Por Pedro Calvo y
José Antonio Navas
El Confidencial,
18/01/2016.
El Banco Central Europeo (BCE) lo tiene muy claro. La Unión
Bancaria solo estará completa si a los tres pilares institucionales,
conformados por un supervisor único, un mecanismo de resolución único y un
fondo de garantía de depósitos único, se suman unos bancos auténticamente
europeos. Por este motivo, la entidad presidida por Mario Draghi está decidida
a promover las fusiones transfronterizas para crear campeones continentales,
una estrategia que incumbe en primera persona a las entidades españolas.
Hasta la fecha, se daba por asumido que el sector estaba en
vísperas de otra oleada de adquisiciones, en la que los grandes bancos
acabarían comprando a los medianos o pequeños. Pero el BCE tiene otros planes
que trascienden las fusiones nacionales. Dentro de ese proceso de crear grandes
grupos europeos, las autoridades de Fráncfort prefieren que las entidades
españolas medianas sean emparejadas con bancos nórdicos o centroeuropeos.
La institución presidida por Draghi ha trasladado sus
intenciones al Banco de España. Y desde el sector reconocen que el
subgobernador, Fernando Restoy, ya las está deslizando entre las entidades
españolas. Los mensajes del supervisor han sido acogidos con inquietud entre
los bancos españoles. En los últimos meses, su valor bursátil ha caído con
fuerza, con lo que perciben que son un blanco fácil, un 'dulce' exquisito para
el paladar de sus más directos rivales del norte. De media, las entidades
españolas se han dejado en bolsa un 22% en el último año. En dinero, esta caída
se traduce en que el valor bursátil de toda la banca española no llega a los
150.000 millones de euros -se sitúa, en concreto, en los 148.000 millones-, con
lo que 'comprarla' sale 40.000 millones más barato que hace un año.
A precio de saldo
A su vez, este descenso deja una evidente huella en la
relación entre lo que un banco vale en bolsa -capitalización- y su valor
contable o en libros. Y esto es, precisamente, lo que más preocupa a las
entidades españolas. Cuanto más baja es la relación entre el valor bursátil y
el contable, no solo resulta más barato comprar una compañía -en este caso, un
banco-, sino que además esa sociedad es más atractiva para quien esté
interesado en comprarla por el potencial que atesora.
Siguiendo este planteamiento, en estos momentos la banca
española ofrece el mayor atractivo de los últimos años para quienes estén
interesados en querer comprar alguna entidad. A comienzos de 2015, los bancos
cotizaban de media a 0,96 veces su valor contable. Es decir, su capitalización
prácticamente equivalía a su valor en libros. Actualmente, y como consecuencia
de esas caídas bursátiles, esa ratio se ha reducido hasta las 0,76 veces, la
proporción más baja desde 2013.
Sin embargo, hay casos que están muy por debajo de esa
media. Sobresale Banco Popular, puesto que su valor bursátil apenas alcanza el
45% de su valor contable. Hace un año, su capitalización rondaba los 8.100
milones; ahora se limita a 5.680 millones. A continuación, figura Liberbank,
con una ratio de 0,54 veces.
Entre las 0,6 y las 0,7 veces se encuentran Banco Santander,
CaixaBank y Sabadell. Llama la atención el caso de la entidad presidida por Ana
Botín, que refleja su capitalización sobre valor contable más baja desde 2012,
después de que su cotización haya retrocedido cerca de un 30% en el último año.
En el siguiente escalón, ocupado por los bancos cuya
capitalización se mueve entre las 0,8 y las 0,9 veces su valor en libros,
aparecen BBVA y Bankia. Y solo Bankinter capitaliza por encima de su valor
contable, con una ratio de 1,46 veces.
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