Por Vicenç Navarro
Blog de Vicenç Navarro,
28/11/2014.
A partir del debate que
se ha generado como resultado de la propuesta que Juan Torres y el Profesor
Navarro han hecho a Podemos para que mejorara y transformara el ICO (Instituto
de Crédito Oficial) a fin de que proveyera crédito directamente y no a través
de la banca privada, el Profesor Navarro pone en su blog el artículo que
publicó ya hace un año sobre el ICO en la revista Sistema Digital (19.07.13).
Este artículo explica las
causas de que no se facilite la oferta de crédito accesible a las empresas
medianas y pequeñas, como consecuencia del enorme y excesivo poder del capital
financiero sobre las instituciones públicas.
La
respuesta que la banca da a esta pregunta es que no hay demanda de crédito. Es
decir, las empresas medianas y pequeñas y las familias no están pidiendo dinero
prestado. Esta es también la réplica que el gobierno español ha estado
sosteniendo. Y para sostener tal explicación señalan la baja cantidad de
solicitudes de crédito por parte de las pequeñas y medianas empresas y por
parte de las familias.
Dicha explicación, sin embargo,
no se aguanta ni por los pelos. El hecho de que no haya más peticiones de
crédito a la banca se debe a las condiciones económicas que ésta exige, con
unos intereses elevadísimos. Y una de las razones de esta situación es que a la
banca no le resulta rentable dar este tipo de préstamos, que además considera
arriesgados porque sabe que la población está perdiendo capacidad adquisitiva,
resultado del descenso de los salarios. La banca puede y hace muchísimo más
dinero comprando deuda pública a unos intereses desorbitados, que ofreciendo
crédito. Y todo ello cortesía del Banco Central Europeo, su lobby particular,
que le presta dinero a los bancos a unos intereses bajísimos (menos de un 1%),
dinero con el que compran bonos públicos que les dan unos intereses altísimos
(algo más del 6% en 2012) en el caso de los bonos españoles. Hay que reconocer
que es un negocio redondo. El hecho de que los intereses de la deuda pública sean
tan altos se debe a que el BCE no hace lo que debería hacer, es decir, comprar
bonos públicos, protegiendo a los Estados frente a la especulación de los
mercados financieros (es decir, de los bancos). En consecuencia, el Estado está
recortando ahora el gasto público (incluyendo el social, como sanidad,
educación y un largo etcétera) para que pueda pagar los exuberantes intereses a
los bancos, y así obtener crédito. Solo este año, el Estado español tendrá que
pagar una cantidad equivalente al 3,86% del PIB en intereses a la banca por
haberle prestado dinero.
Lo que es escandaloso es que
todos estos recortes pudieran haberse evitado fácilmente, creando una banca
pública con todo el dinero que se ha pagado a la privada. Sumando los intereses
de la deuda pública, más los bonos que el Estado debe vender a la banca para
conseguir dinero este año, resulta una cantidad nada menos que equivalente al
19% del PIB, que el estado pagará a la banca este año. Y que no se cree un
banco público se debe a la oposición de la banca, y de sus lobbies, tanto el
BCE como el Banco de España, a que ello ocurra.
Pero la cosa es todavía peor. En
realidad, el BCE no puede comprar bonos públicos del estado español. Pero si
que puede, según sus estatutos, prestar dinero a intereses bajos, tal como hace
a la banca privada, o a una institución financiera pública, tal como el ICO,
Instituto de Crédito Oficial. Y lo ha hecho. Pero el ICO, según la propia
normativa oficial (escrita por la banca privada a fin de proteger sus
intereses), no puede prestar dinero directamente. Y tiene que hacerlo, de
nuevo, a través de la banca privada. Es decir, el ICO da dinero a la banca
privada para que esta preste dinero en condiciones económicas a las empresas y
a las familias, con lo cual estas se encuentran con el mismo problema que cité
antes. No pueden pagar los criterios abusivos que los bancos piden. De ahí que
de los 22.000 millones de euros que tenía el ICO en 2012, solo un 25% se
gastara ofreciendo créditos, que, repito, solo puede ofrecer a través de la
banca.
Y para mayor escándalo y
bochorno, si cabe, de este 25%, la mayoría ha ido a grandes empresas como
Telefónica, Banco Santander y otras entidades que son las únicas que se
benefician de esta afluencia de crédito. Y mientras tanto las empresas pequeñas
y medianas están colapsando y creando un enorme problema de paro. Y las
familias, endeudadas hasta la médula, no pueden salir del agujero. Los hijos de
estas familias con becas han dejado de recibirlas porque es casi imposible
conseguir crédito.
Y la causa de todo ello es
política. Es decir, es la enorme influencia que la banca tiene sobre el estado.
De ahí que los escraches deberían centrarse, no solo en la banca, sino en las
instituciones políticas mal llamadas representativas que no defienden los intereses
de la ciudadanía sino de los grupos fácticos, tales como la banca, que los
controlan. Así de claro.
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