sábado, 9 de noviembre de 2013

La culpa es de la banca


Por Anxel Vence
Diario Levante-EMV, 17/10/2013.

Decían los indignados del efímero movimiento 15-M que la banca es la culpable de todos o casi todos los males que afligen a España. Ahora acaba de confirmar esa sospecha el expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa, quien atribuye a la imprudencia de los bancos la desdichada situación financiera de esta multinacional de los peces con sede en Galicia. La culpa de los actuales agobios de la firma no ha de cargarse, en opinión de Fernández de Sousa, a la buena o mala gestión de sus directivos, por más que un juez los acuse de hacer trampas con las cuentas anuales y usar indebidamente la información privilegiada de la que disponían. Los verdaderos responsables de la situación serían más bien los bancos y cajas que, sin encomendarse a Dios ni al demonio, le concedían a Pescanova créditos temerarios.
 
El resultado de tales audacias financieras lo están pagando al final todos los contribuyentes, tras la quiebra de muchas de las cajas que incurrían en esas prácticas. También a ellos les corresponde sufragar con sus impuestos la carga de los parados que dejó o pueda dejar aún la desaparición de tantas empresas así financiadas. Razón no le falta al mentado Fernández, por más que la utilice como argumento para defenderse de otro tipo de acusaciones. Lo mismo ocurrió con los españoles del común que durante la reciente fiebre especulativa de la vivienda acudían a la sucursal bancaria más próxima para pedir un crédito destinado a la compra de un piso. Fueron muchos los que, tentados por ese dinero aparentemente fácil, acabarían por aprovechar los flecos de la hipoteca para comprar coches de alta cilindrada y pagarse viajes a los más exóticos destinos del mundo. Luego vendría la inesperada crisis y, con ella, el llanto y el crujir de dientes.

Sorprende un poco si acaso que también las empresas cayesen en el mismo error de cálculo que los ciudadanos del común. Más o menos eso es lo que viene a decir, sin embargo, el expresidente de Pescanova, cuando culpa a los bancos de concederle créditos sin las garantías que, al parecer, no podría aportar. Hasta en sus excesos de generosidad, la banca es culpable.

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