martes, 3 de febrero de 2015

Cómo distribuir dinero público a la banca


Por Eduardo Garzón y Carlos Martínez
El Salmón Contracorriente, 02/02/2015.

No todas las ayudas públicas a la banca son de la misma naturaleza ni comparten las mismas características. A pesar de tratarse de dinero de las y los ciudadanos la tónica general de las instituciones es ofrecer la información mediante un lenguaje muy técnico que impide a buena parte de la población entender lo que está leyendo. Lo que se pretende con este artículo es hacer más comprensible esa información evitando los tecnicismos.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia presentó el pasado 25 de noviembre de 2014 su informe sobre las ayudas públicas. En él se recogen, entre otras, las ayudas públicas oficiales que ha recibido la banca española desde el año 2008 hasta el 2012. Los datos ofrecidos pueden servir para cuantificar el dinero público desembolsado y comprometido con los bancos españoles.

La clasificación que utiliza la Comisión de la Competencia comprende los siguientes cuatro conceptos: recapitalización, intervenciones de rescate de activos deteriorados, garantías y otras medidas de apoyo a la liquidez (distintas de las garantías).

La recapitalización es un desembolso de dinero público en forma de capital, generalmente en forma de acciones. El objetivo es incrementar el capital del sector financiero para afrontar el alto volumen de impagos como consecuencia de la crisis inmobiliaria y el incremento de la morosidad (es decir, socializar las pérdidas que el sistema bancario tenía con motivo de la crisis y las operaciones de riesgo que había contraído). Al igual que el propietario de una empresa aporta dinero para la misma, en este caso el Estado aporta dinero para la entidad bancaria correspondiente, convirtiéndose en uno de sus accionistas.

Que la inyección sea en forma de capital significa que no tiene fecha de caducidad, que se entrega el dinero para que sea utilizado por la empresa (luego otro agente económico podrá ocupar ese lugar con su dinero, pero no se retira el dinero con el que cuenta la empresa, sino que cambia de propietario). Puede ocurrir que a la entidad le vaya bien y el Estado obtenga un rendimiento que le permitiría ganar algo de dinero, o puede ocurrir que a la entidad le vaya mal y entonces el Estado pierda todo o parte de su dinero.

Desde 2008 a 2012, el volumen de recapitalización alcanza los 59.743 millones de euros.

Las intervenciones de rescate de activos deteriorados son compromisos de desembolso de dinero público que van a cubrir la pérdida de valor de activos bancarios. Por ejemplo, si en el libro contable viene recogido un activo inmobiliario por valor de 120.000 euros y se vende por 100.000 euros, el Estado aportaría 20.000 euros para que la pérdida la sufra él y no la entidad beneficiaria. Desde 2008 a 2012, la cuantía comprometida ha sido de 28.395 millones de euros, de los cuales 6.506 millones ya se han dado por perdidos (de forma que han supuesto un desembolso de dinero público).

Las garantías son avales del sector público a la deuda emitida por las entidades financieras. Al igual que cuando una persona necesita demostrar que tiene suficientes recursos o propiedades para que un banco le dé un préstamo (con el objetivo de que el banco pueda quedarse con esos recursos o propiedades en caso de que finalmente no reciba el dinero prestado), cuando las entidades financieras solicitan un préstamo también necesitan demostrar que tienen algo que entregar en caso de no devolver el préstamo. En esta ocasión, los recursos que se comprometen los aporta el Estado y no la propia entidad financiera. No supone un gasto (y por lo tanto un aumento de déficit público) a no ser que la entidad financiera sea incapaz de devolver el dinero que tomó prestado. Desde 2008 a 2012, el volumen de garantías ascendió a 225.650 millones de euros.

Otras medidas de apoyo a la liquidez (distintas de las garantías) son ayudas de diverso tipo (créditos blandos, valores específicos, etc) orientadas a facilitar dinero público de una forma rápida y fácil a entidades financieras que por determinadas circunstancias tienen dificultades para conseguirlo. Estas ayudas han supuesto desde 2008 a 2012 unos 55.239 millones de euros. 
  
                             
 
En el gráfico anterior se puede observar la evolución de las ayudas públicas otorgadas en función de esta clasificación. Varios son los puntos a destacar:

  1. Durante los primeros años el Estado sólo otorgó ayudas de liquidez, que no aumentaban el gasto público de forma inmediata y que buscaban aliviar un problema que al fin y al cabo era epidérmico, sin abordar el problema de raíz (capitalización).
  2. Este comportamiento cambió en el año 2012 (especialmente debido a las directrices establecidas desde Bruselas), y las ayudas en forma de capital cobraron mucha importancia a pesar de que incrementaron notablemente el gasto público.
  3. El volumen de garantías no hizo sino incrementarse a lo largo de los años, al mismo tiempo que las otras medidas de liquidez fueron perdiendo peso.
Disponible en:
http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Como-distribuir-dine

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