Expansión,
30/01/2017.
La Autoridad Bancaria Europea señala, no obstante, que no
habría mutualización de la carga entre los Estados participantes, sino que cada
país respondería por las pérdidas en su jurisdicción.
El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), Andrea
Enria, instó este lunes a crear una compañía de gestión de activos para dar
salida en el mercado a la gran cantidad de préstamos fallidos de la banca en la
Unión Europea (UE), uno de los principales retos que afronta el sector, según
el supervisor.
Enria avanzó las líneas generales de esta propuesta en un
seminario organizado por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en
Luxemburgo, donde defendió que esta herramienta sería "clave para acelerar
el proceso" de que las entidades se deshagan de esta carga y "avanzar
en la recuperación del sector".
Préstamos por un
billón de euros
En el conjunto de la UE los préstamos fallidos -en riesgo de
mora- superaban en junio de 2016 el billón de euros y suponían el 5,4 % del
total de préstamos, con Italia como el país más afectado (276.000 millones),
seguido de Francia (148.000 millones) y España, donde ascienden al 6 % del
total (141.200 millones).
El problema para deshacerse de ellos reside, de acuerdo con
Enria, en que "la banca no tiene incentivos" para sacarlos de sus
balances y en que el mercado para colocarlos es "muy restringido".
Por ello, propone crear una compañía que seguiría un modelo
similar al de la Sareb -comúnmente conocida como "banco malo"- que se
estableció en España para los activos tóxicos de las entidades reestructuradas,
tras el rescate a la banca, o de la NAMA irlandesa, entidades que el economista
italiano consideró "muy efectivas".
En un primer momento se necesitaría una aportación de dinero
público para crear la gestora, que luego captaría fondos también en el mercado.
Posibles pérdidas
En la práctica, las entidades transferirían parte de sus
préstamos fallidos a esta gestora por su valor real en el mercado y serían los
accionistas de los bancos quienes asumirían las posibles pérdidas por la
diferencia entre este valor real y el valor contable del activo.
Si al término del periodo previsto de venta no se lograse
colocar los activos por su valor real, dado que los precios de mercado fueran
más bajos, la entidad debería correr con las pérdidas y el Estado podría tener
que intervenir para hacer una recapitalización cautelar de la misma.
En cualquier caso, insistió Enria, no se trataría de
"rescates públicos al viejo estilo", sino de ayudas que deberían
cumplir con las nuevas normas europeas de reestructuración de la banca que
exigen que los accionistas y los bonistas asuman pérdidas.
Además, no habría mutualización de la carga entre los
Estados participantes, sino que cada país respondería por las pérdidas en su
jurisdicción.
El director gerente del MEDE, Klaus Regling, apoyó
firmemente la que consideró una "propuesta muy valiosa" y estimó que
deberían movilizarse a esta gestora "entre 200.000 y 250.000 millones de
euros" en préstamos fallidos.
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