Por Pablo Guimón
El País, 12/1172014.
Con una buena cartera de clientes y un grupo de
chat con colegas de otras compañías, es posible ganar 99.000 dólares (unos
78.000 euros) en 15 segundos en el mercado de divisas. Así lo demostró
Citigroup, según la Financial Conduct Authority (FCA), la autoridad supervisora
británica. El banco, que ha aceptado pagar una multa de 668 millones de dólares
(535 millones de euros), es una de las cinco entidades —junto a JP Morgan, UBS,
RBS y HSBC— condenadas después de una investigación sobre prácticas con las que
estas compañías manipulaban los tipos de cambio de las divisas al fijar las
referencias.
El método
- Los operadores de los bancos se
comunican entre sí las órdenes de sus clientes.
- Como el banco gana si vende a
su cliente por encima del precio al que ha comprado, el plan consiste en mover
hacia arriba el índice de referencia.
- Para ello traspasa a una
entidad todas las órdenes para un momento determinado.
- Citigroup dio cuatro órdenes de
compra 15 segundos antes de la hora en que cambia el índice, influido por sus
operaciones.
El de divisas es uno de los
mercados financieros más grandes del mundo: mueve cerca de cinco billones de
dólares al día, cien veces más, por ejemplo, que la bolsa de Nueva York. Aquí
las transacciones entre las principales divisas se realizan atendiendo a tipos
de cambio de referencia que se fijan en determinados momentos del día. Se fija
dos índices, uno para comprar y otro para vender, que van cambiando a lo largo
del día. Los clientes dan órdenes a sus bancos de adquirir o traspasar grandes
volúmenes de divisas a dichos índices de referencia, que en el momento de la
orden no son conocidos, con lo que la compañía asume el consiguiente riesgo.
Pero estas referencias, cuando el
volumen que se maneja es muy grande y cuando se comparte información
confidencial con otros agentes, pueden ser manipuladas. Es lo que hizo
Citigroup, según la FCA, en 15 segundos de un día en que el banco británico
alteró el tipo de cambio de referencia del euro con el dólar. La autoridad
contó ayer este caso como ejemplo. Aquel día Citigroup tenía órdenes de compra
por 200 millones de euros al precio del índice ECB fix —uno de los más
utilizados— que consiste en una fotografía del mercado en un instante
determinado del día: las 13.15 GMT. El banco gana si vende a su cliente por
encima del precio al que el banco ha comprado: por tanto, obtendría un
beneficio si lograba mover hacia arriba el índice de referencia.
Para mover hacia arriba el
índice, los brókers del banco utilizaban chats con agentes de otras firmas.
Estos grupos de conversación, a los que daban nombres como El Equipo A o Los
Tres Mosqueteros, les permitían sumar sus respectivas órdenes de compra
confidenciales en los momentos previos a la fijación del índice. Compraban las
órdenes de los otros agentes y, si acumulaban un volumen suficiente y jugaban
bien con él, lograban tirar del índice hacia arriba. Entonces la firma vendía a
su cliente al precio fijado del índice, que es superior al que acababa de pagar
el banco, obteniendo así un beneficio.
Aquel día, además de Citi, había
otros cuatro miembros en el chat. La firma A tenía que vender 47 millones. La
firma B debía comprar 26 millones, pero ofrece transferir su orden de compra a
Citi, con lo que esta aumenta el volumen que va a comprar: cuanto más tienes
para comprar, mayor es tu capacidad de influencia en el índice de referencia.
La firma A dice en el chat que ha transferido sus órdenes de venta a un
tercero: "Tienes pista libre para machacar", escribe el agente en el
chat. Son ejemplos de lo que se conoce como "construir" o "dejar
la munición": sumar órdenes en el mismo sentido o transferir a terceras
personas fuera del chat las órdenes en sentido contrario del movimiento deseado
en el índice. Esto mantiene el volumen de órdenes en la dirección deseada en
manos de los agentes del chat. La firma C tiene órdenes de venta por 39
millones, y ofrece cambiarlas. Es decir, venderlas a un tercero de fuera del
chat. "Tienes vía libre", teclea en el chat: ya puede hacer su oferta
de compra sin que nadie empuje el precio hacia abajo. La firma D también quiere
comprar. "Puedes tener nuestras órdenes o puedo ayudar", dice en el
chat. Y entonces transfiere también su orden de compra a Citigroup.
Al final, Citigroup aumentó su
volumen de compra hasta los 542 millones de euros (el 73% del total de transacciones
en ese momento) y, con él, su capacidad de influir en el índice. Y llegamos a
los 15 segundos previos a las 13.15 del día en cuestión. Entre las 13.14:45 y
las 13.15 Citigroup coloca cuatro órdenes de compra de euros. Cada orden es
mayor que la anterior en volumen y en precio, siempre con precios superiores al
que ofrecen los vendedores. A las 13.14:45 coloca una orden de compra de 25
millones. A las 13.14:50, una de 50 millones. A las 13.14:55, 100 millones. Y
tres segundos antes de las 13.15, compra 400 millones, a 1,5 puntos por encima
de la oferta prevalente. Tras cada orden, el precio de venta sube. Al final,
sube de 1,3214 a 1,3222 en 15 segundos.
Todo un alarde de ingeniería
financiera que fue recibida con elogios en el chat. "Impresionante",
decía un agente. "Adorable", opinaba otro. "Eso no es algo que
se pueda enseñar", añadía un tercero. "Sí, funcionó bien",
respondía el bróker de Citigroup, que acababa de manipular el tipo de cambio
entre el dólar y el euro, gracias al uso de información privilegiada, ganando
99.000 dólares en 15 segundos.
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