Por J. L. Llagues
Diario Levante-EMV,
16/12/2013.
Fernando Restoy, presidente del
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), reconoció el pasado viernes
4 de diciembre en el Senado que la venta del Banco de Valencia (BdV) fue una
operación «acelerada».
El máximo mandatario del
organismo creado en 2009 compareció ante la Comisión de Economía y
Competitividad de la cámara para informar de la venta de las entidades
financieras intervenidas.
Tras realizar una amplia
descripción de las tareas realizadas al frente del fondo regulador, el portavoz
analizó la venta de la entidad valenciana a Caixabank por la simbólica cantidad
de un euro.
Fernando Restoy declaró que «se
puso en marcha un proceso muy acelerado de prospección del mercado, se pidieron
ofertas a distintas entidades, se fueron seleccionando aquellas que resultaban
más ventajosas, y finalmente se adjudicó a CaixaBank porque su oferta fue la
menos cara para el erario de todas las que se habían recibido».
También recordó que el BdV «era
un banco al que no se le podía suministrar apoyo público en el marco de un
proceso de resolución de reestructuración, como el que ha tenido lugar con
otras entidades, porque el apoyo público debería estar asociado a un proceso de
venta de manera inmediata».
La liquidación, más barata
Otro de los argumentos que defendió el presidente del Frob fue el de la búsqueda de rentabilidad: «el coste total de la operación era claramente inferior al que hubiera supuesto la liquidación, lo que fue acreditado por los informes de valoración efectuados hasta por tres evaluadores».
Por todo ello, Fernando Restoy
concluyó que la venta «fue una combinación de las condiciones establecidas en
la hoja de ruta en el plan de resolución de la entidad y en el momento en el
que se produjo».
El representante del Frob también
admitió que «es posible que se hubiera conseguido una oferta mejor, o quizás
no». Eso sí, comentó que «ésta es una reflexión un poco melancólica en la
medida en que las restricciones eran las que eran».
El máximo mandatario del Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria compareció en el Senado a petición de Joan
Lerma, senador del PSPV.
En su intervención, el portavoz
socialista cuantificó en hasta 7.100 millones el coste para los ciudadanos de
la venta inmediata del BdV: 1.000 millones iniciales, que se ampliaron con
2.000 millones de crédito, más 4.500 millones, más un esquema de protección de
activos de entre 300 y 600 millones y unos créditos fiscales en caso de
contabilizarse que ascienden a 2.000 millones. El expresidente de la
Generalitat puso especial enfásis en el futuro de los créditos fiscales, ya que
si son utilizados «subiría mucho el coste para los contribuyentes, porque en el
caso concreto de todas estas operaciones, como se venden a un euro, no se
recupera ninguna aportación pública de las que se han hecho».
Fernando Restoy también fue
interpelado por José Montilla, expresidente de la Generalitat de Cataluña, que
preguntó por la situación de Catalunya Caixa. Así, se dio la circunstancia de
que dos expresidentes autonómicos socialistas se interesaron por la situación
de los bancos de sus zonas de origen.
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