funcionamiento de las cosas, los modelos
fallaron justo cuando más los necesitábamos”, recuerda. “JPMorgan decía que la
economía estaba creciendo justo tres días antes de que su modelo fallara [por
el colapso de Lehman Brothers]. El modelo de la Fed falló. El modelo del FMI
falló. Y estoy seguro de que el modelo de Goldman Sachs también se equivocó”.
“Así que eso despertó en mí una duda: ¿qué ha pasado? ¿Estamos viviendo en un
mundo ideal basado en un modelo que supuestamente funciona en la economía pero
que es destrozado por uno de los hechos más extraordinarios de la Historia?”,
se pregunta Greenspan. (...)
Durante su mandato frente a la
Fed, Greenspan asumió que los mercados se “autocorregirían” de una manera
lógica. Por lo tanto, no vio ningún motivo para pinchar la burbuja o controlar
la euforia crediticia. “Si las burbujas no están apalancadas, pueden ser
altamente distorsionadoras para la riqueza de las personas que poseen activos,
pero realmente no generan otros efectos secundarios”, explica. “Solo cuando hay
apalancamiento un colapso de los activos puede ser realmente contagioso”.
La tragedia de la burbuja
consistió en que la euforia del crédito (a diferencia de lo sucedido en 1987 y
2001) no implicó un apalancamiento a gran escala. Greenspan niega cualquier
responsabilidad directa en este sentido. Aunque los críticos denuncien que
bajara los tipos de interés en 2001, y por lo tanto estimulara el dinero fácil,
él recuerda que a partir de 2003 la Fed
y otros bancos centrales fueron muy diligentes al elevar los tipos. (...)
Más allá de las razones de este apalancamiento,
Greenspan concede ahora que esa ola de endeudamiento significaba que la teoría
económica clásica se mostró impotente para prever la evolución de las finanzas.
“Tenemos un sistema financiero demasiado apalancado y [los modelos] no
funcionan en ese contexto”, señala. (...) Aunque tenga dudas sobre las
expansiones de liquidez, tiene una opinión más articulada sobre la banca. Está
especialmente alarmado por el monstruoso tamaño de la maquinaria de hacer
dinero de los países occidentales. “Existe un problema muy peliagudo que no
sabemos resolver y ni siquiera queremos afrontar, que es el imparable aumento
del crédito en relación con el PIB”, advierte. Lo que también preocupa a
Greenspan es que esa desorbitada pelota ha ido creciendo también en complejidad
y opacidad. Admite que aunque (o especialmente) era líder de la Fed, intentó
detectar la evolución de esos instrumentos tan complejos durante la burbuja
crediticia. “No soy un neófito, he trabajado en los mercados de derivados y
bienes y soy bastante buen matemático”, dice. “Pero cuando estaba en la Fed,
solía preguntar: ‘¿Hay alguien que sepa lo que está pasando?’, y la respuesta
era: ‘Solo en parte’. Si por ejemplo preguntaba sobre derivados sintéticos,
obtenía un análisis detallado. Pero realmente no sabía lo que estaba
sucediendo”.
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