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Diario.es, 24/12/2013.
Si hay un producto bancario que
ha cambiado de forma radical en esta crisis es la hipoteca. No en vano, su
concesión desmedida es la causa de la actual crisis bancaria y económica. Lejos
quedan los tiempos en los que la banca tenía el grifo abierto de par en par
para financiar el hogar de los españoles. Así, en septiembre de 2007 (año del
pico de la burbuja inmobiliaria) se constituyeron más de 145.000 hipotecas
según el INE. En septiembre de este año no llegaron a las 24.000 y eso que la
tendencia se ha estabilizado en los últimos meses.
El desplome es de tal calibre,
que los creativos publicitarios de la banca se permiten el lujo de ironizar con
la situación. Bankinter comercializa su hipoteca “Sin Más” con el eslogan
“Hipotica: hacía tanto tiempo que un banco no anunciaba una hipoteca que se nos
había olvidado cómo se decía”. En aquellos años, los bancos peleaban por captar
hipotecados a precios que ahora nos parecen de risa: los préstamos para la
adquisición de vivienda al 0,6% o 0,7% sobre el euríbor eran más que comunes.
La guerra llevó a alguna entidad a ofertar el 0,3% para clientes especiales.
Ahora, y a medida que el euríbor
ha caído en picado, ahora se sitúa sobre el 0,5%, las entidades se han lanzado
a elevar sus diferenciales a porcentajes que rayan lo desorbitado. Según el
INE, el tipo de interés medio para los préstamos hipotecarios para vivienda se
situó en octubre en el 4,36%. Entre las grandes entidades españolas, La Caixa
destaca con un tipo del 5,50% fijo el primer año de su hipoteca mixta, si no
tiene ninguna vinculación con la entidad. Esta práctica puede tener
consecuencias desastrosas. “Los altos diferenciales hipotecarios que se
comercializan hoy son los desahucios de mañana”, asegura Rubén Sánchez,
portavoz de Facua. Sánchez asegura que la situación que se está generando “es
peligrosa” y explica que lo más probable es que la tendencia del euríbor sea
alcista en los próximos años, por lo que probablemente en el futuro haya
familias que no puedan afrontar el pago de sus cuotas debido a las revisiones
anuales de este tipo de préstamos.
El cliente puede rebajar el tipo
de interés de su hipoteca si contrata otro tipo de productos bancarios con la
entidad. Una de las pocas prácticas que se conservan de la época de bonanza
crediticia y que Sánchez considera una trampa más. “A primera vista, las
entidades venden un diferencial muy interesante, aunque en ningún caso suele
ser inferior al 1,25%, pero a cambio de contratar productos que llevan
asociados otro tipo de pagos. Se da la paradoja de que estas ofertas pueden
resultan más caras que un tipo más alto en otra entidad sin ningún tipo de
vinculación”, asegura Sánchez, que aconseja a los usuarios que comparen las
propuestas de las entidades cuando quieran contratar una hipoteca y no se
queden con la primera propuesta concedida.
Otra de las novedades que se está
produciendo en la comercialización de créditos para la compra de vivienda es el
auge de las hipotecas a tipo mixto. En ellas, el titular del préstamo abona un
interés fijo los primeros años y, después, el crédito pasa a contar con un
interés variable. Este es el caso de La Caixa con su Hipoteca Mixta. Desde la
entidad afirman que este producto “busca transmitir un mensaje de seguridad y
tranquilidad en las actuales circunstancias de incertidumbre ya que ofrece al
cliente unos tipos de interés atractivos a largo plazo por la coyuntura actual
del Euribor” y añaden que, en el caso de la hipoteca a tipo fijo “el cliente
pagará siempre la misma cuota, que conocerá desde el momento de la
contratación, con lo que le ayudará en su planificación financiera”. La
hipoteca a tipo fijo de La Caixa cobra un interés entre el 5,5% y el 6% con un
plazo máximo de 10 años. ING Direct cuenta con una fórmula similar: ofrece un
fijo a sus clientes por un periodo de tres años, tras los cuales, el cliente
puede renovar este contrato o volver al tipo variable. Pero si lo anula antes
de tiempo, tendrá una penalización del 2,5%. El peligro de estas prácticas
reside en que el cliente desaprovecha los mínimos históricos en los que se
encuentra el Euríbor en la actualidad, con la posibilidad de que este índice
esté mucho más alto cuando el contrato pase a tener un interés variable. Así,
este tipo de productos debería comercializarse con simulaciones con distintos
niveles de euríbor para que el cliente pueda tomar decisiones con mayor
libertad, según apuntan los expertos.
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