ADICAE,
30/01/2015.
Aproximadamente el 1% de las
familias del mundo controlan el 46% de la riqueza de nuestro planeta. Según el
estudio de Intermón Oxfam 'Gobernar para las élites' 85 personas acumulan tanta
riqueza como la mitad de la población mundial. Así, las grandes fortunas y las
grandes corporaciones multinacionales controlan los designios de la economía
mundial, presionando a los gobiernos para que las políticas que pongan en
marcha no vayan en su contra.
Lógicamente no son los
empresarios individuales los que presionan de forma directa a los gobiernos.
Para ello se sirven de profesionales especializados en presión política, que
conforman los denominados lobbies. En Europa la inmensa mayoría de ellos
inciden claramente en las políticas impulsadas por la Unión Europea. De hecho
el Parlamento Europeo mantiene un registro en su página web en el que ya hay inscritos
3.767 grupos de presión.
Ante la creciente complejidad de
los productos financieros, los tecnócratas de la Comisión Europea se apoyan en
expertos del sistema financiero para elaborar las directivas que regulan el
sector. Durante los procesos legislativos, que son largos, se forman grupos de
expertos que influyen notablemente en las leyes en favor de los bancos.
El Instituto de Finanzas
Internacionales (IIF) es el lobby financiero más poderoso del mundo, agrupando
a más de 470 grandes entidades financieras. Participó activamente en la
negociación de la quita de la deuda griega, beneficiando a los bancos franceses
y fundamentalmente alemanes. También intervino en la crisis del sistema
financiero español contactando directamente con las principales autoridades de
nuestro país y participando en el diseño de la conversión en bancos de las
cajas de ahorros, o en la construcción del banco malo.
De hecho el entonces presidente
del IIF, Josef Ackermann -que también era consejero delegado de Deutsche Bank-
se entrevistó con el rey Juan Carlos I y con el presidente del Gobierno en
aquella época, José Luis Rodríguez Zapatero que, a raíz de aquella entrevista,
cambió sustancialmente su política respecto al sistema financiero.
Uno de los lobies financieros más
importantes del mundo es la 'City of London', considerada como un país propio
dentro de Inglaterra. Representa a múltiples fondos de inversión y grandes
bancos internacionales, que han apoyado campañas contra la regulación europea
de los fondos de alto riesgo o hedge founds.
También destaca la 'Mesa Redonda
Europea de Servicios Financieros', que aglutina a casi una veintena de miembros
de las principales entidades financieras de Europa y que ha presionado, por
ejemplo, para crear un sistema único de planes de pensiones privados en Europa.
Y la Federación de la Banca Europea, que trabaja desde Bruselas representando a
5.000 bancos corporativos de más de una treintena de países.
En España el lobby más importante
es el financiero, seguido del energético y del de salud. Pero, como ha
demostrado ADICAE
en diversos estudios, la banca está muy metida en el negocio de la energía -participando en más de 170 empresas- y de la
salud -donde tiene participación en más de 100
entidades-, por lo que podríamos decir que el lobby financiero siempre está
presente en los grupos de presión organizados por las grandes corporaciones,
independientemente del sector económico al que pertenezcan.
La influencia del lobby financiero
se ha dejado notar en los últimos años, impidiendo cualquier solución colectiva
a grandes fraudes al ahorro popular como los casos de las participaciones
preferentes o el escándalo de Fórum Filatélico y Afinsa, con los que los bancos
atraparon más de 46.000 millones de euros de los ahorros de aproximadamente un
millón y medio de familias.
Más pública ha sido su
intervención torpedeando en 2009 una proposición de ley contra las abusivas cláusulas
suelo en las hipotecas, que a punto estuvo de ser aprobada
en el Senado. Y se destapó completamente a finales de 2012, en pleno debate
sobre la necesidad de reformar el sistema hipotecario español, cuando la Confederación
Española de las Cajas de Ahorros y la Asociación Española de Banca emitieron sendas notas de prensa indicando que los bancos iban
a paralizar las ejecuciones hipotecarias “durante 2 años, para casos de extrema
necesidad”, lo que el Gobierno convirtió en normativa poco después, ninguneando
así las exigencias de las fuerzas sociales que, como ADICAE, reclamaban cambios legislativos de mayor
calado.
Fuera del ámbito estrictamente
bancario en España está tomando fuerza la 'Asociación para el Desarrollo de la
Experiencia de Cliente' un lobby de consumo que aglutina a unas cuarenta
grandes marcas comerciales, entre las que se incluyen Iberia, Coca-Cola,
Mercedes-Benz, Aena Aeropuertos, Banco Sabadell, Alsa, Banco Santander, Endesa,
Gas Natural Fenosa, Mapfre, Laboral Kutxa, DKV Seguros, E.ON, Cetelem... Son
entidades que han impuesto cláusulas suelo en las hipotecas, han vendido
productos tóxicos a los ahorradores, han jugado un papel importante en la
escalada de precios de la luz o han comercializado microcréditos de alto
riesgo.
