lunes, 8 de diciembre de 2014

BCE / LTRO: ¿Eso qué es?


Por Eric Toussaint
CADTM, 21/11/2014.

Los inversores institucionales (y entre ellos, los bancos) y los hedge funds atacaron a Grecia en 2010, que era el eslabón más débil de la cadena europea de endeudamiento, antes de atacar a Irlanda, Portugal, España e Italia. Y es que con esas acciones obtuvieron muy buenos beneficios, ya que esos países tuvieron que proponerles tipos de interés altos para conseguir la refinanciación de sus deudas. Entre esos inversores institucionales, fueron los bancos privados los que obtuvieron los mayores beneficios ya que aprovecharon que podían financiarse directamente del BCE, pidiendo dinero al 1 %, y ahora al 0,05 %, mientras que con ese dinero ofrecían créditos a Grecia, a tres meses con un interés del 4 % o 5 %. Respecto a los títulos a 10 años, los bancos privados no aceptan su compra si no es con un interés de cerca del 10 %.

Al lanzar sus ataques contra los eslabones más débiles, los inversores institucionales (en cuyo seno los bancos tienen un papel clave) estaban también convencidos que la Unión Europea y el BCE deberían, de algún modo, ir en ayuda de los Estados víctimas de la especulación, prestándoles capitales que les permitieran continuar con los reembolsos.

Tampoco se habían equivocado y se concedieron préstamos a los países en dificultad. Las condiciones impuestas por el BCE, la Comisión Europea y el FMI, la famosa Troika, tenían como objetivo una austeridad dramática, privatizaciones, una reducción de salarios y pensiones, despidos masivos en la función pública, etc. A pesar de la ayuda del BCE, a partir de junio de 2011, los bancos europeos entraron en una fase crítica. La situación era casi tan grave como después de la quiebra de Lehman Brothers, producida el 15 de septiembre de 2008. La asfixia económica amenazaba a muchos bancos por la imposibilidad de continuar financiándose a corto plazo mediante los Money Market Funds estadounidenses que habían considerado que la situación de los bancos europeos era cada vez más arriesgada |1|. Los bancos estaban bajo la amenaza de no poder asumir sus deudas. El 21 de julio de 2011 se reunió de urgencia una cumbre europea para hacer frente a una posible serie de quiebras bancarias y como consecuencia de esa reunión, el BCE comenzó a comprar a esos bancos títulos de la deuda pública griega, portuguesa, irlandesa, italiana y española con el fin de aportarles liquidez (además de los préstamos que ya les había otorgado) y aliviarlos de los títulos que los propios bancos habían adquirido durante el período precedente.

También se intentaba hacer bajar los tipos de interés que sufría la deuda de la periferia. Pero eso no fue suficiente. Las cotizaciones en la Bolsa de las acciones de los bancos seguían bajando y los tipos de interés sobre la deuda italiana, española… permanecían altos. Lo que fue decisivo para mantener a flote los bancos europeos, fue la apertura, a partir de septiembre de 2011, de una línea de crédito ilimitado en el BCE, concertado con la FED, el Banco de Inglaterra y el Banco de Suiza: los bancos con penuria de dólares y euros se mantendrían en permanente perfusión.
 
Comenzaron a respirar pero aún era insuficiente, las cotizaciones de sus acciones continuaban con su descenso a los infiernos. Entre el 1 de enero y el 21 de octubre de 2011, las acciones de la Société Générale cayeron un 52,8 %, las de BNP Paribas un 33,3 %, las del Deutsche Bank un 28, 8 %, las de Barclays un 30,5 %, las del Crédit Suisse un 36,7 %. Como ya los hemos visto, en ese momento el BCE sacó su artillería pesada.

LTRO: ¿Qué es eso?

Llamada LTRO (Long Term Refinancing Operations) consiste en conceder a los bancos préstamos a largo plazo. Entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, el BCE prestó a través de este programa más de 1 billón de euros a unos 800 bancos, a un plazo de 3 años y al 1 % de interés, (en un momento en que la inflación estaba cerca del 2 %). En realidad, el regalo que se le dio a los bancos era mucho más importante que lo que deja suponer un tipo de interés del 1 %, por supuesto ya muy ventajoso. ¿Por qué hizo eso? Por dos simples razones.
 
