lunes, 28 de julio de 2014

El Espírito Santo hace saltar la banca


Por Amador G. Ayora
El Economista.es, 28/07/2014.

El director general Banco Espírito Santo (BES) en España, Pedro Escudero, califica de pasajera la crisis y aventura que ya está pactada la entrada de socios para reducir el peso de la familia fundadora. Por eso, califica de excesiva la cobertura que elEconomista da al asunto, según me dijo molesto esta semana. El Banco de Portugal sondea a varios fondos y entidades internacionales, entre los que está el español Santander Totta, pese a que hace unos días calificó su situación de solvente.

No estamos ante una crisis sin importancia. El temido efecto mariposa, que provoca que la leve perturbación de su aleteo tenga un efecto inesperado en otro punto del planeta, se cumplió con el BES. El valor de la banca española cayó alrededor de 9.000 millones en las dos últimas semanas, arrastrado por los problemas del banco del país vecino. "Parecía algo sin importancia, pero sin darnos cuenta nos hemos dejado más del 10 por ciento", se lamentaba amargamente un banquero esta semana.

He tenido la oportunidad de conocer de primera mano este vasto emporio. Sus dueños se presentaban como una familia ejemplar, que se unió como una piña para reconstruir su imperio, después de la expropiación sufrida durante la Revolución de los Claveles. El espíritu industrioso y emprendedor les había permitido extender sus posesiones con plantaciones agrícolas, empresas energéticas, hospitales, operadores turísticos e inmobiliarias en lugares tan variopintos como Brasil, Angola o Paraguay. En Portugal se dice que lo que no es del Estado es del BES.

José Manuel Espírito Santo, el número dos de la entidad hasta hace poco, presumía de trabajar en un espacio diáfano, sin despacho propio, para estar a la altura del resto de empleados. Un gesto de indudable modernidad que inducía a pensar que la transparencia era la moneda de cambio habitual en la elegante sede la Avenida da Liberdade.

Bajo esta apariencia de tranquilidad se libraba una cruenta batalla de poder, que la crisis que azotó Portugal en las últimos años acabó por desenterrar. Primero conocimos que la familia Espírito Santo infló los activos del grupo industrial y cuando esto fue insuficiente, utilizó el BES para intentar tapar los agujeros. Para burlar al Banco de Portugal, creó un fondo de inversión, que no está bajo supervisión de la entidad emisora, que permitió destinar hasta el 80 por ciento de lo recaudado entre sencillos ciudadanos para salvar a la familia.

Para mayor escarnio, el fondo se denominó BES Liquidez, como si sus activos pudieran hacerse líquidos en cualquier momento. Me figuro la cara de sus partícipes cuando intentaron retirar su inversión. Una situación parecida a la de los millones de españoles atrapados en las participaciones preferentes de las cajas.

Por lo que se ve, las golferías de los dueños del BES no son relevantes ni dignas de contar para Escudero ni para la mayoría de los periódicos españoles. Sobre todo, para el diario Expansión, que no dedicó ni una línea al asunto hasta que no tuvo más remedio: el día en que la cotización se desplomó un 18 por ciento. Claro que tampoco me extraña, porque el mismo sábado que Jenaro García confesó que las cuentas de Gowex eran un timo, nuestros colegas de Expansión recomendaban encarecidamente comprar sus títulos. Y eso que hacía una semana que Gotham City advirtió del fraude.

elEconomista se distingue por alertar a tiempo a sus lectores de las dificultades que otros obvian hasta que les caen encima. Predicamos en el desierto cuando advertimos a Zapatero de que su política nos arruinaría, o cuando publicamos que el Fondo Monetario preparaba un rescate. La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, ordenó cerrar a cal y canto todas las vías de información oficiales a nuestros periodistas. También nos enfrentamos a las antiguas cajas, al expresidente de la CECA, José Manuel Quintás, y al propio gobernador, Miguel Angel Fernández Ordóñez, cuando denunciamos que muchas cajas estaban en quiebra por culpa de los políticos. Coca-Cola se hubiera ahorrado decenas de millones si nos hubiera hecho caso al plantear su ERE y Florentino Pérez habría evitado dilapidar miles de millones en el asalto de Iberdrola.

Escudero cree que todo está bajo control porque el BES tiene 2.100 millones de capital y el riesgo con el grupo industrial ascendería a 1.800. Pero ahora que ha solicitado el concurso habrá que ver si el agujero es el previsto. Hasta Lehman Brothers exhibía una impecable cuenta de resultados minutos antes de su caída. Eso sin contar los problemas de liquidez que pueda provocar la fuga de depósitos en estos días o el hecho de que la filial española sea una sucursal directa del banco portugués. Sin duda, la infatigable labor ejercida por el director de comunicación del BES en España, Íñigo de la Riva, para explicar cada incertidumbre que surge, lo salva de males mayores. Sólo contamos lo que pasa, no hay nada personal, señor Escudero.

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