La defensa
colectiva de los consumidores a través de la creación de un lobby ciudadano
¿Qué pueden hacer los
consumidores frente al poder de los lobbies financieros? Para intentar
equilibrar la balanza es necesario que los consumidores actúen de forma
unitaria, firme y coordinada, haciendo del dicho 'la unión hace la fuerza' una
verdad tan poderosa que consiga influir en las decisiones políticas para que estas
se pongan del lado de los ciudadanos y no de los poderes financieros. En
definitiva: crear un auténtico lobby
ciudadano.
Los lobbies ciudadanos se
articulan en torno a asociaciones o grupos de activistas que, con fuertes
campañas de presión social y mediática tratan de presionar a los gobernantes.
En el mundo existen varios lobbies ciudadanos que se contraponen al poder
financiero. Dos ejemplos claros de ello son Greenpeace y Amnistía
Internacional.
Greenpeace, el 'lobby verde'.
Fundada en 1971 en Canadá por un
grupo de activistas antinucleares, objetores de conciencia norteamericanos que
no quisieron acudir a la guerra de Vietnam y algunos cuáqueros, Greenpeace
cuenta en la actualidad con millones de socios en todo el mundo y oficinas en
40 países.
Este enorme grupo de activistas
se coordina mediante una oficina internacional ubicada en Amsterdam, que trabaja
estrechamente con las 31 secciones nacionales y con los famosos barcos que
Greenpeace tiene desplegados por el mundo. Así, pueden coordinar campañas de
denuncia y presión social con gran precisión y rapidez.
Greenpeace tiene 'unidades
políticas' en los territorios en los que está presente, que se encargan de
hablar periódicamente con los representantes políticos con el objetivo de que
escuchen sus peticiones. Así, Greenpeace elabora informes y organiza eventos
para los parlamentarios, participa en actos de diversos partidos políticos y
presenta alegaciones a las leyes que puedan ser de interés para la protección
del medioambiente.
Además de los contactos
políticos, fundamentales en todo lobby ciudadano, Greenpeace utiliza la acción
reivindicativa como una gran herramienta de lucha. A veces, cuando una empresa
o un Gobierno está involucrado en un crimen medioambiental, Greenpeace realiza
acciones reivindicativas directas, colgando grandes pancartas desde el tejado
de los edificios gubernamentales o, incluso, bloqueando las calles donde viven
los principales líderes políticos con toneladas de carbón, como hicieran en
Londres ante el domicilio del primer ministro británico. Estas acciones, unidas
a la presión de millones de socios y ciberactivistas en todo el mundo
consiguen, en ocasiones, doblegar al poder empresarial.
Algunos de los logros conseguidos
por Greenpeace y otros colectivos ecologistas en España son la prohibición
permanente del vertido de residuos radiactivos y tóxicos en alta mar (1993), la
firma del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares en el mar (1996), o
que gigantes del mundo de la moda como Zara o Mango se comprometiesen a
eliminar sustancias tóxicas en la fabricación de sus prendas (2013).
Amnistía
Internacional, un lobby a favor de los
derechos humanos
Creada en 1961 por el abogado
británico Peter Benenson -que se inspiró en el caso de unos jóvenes estudiantes
portugueses que fueron encarcelados por brindar por la libertad en su país-,
Amnistía Internacional cuenta en la actualidad con más de tres millones de
socios, simpatizantes y activistas y está presente en más de 150 países de todo
el mundo. Su labor está centrada en combatir los graves abusos contra los
derechos humanos.
Amnistía Internacional investiga
violaciones de derechos humanos en todo el planeta: encarcelaciones por
participar en manifestaciones, seguimiento de los condenados a pena de muerte,
discriminación racial, impacto de las guerras en la población civil, etc. Una
vez realizada la investigación pertinente se hacen públicos los resultados y
comienzan las campañas de presión política y social.
Así, Amnistía InternacionaI se
dirige a los gobernantes, organizaciones políticas y empresariales, movilizando
a la opinión pública con el objetivo de influir en los gobiernos para prevenir
o detener las violaciones de derechos humanos. En los casos más graves incluso
han llegado a trasladar a las personas amenazadas y sus familiares a otro país,
durante al menos un año.
Uno de los métodos de presión más
populares de esta organización es el envío masivo de cartas, e-mails o faxes a
gobernantes que permiten la violación de derechos humanos o a empresas que
cometen abusos. Así se ataca directamente a la imagen pública de los
gobernantes o empresarios, y se les incomoda personalmente de una manera
pacífica pero reiterada en el tiempo.
Mientras duran las campañas
de presión Amnistía Internacional publica informes que, por su profesionalidad
y rigor, tienen gran acogida entre la opinión pública y las fuerzas políticas.
La calidad de la documentación de estos informes atrae casi siempre a los
medios de comunicación, mediante los que obtienen una gran repercusión social.
Además Amnistía Internacional también realiza talleres, charlas o mesas
informativas y, aunque en menor medida, acciones reivindicativas directas con
el objetivo de concienciar a la sociedad y fomentar el respeto a los derechos
humanos por parte de las élites políticas y empresariales.
En España la labor de Amnistía
Internacional fue importante para conseguir la abolición de la pena de muerte
en el código penal militar (1995), para que entrara en vigor la Ley contra la
Violencia de Género (2004) o la Ley de Comercio de Armas (2007), que tiene como
objetivo evitar la venta de armas a países con riesgo de violaciones de
derechos humanos.
Disponible en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario