Por Carlos Sánchez
Mato
El Salmón
contracorriente, 08/12/2016.
La Comisión Europea ha multado con 485 millones de euros las
entidades Credit Agricole, HSBC y JP Morgan por participar en un acuerdo ilegal
para manipular el Euríbor. Dicho acuerdo según ha declarado la Comisaria de
Competencia Margrethe Vestager ha sido “muy lucrativo para los bancos” y va
radicalmente en contra de las normas europeas en materia de competencia.
En concreto, la multa asciende a 337,2 millones de euros
para JP Morgan, 114,7 para Crédit Agricole y 33 para HSBC. Los ’traders’ de los
bancos que han sido sancionados discutían y negociaban entre ellos el valor que
iba a ofrecer cada entidad para el cálculo del Euríbor y sus estrategias de
negociación. Con ello, la aparente fijación del valor del Euríbor por parte del
mercado era una pura ficción y se realizaba una artificial pantomima con el
objeto maximizar los beneficios para las entidades participantes en la
operativa.
El origen de esta
multa
La Comisión Europea hizo pública en 2013 una histórica multa
a seis entidades financieras por crear un cártel en los mercados de derivados
de los tipos de interés con el objeto de influir en la determinación de precios
del euríbor. La investigación concluyó con la imposición de una sanción de
1.712 millones de euros a Barclays, Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland y Societe
Generale que llegaron a un acuerdo en diciembre de 2013. Se eliminó la multa a
UBS y Barclays que también participaron en el apaño pero que denunciaron las
maquinaciones utilizadas a la Comisión.
Y solo Credit Agricole, JP Morgan y HSBC no han querido
colaborar y han sido multados formalmente el día de hoy con 485 millones de
euros.
¿En qué consistía la
manipulación realizada?
Todos los días laborables y antes de las 10 y media de la
mañana, la agencia de noticias Thompson Reuters elabora una encuesta en la que
participan representantes de 44 bancos europeos que le comunican a qué precio
estarían dispuestos a prestar fondos a otras entidades. Con una metodología
extremadamente simple, elabora una media aritmética después de excluir para el
cálculo los tipos más elevados y también los más reducidos. El resultado de la
muestra es el euríbor, el índice de referencia que se utiliza para millones de
operaciones financieras y de préstamo. La burda práctica utilizada por los
bancos sobre los que ha recaído la sanción consistía simplemente en acordar con
otras entidades el tipo de referencia que comunicaban a Reuters para conseguir
el resultado apetecido [1]. De esta forma, han obtenido mediante estas
conductas fraudulentas de adulteración de las reglas del mercado, beneficios
multimillonarios en operaciones con derivados sobre tipos de interés y en los
préstamos que utilizan como referencia estos indicadores.
No podemos estar
satisfechos con las multas
El alborozo general que se ha producido por la decisión de
la Comisión Europea no debe ocultar la insuficiente respuesta ante este
gigantesco fraude que las entidades bancarias han cometido. No nos podemos
conformar con una multa económica frente a un delito como el cometido.
En primer lugar, es asombroso que el tipo de interés al que
están referenciados la inmensa mayoría de los contratos financieros (no solo
préstamos) sea un indicador privado ya que es una marca registrada por la
Federación Europea Bancaria que agrupa a las principales entidades financieras
de la Unión Europea. ¿Alguien en su sano juicio podía pensar que los
representantes del panel de bancos que participan en la fijación de precios no
iban a actuar en beneficio propio y en perjuicio del conjunto de los
ciudadanos? ¿De verdad hay gente que piensa que todos los que participamos en
el mercado global contamos con la misma información?.
En segundo lugar, no podemos menos que criticar el monto de
las multas acordadas, absolutamente insuficiente con respecto a lo que puede
haber supuesto la cantidad defraudada por el conjunto de las entidades
bancarias [2]. En este sentido, es vergonzoso que la Comisión Europea no haya
publicado los cálculos económicos del expolio cometido con la única intención
de proteger a los delincuentes confesos. En este sentido, hay que destacar que,
además de haber impuesto multas de importes reducidos, UBS y Barclays han sido
eximidas de abonar ninguna sanción por haber denunciado el cártel. ¿Cómo se
puede declarar que esta actuación evitará comportamientos similares en el
futuro? Los incentivos para cometer nuevas malversaciones y para maquinar
variaciones de precios en búsqueda de astronómicas ganancias siguen siendo
enormes [3].
En tercer lugar no debemos olvidar que los términos técnicos
de la decisión de la Comisión Europea excluyen de manera expresa de futuras
reclamaciones a los afectados en calidad de clientes de las entidades bancarias
por tener préstamos hipotecarios. En su momento en 2013, el comisario europeo
de la Competencia, Joaquín Almunia, indicó que la investigación de la misma “no
versa específicamente sobre la manipulación del euríbor en sí, sino sobre el
cártel formado por los bancos para aprovecharse de ello”. De esta forma, la
Comisión Europea desde su aparente papel de “Robin Hood”, mostró su verdadera
intención ya que, aunque cabe la posibilidad de actuar de forma privada ante
los tribunales para reclamar el resarcimiento de los perjuicios ocasionados, la
sanción no reconoce de manera automática el derecho a la reclamación porque
solamente considera que han sido perjudicados los inversores en derivados que
hayan podido ser víctimas de estas prácticas. En resumen, se reconoce un brutal
expolio pero no se activan los medios que permitan resarcir los daños que
conscientemente los responsables han causado. De un plumazo se intenta evitar
las devastadoras consecuencias económicas que la devolución de lo sustraído
tendría sobre las entidades bancarias.
Eso ha sido confirmado por la actual Comisaria, Vestager,
que ha confirmado que las prácticas realizadas han sido “muy lucrativas para
los bancos” pero no ha querido calcular en qué medida lo han sido y plantearse
un cálculo del beneficio obtenido. Desde luego, esta actuación constituye un
perverso incentivo para los transgresores.
¿Podría haber actuado
de otra forma la Comisión Europea?
Por supuesto que había otras opciones a barajar por parte de
la Comisión Europea, como la posición y opciones propuestas por Izquierda
Unida. Si en vez de utilizar el poder político del que dispone para proteger a
las entidades de las nefastas consecuencias de sus actuaciones, hubiera velado
por el interés de los ciudadanos de la Unión Europea, la Comisión Europea
tendría que haber tomado las siguientes decisiones:
- Establecimiento del tipo de interés oficial del dinero del Banco Central Europeo como único indicador legal para los contratos de préstamo en la Unión Europea. Ni ha sido la primera vez ni hay ninguna garantía para los consumidores de que no se produzcan manipulaciones en lo sucesivo utilizando mecanismos más sofisticados que los torpes manejos desvelados.
- Es imprescindible que la Comisión Europea haga público el cálculo del fraude cometido por las entidades bancarias. Técnicamente es perfectamente posible calcular la diferencia entre el índice falseado y el que hubiera resultado si se hubiera aplicado la media real de las operaciones efectuadas. Eso permitiría definir el perjuicio ocasionado, no solo en relación a los inversores en derivados sobre los índices manipulados sino también a los vinculados por cualquier tipo de contrato financiero que tenga como referencia a los mismos.
- Restitución inmediata de todos los fondos estafados, no solo por las entidades que han reconocido formar parte del cártel que manipulaba los índices, sino también por todos los bancos que se han beneficiado de las irregularidades.
- Imposición de una multa de, al menos, el 300% del importe defraudado y prohibición a las entidades participantes en el cártel de operar en los mercados financieros durante un período de 10 años.
Actuando de esta forma, dirán muchos, desaparece la
capacidad del sistema bancario de sostenerse en solitario. En efecto, sin estas
turbias maniobras, sin el privilegio de acudir a las subastas del Banco Central
Europeo para obtener fondos ilimitados a un coste ridículo, sin la regalía que
supone financiar el déficit público de los estados a elevados precios, en
definitiva sin ayudas públicas, las entidades bancarias privadas no podrían
funcionar.
¿Por qué consentimos entonces los ciudadanos europeos que la
banca privada siga realizando estas maniobras con el auxilio inestimable de
élites políticas que pasan de un lado al otro de la mesa sin sonrojarse cuando
defienden desde el sector público los intereses de quienes les pagaban antes y
les contratarán después?
¿Por qué no exigimos que el sector financiero sea público,
tenga transparencia y control democrático y esté al servicio del conjunto de la
ciudadanía que, en definitiva, es quien lo sostiene?
Notas
[1] En el caso del líbor, son únicamente 16 bancos los que
comunican a Reuters los datos. La manipulación es todavía más sencilla que en
el caso del euríbor.
[2] Los reguladores de todo el mundo han sancionado hasta el
momento con 4.300 millones de euros a los bancos por manipular los índices.
[3] Solamente por cada décima de euríbor manipulada al alza
en relación a los préstamos, los beneficios anuales del conjunto de las
entidades bancarias podrían haber superado los 20.000 millones de euros
solamente en la Unión Europea, a lo que habría que añadir el efecto en los
derivados financieros.
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