En primer lugar, los intereses sobre las sumas otorgadas no se pagan hasta el momento del reembolso de ese importe. Por lo tanto si un banco tiene un préstamo a tres años, no pagará los intereses hasta que ese plazo acabe.

En segundo lugar, el tipo fue reducido varias veces hasta alcanzar el 0,05 % en septiembre de 2014 |2|. Por ejemplo, a Dexia, el BCE le prestó más de 20.000 millones de euros por un período de tres años a comienzos de 2012, y solo reembolsará los 20.000 millones de euros a comienzos de 2015. A esa suma, se le debe agregar el pago de los intereses, que se calcularán de la siguiente manera: hasta julio de 2012, el 1 % de interés, desde julio 2012 hasta mayo de 2013, 0,50 %, de mayo de 2013 a noviembre de 2013 el 0,25 %, a partir de junio de 2014 el 0,15 % y, a partir de septiembre de 2014, el 0,05 % |3|.

Dexia no pagará ningún interés hasta el momento de reembolso de la suma prestada. ¿Qué pasará en el momento del vencimiento del préstamo? Es evidente que muchos bancos como el mismo Dexia o el principal banco italiano Intesa Sanpaolo (ISP: MI) (que recibió 24.000 millones de euros por el mecanismo LTRO), no podrán reembolsar sus deudas, salvo que se les concedan nuevos créditos, más o menos equivalente a los anteriores. ¿Y a quién pedirán prestado los bancos? Por supuesto al BCE.

Su presidente, Mario Draghi, anunció en junio de 2014 que el BCE otorgaría nuevos préstamos a largo plazo (Targeted Long Term Refinancing Operations -TLTRO-). Al inicio, el BCE declaró que el volumen de los nuevos préstamos de largo plazo alcanzaría 400 mil millones de euros. Ya veremos cuál será exactamente en febrero o marzo de 2015, cuando los diferentes tramos de crédito TLTRO hayan sido acordados.

El programa TLTRO se inició en septiembre de 2014, con un primer tramo de 82,6 miles de millones de euros entregados. Se otorgará un segundo tramo en diciembre de 2014. Éste coincidirá con la fecha tope para en la que los bancos deberán devolver el dinero prestado al recurrir al LTRO en diciembre de 2011. Señalemos que una parte de esos bancos que recurrieron al LTRO en diciembre de 2011 devolvieron ya sus préstamos al BCE de manera anticipada, con el fin de dar una apariencia de buena salud. Los bancos en peor situación todavía adeudan sus préstamos LTRO al BCE. Así pues, los vencimientos de diciembre de 2014 (primer tramo de la LTRO) y febrero de 2015 (segundo tramo de la LTRO) son importantes.

Imaginad qué hubiera pasado si Dexia y muchos otros bancos en dificultades no hubieran tenido acceso al préstamo del BCE. Pues, pura y simplemente habrían bajado la persiana.
 
En efecto, a condición de conseguir un prestamista privado (lo que no habría sido fácil vistas las sumas necesarias), los bancos habrían tenido que pagar unos tipos de interés superiores al 8 %, de forma regular y no al vencimiento del préstamo. Añadamos que el BCE ofrece otros grandes regalos a los bancos privados, comprándoles covered bonds con el fin de ayudarles a financiarse |4|, este acepta que los bancos depositen productos estructurados como garantía para la obtención de nuevos préstamos. Por supuesto, está también el monopolio de la financiación a los poderes públicos del que se benefician los bancos privados. En los meses venideros quieren añadir compras masivas de productos estructurados (fabricados por los bancos bajo el nombre de ABS) efectuadas por el BCE.

El balance de la LTRO/TLTRO es claro: habría sido mejor proceder de otro modo con el objetivo de proteger los intereses de las víctimas de la crisis. Para ello había que haber dejado quebrar a los bancos en crisis, por supuesto protegiendo los depósitos de los ahorradores, crear un banco malo para los activos tóxicos a cargo de los grandes accionistas e integrar la parte sana en una estructura auténticamente pública (sin pagar indemnización a los grandes accionistas). Era necesario socializar el sector bancario y darle una auténtica misión de servicio público.

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