Por Miguel A. Ortega Lucas
El diario.es, 14/0172015.
Cualquiera hubiera pensado, de
estar aún en tales fechas, que se trataba de un simpático grupo pidiendo el
aguinaldo (lo cual, tratándose de una sucursal bancaria, tampoco dejaría de
tener su aquél). Pero no. Lo que se presentó este lunes en una de las oficinas
de Cajastur en Gijón era en realidad un comando ciudadano –carricoche y niño
incluidos– presto a perpetrar un atentado musical: sin más víctimas ni daños que
la filia o la fobia que los presentes en ese momento pudieran tener a las leyes
hipotecarias españolas, a la poesía de Gloria Fuertes y al ukelele de Nacho
Vegas.
Se conmemoraba el tercer
aniversario de la creación de la Plataforma Antidesahucios de Asturias, y tanto
el músico gijonés como el coro Al Altu La Lleva no quisieron dejar pasar la
ocasión de prestar su apoyo una vez más a sus paisanos de la PAH. De la manera
más directa posible. A Vegas le gusta cada vez más –según nos explica por
teléfono– esa "nueva forma de hacer protesta" consistente en
llevar la música a la calle "de manera coral, como el colectivo Solfónica";
algo que "tiene sentido" para él, dando en su caso toda la significación
al término canción popular. Así, cierta reciente composición suya
basada en el poema de Gloria Fuertes No perdamos el tiempo, inédita
todavía, se convirtió en el cántico-molotov que fueron a arrojar en la
mencionada oficina bancaria de Cajastur.
Conformando, así, una caja de
música difícil de parar por un solo hombre: en este caso el interventor de la
sucursal, que –pensando quizás que era eso lo que se esperaba de él– trataba de
usurpar las cámaras de quienes grababan la acción. Éstos "le hacían
la cobra" alternativamente, cuenta Nacho Vegas, mientras una
señora que pasaba por allí se ponía de parte del grupo y afeaba la conducta al
empleado. El hombre llegó a arrebatar alguna, pero precisamente previendo
contingencias de ese tipo eran tres las personas grabando: para garantizar que
la escena se registraba hasta el final (…momento en el salen todos
pacíficamente de la oficina al grito de Sí se puede; el ukelele
acompañando con sordina).
Sobre la difícil tesitura de los
empleados del banco (enfrentados frecuentemente a la contradicción de estar a
uno y otro lado del burladero del sistema hipotecario responsable de los lanzamientos),
el cantautor reconoce que es "complicado": "El miedo es fuerte y
plantar cara es difícil"; parecido a "cuando ves a policías que se
supone están al servicio de la gente cumpliendo órdenes en su contra".
" …Pero la cosa se trata precisamente de que la gente pierda miedo
y cambie de bando", o al menos sea consciente de cuál es el suyo.
Nacho Vegas insiste en que el
problema de los desahucios "sigue siendo muy gordo" ("ahora
están también con los cortes de suministro") mientras "no cambie la
legislación", y a pesar de la labor realizada por la Plataforma en toda
España, presionando a los bancos para renegociar las deudas. Para Vegas, la PAH
realiza además un trabajo más soterrado pero de capital importancia a la hora
de "hacer que la gente pierda la vergüenza" de sufrir esa situación.
"En estos años", al
menos, "se ha conseguido este impulso y hay otro tipo de lucha, de
activismo, más extendido socialmente", con "un panorama muy distinto
al de hace unos años". " Antes nos resignábamos a las
decisiones de las élites. Ahora estoy más ilusionado [con el panorama
político] porque parece que hay un horizonte de cambio. Aunque siempre hay un
punto de escepticismo; aún no he visto a ningún partido en el poder que no se
corrompa".
Respecto a su trabajo, Vegas
opina que el músico es hoy día "mucho más consciente de su dimensión
social", "conectando sus obsesiones con lo colectivo". ¿Volverá
a participar en otro escrache musical como el del lunes? "
Cuando me surja y la gente de la Plataforma necesite visibilidad y fuerza, ahí
estaré. Y no sólo con la gente de aquí de Asturias. Aunque lo ideal
sería que la PAH dejara de ser necesaria. Cuando pienso en ellos me acuerdo del
movimiento insumiso de los 90, que también fue apartidista. A algunos les costó
la cárcel, pero la mili es ahora un recuerdo. Ojalá suceda pronto lo mismo con
los desahucios".
Las canciones de Nacho Vegas son también, de momento, más
parecidas a gritos urgentes que a esos malos recuerdos íntimos en los que,
dice, "corre uno el riesgo de mirarse demasiado el ombligo".
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