Por Iñigo de Barrón / Xosé
Hermida
Diario El País,
20/12/2013.
Con la compra de Novagalicia
Banco (NCG) bajo el brazo, casi sin dormir tras una noche que se prolongó hasta
bien entrada la madrugada, el propietario de Banesco, Juan Carlos Escotet,
llamó por la mañana al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y se
presentó en Santiago a primera hora de la tarde para verle. “El compromiso es
por 20 años, pero queremos quedarnos para siempre”, anunció Escotet tras su
entrevista con Feijóo. El Banco Etcheverría, comprado hace un año por Banesco,
absorberá NCG en un plazo de entre 60 y 90 días, y la idea inicial es
prescindir de la marca de la antigua caja.
Frente a algunos comentarios
confusos sobre la posible recuperación del dinero público invertido en NCG,
como los del propio Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, ayer en
la Cadena SER, el fondo de rescate (FROB) apostó por la sinceridad:
“Satisfechos de la subasta no podemos estar cuando se inyectaron 9.000 millones
de euros en Novagalicia y hemos recuperado 1.000 millones al venderlo a
Banesco”, apuntaron fuentes del fondo público. La reestructuración del sistema
financiero seguirá enfrentado a los ciudadanos con la más amarga realidad:
reflotar bancos costará decenas de miles de millones al Estado. Y aún falta
colocar Catalunya Banc, donde se han invertido 12.000 millones.
El fondo de rescate confía en
que, al menos, la operación tenga un impacto “no significativo” en el déficit
público. Según los datos de Eurostat, con los 1.000 millones ingresados el
déficit subirá en 400 millones, pero el FROB no lo detalló. En un encuentro con
la prensa, directivos del fondo insistieron en que la propuesta del grupo
venezolano, que ofreció pagar 1.003 millones por la entidad gallega (el 40%
ahora y el 60% en plazos hasta 2018), fue la mejor por la cantidad y porque no
reclamaba más ayudas. No obstante, admitieron que hubo otra propuesta más que
tampoco pedía ayudas.
El fondo echó en cara a la banca
española que no haya sido más generosa con sus ofertas. Preguntado por si cree
que eran justas las quejas de algunas entidades españolas por el hecho de que
se haya quedado NCG un banco extranjero después de que los nacionales hayan
pagado la reestructuración del sistema financiero con el banco malo y el Fondo
de Garantía, el FROB respondió: “Que hubieran pagado más ellos. Hemos hecho lo
mejor para el contribuyente que, por desgracia, es el que está pagando la mayor
parte de la crisis financiera”.
De momento, la estructura del
Banco Etcheverria se pondrá al mando de NCG. Javier Etceverria, descendiente de
la familia que fundó la entidad en 1717 en Betanzos (A Coruña), ocupará la
presidencia, y el hombre fuerte, como consejero delegado, será Francisco Botas,
un ejecutivo gallego formado en Caixa Galicia que Escotet mantuvo al frente del
Etcheverría cuando lo compró, hace un año. Incluso la sede seguirá en Betanzos,
aunque sin prescindir de las oficinas de A Coruña y Vigo. La cuestión de la
marca dependerá de un estudio de mercado, aunque “el corazón” le pide a Escotet
mantener la de Etcheverría. Al actual presidente de NCG, José María Castellano,
le ofrecerá un puesto en el consejo.
El banquero venezolano insistió
en que no debe quedar “un ápice de duda” de su “compromiso con Galicia”, según
informa Efe. “Esto es gallego y seguirá siéndolo por muchos años”, enfatizó.
“No es un proyecto a corto plazo”. Aunque el Etcheverría dispone ya de 117
oficinas, Escotet asegura que no solo no cerrará sucursales sino que su idea es
“profundizar incluso la red hasta donde sea necesario”. Frente a las aventuras
que llevaron a la ruina a las antiguas cajas, el dueño de Banesco recupera el
mensaje del viejo negocio bancario: “Galicia merece cercanía, atención al
crédito, apoyo en todo tipo de iniciativas empresariales, banca de
intermediación pura y dura”.
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