Por Vicente Clavero
Diario Público.es,
13/11/2013.
El Eurogrupo pondrá punto final,
mañana jueves, al programa de asistencia financiera concedido a España en junio
de 2012 para salvar a los bancos y cajas de ahorros en riesgo de quiebra por la
crisis del ladrillo. Sobre un máximo de 100.000 millones disponibles, sólo
han sido utilizados finalmente poco más de 41.000 millones, de los que
un 43,5% corresponden a Bankia, entidad ahora tutelada por el
Estado a través del FROB.
El problema es que el saneamiento
del sistema no ha cumplido, al menos hasta hoy, con el objetivo que decía
haberse propuesto el Gobierno de Mariano Rajoy cuanto aceptó la ayuda europea: la
recuperación del crédito. Entre enero y septiembre de 2013, los
seis principales bancos españoles prestaron 44.800 millones menos que durante
el mismo periodo del año anterior, con una caída del 5% en términos
porcentuales.
Casi 5.000 euros per capita
Los 41.000 millones de euros
procedentes del rescate son, además, sólo una parte de las ayudas
públicas facilitadas para mantener a flote el sistema, que no bajan de los
200.000 millones si se suman todos los conceptos, incluidos los avales
a las emisiones de deuda de las entidades financieras. Eso significa que salvar
a la banca de las consecuencias de su desafortunada gestión en tiempos del boom
inmobiliario puede costar a cada español, por término medio, cerca de 5.000
euros.
A cambio, ni siquiera cabe el
consuelo de que el crédito fluya mejor, como había prometido el Gobierno, ni es
probable que lo haga en un corto plazo de tiempo, según opinión bastante
extendida entre los expertos. Mientras no haya una demanda sana, la banca va a
seguir actuando con pies de plomo, porque las cifras de morosidad
resultan alarmantes (un 12,12% en agosto) y no bajarán significativamente con
las actuales tasas de paro.
Un cierre en falso
Peor aún: si no mejora la
economía, se da por hecho que aumentarán los impagos, sobre todo de aquellos
créditos que han sido refinanciados por las dificultades de los deudores para
hacer frente a sus obligaciones en las condiciones anteriores. A 31 de
diciembre último, las refinanciaciones habían superado los 200.000
millones de euros y de ellos una tercera parte eran de dudoso cobro,
por lo que debían estar provisionados en un 50%, aunque no todos cumplían esa
exigencia del Banco de España.
De ahí que algunos
economistas consideren prematuro dar por cancelado el rescate,
teniendo en cuenta las incertidumbres que todavía pesan sobre la economía
española, pese al optimismo que últimamente intenta transmitir el Gobierno.
Cualquier imprevisto, además, saldría más caro, pues el tipo de interés pagado
a Europa es del 0,6% y el coste habitual de endeudamiento del Tesoro ronda el
4%, tomando como referencia el bono a diez años.
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