Por Eduardo Garzón Espinosa y
Carlos Martinez Nunez
Fundación
por la Europa de los Cioudadanos, 28/10/2014.
El Banco Central Europeo (BCE) ha
presentado los resultados de las pruebas de resistencia que les ha hecho a los
bancos europeos. Al parecer, la banca española ha aprobado el examen con
holgura. Sin embargo, ello no quiere decir que el sistema bancario español esté
saneado ni mucho menos, porque hay muchas razones para denunciar que estas
pruebas no sirven para detectar y cuantificar los problemas bancarios. Vamos a
ver cuáles son estas razones.
1)
El método de evaluación lo decide un organismo (el BCE) que está interesado en
que los evaluados (los bancos europeos) aprueben, ya que de ofrecer
resultados muy negativos las consecuencias en términos de desconfianza podrían
ser notablemente lesivas. No podemos olvidar que los agentes que invierten en
el mercado financiero se orientan fundamentalmente por la confianza que se
deposite sobre los agentes susceptibles de recibir la inversión, y señales como
las de un importante suspenso alejarían a los inversionistas, provocando huidas
de capital y caídas en las cotizaciones bursátiles. Para evitar una situación
así, el profesor se lo pone fácil a sus alumnos.
2) Pero es que se lo pone tan
fácil que muchos alumnos son capaces de aprobar con buena nota y a las
semanas siguientes tener que ser rescatados por no poder sobrevivir.
Esto es lo que ocurrió en 2010 cuando aprobaron las pruebas de resistencia
muchas entidades irlandesas y españolas –¡entre ellas Bankia!– que muy pronto
tuvieron que recibir ayudas públicas para no entrar en quiebra. En aquella
ocasión se le vio tanto el plumero al evaluador que sintió la necesidad de
repetir los exámenes con unos requisitos más estrictos.
3) El evaluador no vigila
si los evaluados les hacen trampa en el examen. Lo único que hace el
BCE es pedirle a los bancos que le envíen los informes de sus balances,
dejándoles mucho margen para inventarse las cuentas (algo que se llama
coloquialmente “contabilidad creativa”). Un banco tiene muchas facilidades para
falsear sus cuentas, ya que su negocio no consiste en manejar productos físicos
(difíciles de manipular), sino en comprar y vender “promesas de pago y de
cobro” y movilizar cantidades monetarias que simplemente se anotan con números
en cuentas bancarias. Por ejemplo, un banco puede escribir en sus cuentas que
posee un inmueble por 1.000.000 euros aunque si lo pusiese a la venta nadie se
lo compraría por más de 700.000 euros. En realidad estaría inflando las
cuentas, y de hecho es lo que suelen hacer para mostrar una mejor imagen. Las
cuentas no reflejan la realidad, sino la realidad que se imaginan
interesadamente los contables del banco. Lo ideal sería que el BCE enviara a
los países correspondientes inspectores que analizaran los balances de los
bancos “in situ” y con todo lujo de detalles, para ver si el evaluado está
haciendo trampas.
4) A los bancos españoles
les han puesto un examen más fácil que a los bancos del resto de economías
vecinas. Esto es así porque los evaluadores contemplaron un escenario
adverso más suave para la economía española, al suponer que una nueva recesión
sería menos dolorosa para los bancos españoles que para la banca de países
vecinos. Y puesto que el aprobado depende del escenario adverso, a los bancos
españoles les ha sido más sencillo evitar el suspenso.
5) Sospechosamente los
bancos franceses y alemanes, que son los que más estaban en el punto de mira,
se han ido de rositas. Un reciente estudio independiente realizado en
la European School of Management and Technology de Berlín en colaboración con
la Universidad de Nueva York reveló un enorme agujero de capital en los bancos
franceses (déficit de capital de 285 mil millones de euros) y alemanes
(199 mil millones de euros). Es un secreto a voces que estos bancos se
empacharon de activos tóxicos antes de la crisis, y la importante recesión o
lento crecimiento en ambos países no ha podido ser suficiente para sanear sus
balances. Ahí hay gato encerrado y tiene mucho que ver con que sus países sean
los que tienen la sartén por el mango en Europa y los que más influyen en el
evaluador falsamente independiente (BCE).
6) El crédito no se
reactiva y no hay previsión de que lo vaya a hacer. Con unos bancos
saneados y sin problemas habríamos de suponer una reactivación del crédito, y
sin embargo ello no ocurre. De hecho, incluso el Fondo Monetario Internacional
dictaminó hace poco que el 70% de los bancos europeos está débil para dar
créditos a familias y empresas. El gobernador del Banco de España también ha
reconocido que el aprobado de los exámenes no implica que se reactive el
crédito: “que la banca esté sana es una condición necesaria para que regrese el
crédito, pero no suficiente”. El vicepresidente del BC se ha manifestado
en la misma línea: “nada garantiza que los préstamos vuelvan a fluir”.
En definitiva, estas pruebas no
son útiles para saber si los bancos están en buena situación ni para saber si
el crédito se va a reactivar. En realidad se trata de un movimiento del Banco
Central Europeo muy tímido y orientado más a ofrecer una buena imagen al
exterior que a examinar con detalles y rigor la salud de los bancos europeos.
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